Enrique Ubieta: «Nunca he pensado que se ha dado un fin del llamado ciclo de izquierdas en América Latina»
Escrito por
Christian Zampini / Tercera Información
América resiste embate de la derecha internacional.
Yaimi Ravelo/Resumen Latinoamericano.
Enrique Ubieta conversa extensamente con Tercera Información
sobre solidaridad, política internacional, la reforma constitucional,
periodismo y, en definitiva, la realidad actual de la isla.
El periodista, ensayista e investigador Enrique Ubieta Gómez (La
Habana, 1958) es actualmente uno de los pensadores más relevantes de
Cuba. Ex director de la Cinemateca de Cuba; fundador de la Sociedad
Cultural José Martí; creador de la Revista cutural La Calle del Medio;
actual director de Cuba Socialista, la revista teórica del Comité
Central del Partido… Entre otras dedicaciones y experiencias que
acreditan la importancia de su trabajo en la sociedad, cultura y
política cubana actual. De visita en España para participar en el XV
Encuentro de Solidaridad con Cuba que tiene lugar este fin de semana,
Ubieta conversa extensamente con Tercera Información sobre solidaridad,
política internacional, la reforma constitucional, periodismo y, en
definitiva, la realidad actual de la isla.
Aprovechando que se encuentra aquí para asistir a la
celebración del XV Encuentro de Solidaridad con Cuba que tiene lugar
este fin de semana, queremos preguntarle como ve la actual situación en
las relaciones entre Europa y España con Cuba. ¿Qué expectativas tiene
actualmente Cuba en su relación con la Unión Europea?
Esperamos una relación de respeto, una relación normalizada. Con
plena independencia. Una vez vencido el obstáculo de la posición común
con los Estados Unidos, ante una política que está siendo verdaderamente
irracional, yo creo que podemos avanzar muchísimo. En cuanto a España,
yo percibo, con esperanza, que tanto el gobierno como los empresarios de
aquí digamos que “se han amarrado el cinturón” y están dispuestos a
defender sus intereses bilaterales con Cuba frente a la política de
Estados Unidos. Como es natural que suceda. Es normal, que se enfrenten a
esa irracionalidad del Capítulo 3 de la Ley Helms-Burton, porque, aquí
no estamos hablando de ideología ni de una cuestión ética, sino de
rechazar una norma que viola todas las reglas del comercio internacional
y que daña sus intereses.
Eso a nivel de relaciones, digamos, entre estados. Luego me parece
importante señalar a la solidaridad entre pueblos. En Europa hay un
movimiento muy grande de solidaridad con Cuba. El XV Encuentro es una
buena muestra de ese movimiento de solidaridad. Desde Cuba le
agradecemos la constancia que ha mantenido ese movimiento en defender
los valores de la Revolución, esos valores que, me imagino, también le
han aportado a los movimientos de aquí, es una relación de
internacionalismo mutuo digamos. Cuba al fin y al cabo, también ha
tenido una política de solidaridad con los pueblos, hemos dado lo que no
nos sobrava, vaya, porque siempre se entendió que no era un proceso
únicamente para isla. Es otro nivel de relación, digamos, de pueblo a
pueblo.
Hablando sobre el bloqueo de, la oposición a este es uno de
los principales elementos contra los cuales protestan los movimientos de
solidaridad con Cuba. Llama la atención que a pesar del ideario que
afirma representar, los Estados Unidos promuevan este tipo de medidas
usando el comercio internacional como arma de conflicto.
No solo violan las leyes del comercio internacional, sino que violan
los principios que ellos mismos exigen que Cuba cumpla. No solo en el
ámbito, en el espectro de la política comercial. Incluso las acusaciones
sobre el incumplimiento de otros derechos fundamentales como la
libertad de expresión. En los últimos días se han establecido nuevas
normativas para que las embajadas de los Estados Unidos puedan rastrear y
comprobar los contenidos de las redes sociales de todo aquel que quiera
entrar en su país. ¡Hasta ahora sabíamos que nos espiaban, pero ahora
es descarado! ¡Tan contradictoria con los supuestos principios que
defiende Estados Unidos!
