Almagro, Videgaray y el Tec contra Venezuela
En la muy reciente Quinta Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores Caricom-Cuba, celebrada el 11 de marzo de 2017 en La Habana, Cuba, los países reunidos expresaron su preocupación por las afectaciones sociales, económicas y en materia de empleo que provoca la deportación masiva de migrantes establecidos en países fuera de la región. Y abogaron porque los Estados receptores respeten los derechos humanos de los migrantes.
Documento diplomático, la Declaración Final, que expresa el sentir de pueblos y gobiernos de la región caribeña, no cita por su nombre a Estados Unidos y a México, pero es inequívoca la referencia a estos dos países como protagonistas del drama de las deportaciones masivas de migrantes indocumentados desde EU hacia México.
Con todo y su lenguaje diplomático, la Declaración Final de la Quinta Reunión del Caricom constituye una categórica desaprobación de la conducta del gobierno de EU y, al mismo tiempo, un resuelto apoyo al gobierno mexicano en la protección de sus ciudadanos residentes sin papeles en EU.
En su carácter de Estado caribeño, Venezuela es suscriptor de esa declaración y, por tanto, es actor principal de ese resuelto apoyo al gobierno de Enrique Peña Nieto frente a las actitudes inamistosas, hostiles, contrarias al derecho internacional y carentes de sentido humanitario del gobierno del presidente Donald Trump.
Por ello han extrañado sobremanera las palabras y actos del canciller mexicano, Luis Videgaray, al sumarse entusiastamente a la absurda, propuesta del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de aplicar a Venezuela la Carta Democrática de la OEA, exigir la celebración inmediata de elecciones presidenciales y demandar la liberación de algunos reos de graves delitos, actualmente en la cárcel.
La actitud y acciones del canciller Videgaray, haciéndose cómplice de los despropósitos del impresentable Luis Almagro, reflejan una conducta negativa y desmemoriada del gobierno mexicano hacia la solidaridad y respaldo de Venezuela en un asunto que lastima particularmente a los mexicanos y al gobierno de Peña Nieto.
Pero la conducta de Videgaray no es tan inexplicable si se sabe que el canciller está emparentado con la furibunda derechista mexicana Mariana Gómez del Campo, quien a su vez mantiene relaciones de parentesco con la esposa de Felipe Calderón.
Y menos inexplicable si se sabe que con la decidida promotoría de Mariana Gómez del Campo, del propio Calderón y de Alejandro Poiret, ex jefe de prensa de Calderón, se ha organizado un encuentro de corte nazifascista en la Escuela de Gobierno y Transformación (sic) Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en la sede de éste en Santa Fe, con la finalidad evidente de apretar el cerco imperialista contra Venezuela
El encuentro, que lleva por título “El rol de los jóvenes en la democracia de América Latina”, será encabezado por Luis Almagro, y bien se sabe que éste lo utilizará en sus mesiánicos afanes antivenezolanos.
Casi sobra decir que este manipulado encuentro no tendrá más éxito que anteriores y fracasadas agresiones mediáticas y pseudoacadémicas contra Venezuela. Y que el perdedor neto de esta oligofrénica iniciativa será el presidente mexicano. Y uno tiene que preguntarse por qué Peña Nieto tiene que pagar tan altos costos en términos de desprestigio nacional, regional e internacional por las ingratitudes de Videgaray y por los servicios al panismo más retrógrado y desacreditado a cargo del trasnochado canciller.
(www.economiaypoliticahoy.wordpress.com)
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