jueves, 30 de marzo de 2017

EU, ¿gestor de caos y violencia en México?
John Saxe-Fernández

Ante la magnitud del trauma humanitario que sufre la nación, conmociona la nota de José Antonio Román Armas que proceden de EU, generan violencia (La Jornada 16/3/17 p.1, 3). Es trauma mayor por la guerra al narco desatada luego de la usurpación electoral de Calderón, avalada por el Pentágono (DoD) desde la Iniciativa Mérida (IM): un arreglo de facto, sin sanción legislativa acá, que no se rige por el derecho internacional ni por nuestras leyes. La nota impacta más por la indiferencia de Estados Unidos ante la enormidad de la tragedia y la contundencia del vínculo causal directo entre el aumento de la violencia y la desregulación del flujo de armas de alto y grueso calibre de EU a México desde que Bush (¿aconsejado por el Yoda del DoD?) no renovó en 2004 la Prohibición Federal de Armas de Asalto.

A la irrefutable observación de que con la desregulación de ese flujo se generalizó la violencia en el país (ver Alfonso Aguilar Zinser et al, El punto sobre la i, Sept-Oct 2014) agrégase la militarización de la campaña anti narco de Calderón bajo el DoD, contra los protocolos de la Convención de Palermo, para los que en el combate al crimen organizado internacional la última opción es la vía militar y sólo en caso excepcional. Para la FBI y la Sedena cerca de 71 por ciento de las armas aseguradas en México vienen de EU. La Auditoría de EU (GAO) estima que es 90 por ciento. Los datos del informe Adónde llegan las armas de Estados Unidos y la crisis de violencia en México del American Friend Service Committee (AFSC), ofrecidos por Román, se derivan del cruce de datos de empresas y de ambos gobiernos, e indican que entre enero de 2012 y abril de 2015, la venta legal de armas alcanzó los 3.5 mil millones de dólares (mmdd), ¡casi 10 veces lo adquirido entre 2000-2012! (Ibid). En la presentación del informe se recordó que a esos 3.5 mmdd se agregan 2.1 mmdd de la IM por adiestramiento policial-militar y compra de armas de asalto, vehículos blindados todoterreno, helicópteros y otras aeronaves militares. Para promover el diálogo entre régimen, indígenas, campesinos y maestros, EU vende armas a cárteles y gobierno. Caos y violencia abren puertas a petroleras y mineras.

Se nos informa que Trump va por más liberalización en la venta y exportación de armas para hacer negocio y desalentar la migración hacia EU, violentando, con aval de Los Pinos, el tránsito de migrantes que huyen de la violencia golpista hondureña o la devastación económica neoliberal, llenando fosas por doquier. Román indica que Laura Carlsen, notable investigadora del Programa de las Américas, señaló que la venta de armas es un factor esencial de la política de EU hacia México. Confirmó que hay múltiples evidencias de que esta venta de armamento y transferencias militares han contribuido a la violencia, inestabilidad y violación de derechos humanos.

La observación de Carlsen pesa mucho al revisar el contexto más amplio de las políticas de EU hacia México. No es difícil identificar, con Zinser et al, rubros como los aumentos en el flujo de armas de asalto que alientan los índices delictivos con bajas mortales y el consecuente desgarre del tejido social. Esto de ¡agigantar 10 veces! el flujo de armas de asalto acá es nazismo envuelto en codicia: fragiliza la capacidad estatal de garantizar vida, bienestar y derechos. Es asunto muy delicado, inadmisible por la sinergia con el programa de ajuste estructural (PAE), que desmantela al sector petroeléctrico, acicatea desempleo, polarización y desigualdad extrema. Los precipitantes de guerra interna están en la base de la IM, el PAE y sus jugosos depósitos en banca suiza para altos cargos (country managers del FMI-BM-BID). Son estímulos que agilizan la mercantilización/privatización de toda actividad, recurso o ente público, incluyendo los bienes comunes (tierra, aire, mar, ríos, forestas). Una vez hechos mercancía las propiedades se asignan a firmas por medio de las asociaciones público-privadas especializadas en extraer riqueza pública, en favor del 1% de dentro y fuera.

Ante este panorama, mejor revisar con Alfredo Jalife y Thierry Meyssan los manejos político-conceptuales de León Strauss en la estrategia militar de EU de relevancia para percibir su trasfondo de caos, violencia y balcanización en pos de recursos naturales, sean de México, Irak, Libia o Siria. Para la doctrina straussiana, dice Meyssan en La ceguera de la UE ante la estrategia militar de EU, que inducido el caos/violencia nada se reordena sin la mano de EU. Meyssan sintetiza la doctrina así: la manera más simple para explotar los recursos naturales de un país por largos periodos no es ocupándolo, sino destruyendo su Estado. Sin Estado no hay ejército. Sin enemigo no hay riesgo de derrota. En consecuencia, la meta estratégica militar de EU y de la OTAN, se centra en destruir estados. Lo que le ocurra a la población no importa a EU.

Miroslava Breach in memoriam

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