Los ataques económicos, que en Cuba hemos conocido tanto tiempo, los
está extendiendo a otros países y esto quizá tenga el lado bueno, si es
que tiene algún lado bueno, de que se perciba cual es el daño real de
ese tipo de política agresiva.
Lo sorprendente es quizá el grado de agresividad de esas
políticas de conflicto comercial, empieza incluso a afecta a países que
han venido siendo sus aliados tradicionales.
Se perciben los daños, está atacando comercialmente a países como
México. Está atacando incluso a Colombia, un país prácticamente satélite
de los Estados Unidos. Un día se levanta de mal humor el señor Trump y
decide descargar su furia con uno de sus socios comerciales preferentes.
Sin embargo, ¿Es posible que ese incremento de la agresividad
de Estados Unidos le esté dando resultados positivos? La aparente
desaparición de los gobiernos progresistas en Latinoamérica, el final
del proceso de integración regional...
Bueno, creo que esta coyuntura, este proceso que vivimos ahora, de
alguna manera despierta conciencia. Nunca he pensado que se ha dado un
fin del llamado ciclo de izquierdas en América Latina. Fue una frase
hecha, lanzada en cierto modo aprovechando la oportunidad con una
intención desmovilizadora. Lo que ha existido realmente es la
reactivación de determinadas políticas de injerencia, un mecanismo
realmente criminal, para desplazar a los gobiernos que el pueblo quería
que estuviesen en el poder. Con golpes parlamentarios, con abiertos
golpes de estado, con el apoyo explícito a candidatos conservadores. Es
decir, hay un proceso de intervención directa en los países
latinoamericanos.
Ojo que en este proceso, la información, el falseamiento informativo,
ha tenido muchísimo peso. Desde Estados Unidos y sus altavoces lanzan
acusaciones gravísimas contra gobiernos que no les resultan, digamos
cómodos, mientras se lava la imagen de otros como en Colombia donde se
asesina directamente a los líderes sociales. Se criminaliza, se acusa de
agresión a quién recibe sus agresiones, se acusa de corrupción cuando
ellos tienen una extensa carrera corrompiendo gobiernos y se transmite
una imagen terrible. Un ejemplo muy elocuente, recuerdo una vez en Perú,
durante la celebración de la Cumbre de las Américas, los canales de
televisión estadounidenses repetían una y otra vez que el principal foco
generador de la corrupción en América Latina había sido el Foro de Sao
Paulo. ¡Era una cosa absolutamente delirante! Y los reporteros no lo
transmitían como algo novedoso, algo rompedor que tuviesen que
demostrar. Simplemente lo transmitían como si fuese una verdad
consabida. Es una montaña tan grande de mentiras construidas que a veces
resulta muy difícil contrarrestarlas.
¿La política exterior de Cuba, la relación con los países
vecinos se ha visto afectada? Hace un tiempo nos encontrabamos la
noticia de la expulsión de las misiones médicas de Cuba en Brasil por
parte de Bolsonaro.
Por supuesto Cuba se ha visto afectada en sus relaciones con la
región. En los últimos años América Latina había logrado un nivel de
interrelación e integración muy grande. No estamos hablando únicamente
de que existía un bloque, vamos a denominarlo así, de izquierda. Había
también estados con gobiernos conservadores que sin embargo comprendían,
estaban dentro de una lógica de integración, de defensa conjunta de los
intereses de la región. Ahora, con los mecanismos que antes te decía,
se ha intentado desmantelar por todos los medios.
Sin embargo sigue habiendo casos que contradicen ese supuesto
desmantelamiento, como por ejemplo México, donde la llegada de López
Obrador al poder, un hombre que no es ni mucho menos un revolucionario
que va a transformar por completo el país, pero supone un contrapunto
por su mayor defensa de la soberanía de México en consonancia con
aquellos procesos latinoamericanos.
Ha habido un cambio, es innegable, y las relaciones de Cuba se han
visto afectadas en América Latina. Pero no valoro que sea un cambio
definitivo ni un cambio de paradigma ni nada de eso. Creo que las dos
primeras décadas del siglo XXI han dejado una experiencia y una huella
en la conciencia popular que no es tan fácil de hacer desaparecer de
pronto. Hay que ver que va a suceder en los próximos años.
Hablando de política internacional, se hace inevitable
preguntar por el papel de nuevos actores como China, un país que parece
adquirir importancia en todos los ámbitos internacionales.
No hay que exagerar tampoco el papel ni la importancia de China. Si
bien es cierto que con Cuba ha mantenido un relación de largo muy
importante, es al fin y al cabo un país que también quiere construir una
alternativa al sistema capitalista, así tenga elementos capitalistas en
su actual economía hay que recordar que el socialismo no es una meta,
sino un camino a recorrer y las diferentes experiencias tratan de
recorrerlo con sus propias estrategias. Ellos digamos cuentan con una
agenda que, al menos, sitúa otras coordenadas, así como nosotros tenemos
la nuestra. Su papel, a pesar de esto, tampoco debe exagerarse, no es
mayor que el de, por ejemplo, Rusia, que es un país que en su momento
fue otra cosa, pero actualmente ha renunciado completamente a la
construcción de un modelo alternativo al capitalismo. El revuelo causado
con China, para mi, también tiene mucho de pataleta de Estados Unidos.
Ahora bien, hay una cuestión importante en la aparición de estos dos
actores que es la posibilidad de iniciar un periodo de multilateralidad.
Yo como absoluto defensor de los planteamientos de José Martí no puedo
evitar ser un gran partidario de la cuestión de la multilateralidad. La
diversificación de poderes en el mundo como alternativa a la
concentración de poder en un solo país que ejerce como único polo. Esa
concentración es fatal para la humanidad. La diversificación de puntos
de poder que permitan alternativas de cooperación yo creo que beneficia a
todos. Excepto, por supuesto, al que quiere todo el poder.
Dejando de lado las cuestiones de política internacional, uno
de los temas más importantes, que más incidencia ha tenido sobre Cuba,
ha sido la reforma constitucional. ¿Cual es la trascendencia real de
este proceso constitucional?
Antes de nada, hay que señalar que todas las décadas de la Revolución
han sido diferentes. Es decir, los años ‘70 y los años ‘80 no se
parecen. Ni, por supuesto, los ‘80 y los ‘90. Los únicos que interpretan
que no se ha cambiado ha sido todos aquellos que quieren que vuelva lo
de antes, que quieren que vuelvan los tiempos de Batista, que anhelan
que Estados Unidos vuelva a ser el amo, porque ese sería el único cambio
que a ellos les valdría.
Ahora bien, es cierto que el cambio actual es realmente importante.
Toda una serie de nuevas formas de entender el camino que ha de recorrer
la Revolución, que no eran las habituales hasta ahora. Creo que para
seguir avanzando ha sido necesario, de alguna forma, bordear la enorme
montaña que tenemos enfrente. Y no es una ruta sencilla tampoco, es un
camino que entraña sus riesgos, siguiendo con la metáfora, bordear la
montaña nos hace estar muy cerca del precipicio, con vientos fuertes que
nos pueden hacer caer y mucha gente empeñada en empujarnos por ese
precipicio. Me gusta representarlo de esa manera porque hay que insistir
en que el socialismo no es un lugar de llegada, es un camino hacia otro
lugar.
Algunos análisis realizados desde aquí han polemizado mucho
sobre las alusiones a la inversión, la propiedad y otras cuestiones,
apuntando a la posibilidad de que Cuba asuma un modelo de economía de
mercado.
Cuando se habla de mercado, y esto es algo que he aprendido de la
investigación, en el mundo académico, es posible que se esté hablando de
cosas opuestas. Quién ve en el mercado un fin, quién ve en el mercado
una herramienta, quién ve en el mercado algo en lo que hay que
intervenir… ¿Qué es lo que establece el sentido de lo que hablamos? No
tanto los términos como los objetivos que nos marcamos. Ahora tengo que
introducir la cuestión del mercado y tengo que introducir a determinada
escala la propiedad privada, pero, ¿con qué objetivo? ¿Para reconstruir
el capitalismo? ¿O a continuar en una dirección que me lleve hacia una
sociedad más justa que ofrezca una alternativa al capitalismo?
Es normal que se presente debate, que se produzca un debate fuerte.
Hay quién cuando introduce la cuestión del mercado la introduce con una
intención de regresión a un sistema capitalista. Que renunciemos a la
justicia social, a tratar de hacer un mundo menos consumista, no
individualista.
Yo creo que estamos haciendo lo necesario para mantener lo que hemos
alcanzado, no renunciemos a ninguna de las conquistas sociales que hemos
realizado y podamos avanzar, quizá no con la velocidad que pensábamos
que podíamos alcanzar, pero sí para poder avanzar con más seguridad
hacia la construcción de un futuro mucho más justo que el actual.
¿Cómo se ha vivido el proceso en Cuba? ¿Cómo ha sido percibido por la sociedad, el pueblo de cubano?
La sociedad cubana discutió en pleno, intensamente y extensamente la
Constitución. Este proceso ha echado por la borda esa imagen que se
intentaba proyectar de que existía apatía en Cuba, de que la gente no
tenía interés en las cuestiones políticas. Y hay algo que tengo que
decir. La mayoría de las personas que disintieron de contenidos de la
reforma constitucional tal como había sido inicialmente formulada, lo
hacían con la perspectiva de establecer su criterio para defender la
Revolución. Una minoría muy pequeña la que en este debate constitucional
planteaba posiciones contrarias a la revolución y al socialismo.
Ahora nos enfrentamos al reto mayor, que es hacer que esos cambios
introducidos en la Constitución tomen forma para continuar avanzando.
Cosa que no es nada fácil porque necesitamos hacer que el país marche,
que la economía funcione, estando maniatados. Como un boxeador que se
presenta al combate con un brazo y una pierna amarradas. ¡Y Trump quiere
además amarrarnos el otro brazo! Aún así, yo creo que avanzamos y vamos
a seguir avanzando.
Para concluir, conociendo su experiencia en prensa, con
algunas experiencias tan rompedoras como la cabecera cultural La Calle
del Medio, queremos saber su opinión sobre el papel de los medios de
comunicación, la nuevas perspectivas y retos de la prensa y el futuro de
esta en Cuba.
Bueno, pienso que mi perspectiva es limitada, al fin y al cabo mi
faceta periodista es, yo diría, empírica. Yo vengo de filosofía. Podría
responder a eso mucho mejor, con mucha más profundidad, Yailin Orta, la
directora de Granma que nos acompañará durante este XV Encuentro.
Pero sí que puedo decir algo acerca de esta nueva perspectiva en el
periodismo y es que considero fundamental el debate. La necesidad de
incrementar la presencia del debate en la prensa cubana. Es algo que yo
siempre he tratado de impulsar, lo traté de impulsar a través de La
Calle del Medio y lo tratamos de impulsar en Cuba Socialista. Creo que
hoy la información está tan contaminada, el enemigo usa métodos tan
sutiles de manipulación, que es imprescindible debatir y analizar de
forma crítica todo lo que nos llega.
Cuando hablo de debatir hablo en un sentido muy amplio. Hablo de los
debates entre los profesores y los alumnos, hablo del sentir y la
interpretación de la telenovela de anoche, del debate intergeneracional
entre padres e hijos, de los periodistas entre sí, de distintas
redacciones o en la misma redacción. Debate, en fin, en el más amplio
sentido. Promover el debate, promover el desarrollo de una conciencia
crítica, que es algo que no promueve el capitalismo, me parece la
principal misión que tienen que asumir los medios en Cuba.
Tomado de Tercera Información
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