"Rusia y China: La pesadilla cumplida de EE.UU."
Publicado: 2 may 2018 23:23 GMT | Última actualización: 2 may 2018 23:23 GMT
La política "egoísta y agresiva" de EE.UU.
ha consolidado los lazos bilaterales entre Rusia y China, sostiene el
politólogo Timoféi Bordachev.
El
25 y el 26 de abril en Shanghái tuvo lugar una conferencia chino-rusa
del club internacional de debates Valdái. El politólogo y director del
programa euroasiático de este club, Timoféi Bordachev, ha descrito su
visión del desarrollo de las relaciones entre Rusia, China y EE.UU. en
su artículo titulado 'Rusia y China: la pesadilla cumplida de EE.UU.',
publicado en el portal Gazeta.ru.
Mientras
el enfrentamiento de Washington con Moscú se desarrolla principalmente
en el mercado de las ideas "y por eso es tan histérico", el "desafío
estratégico" que plantea China para EE.UU. se debe a la expansión económica de Pekín,
que "no solo no plantea convertirse en un cómodo socio menor [de
EE.UU.], sino que planea aumentar el grado de autonomía de otros
Estados", sostiene Bordachev.
China, de un socio de EE.UU. a su "pesadilla"
A
su modo de ver, en EE.UU. tradicionalmente esperaban la transformación
del mercado del país asiático por el aumento del nivel de vida de su
población y la democratización, o a causa de que la "política exterior
imperialista" se tornara desventajosa para China.
"No se puede
olvidar que fue precisamente EE.UU. que desempeñó un papel tremendo en
el éxito de la política de apertura y reformas económicas iniciada hace
casi 40 años por el gran Deng Xiaoping", señala el politólogo ruso.
Sin embargo, la situación comenzó a cambiar a medida que aumentaba el
peso de China en el panorama internacional y sus enormes oportunidades
económicas. "En un principio, en EE.UU. se alegraban, ya que contaban
con que el movimiento de China al interior del continente lo haría
chocar inevitablemente con Rusia", opina Bordachev.
La expansión económica de China: un problema para EE.UU., pero no para Rusia
En
respuesta al aumento de la presencia china en el espacio postsoviético
"Moscú tenía que emprender una lucha por la influencia contra Pekín con
una firmeza maníaca", resume Bordachev al hablar de lo que considera "el
plan de los socios de Washington".
No obstante, EE.UU. no llegó a
observar la "reacción esperada": Rusia da la bienvenida a las
inversiones desde China en las repúblicas que formaban parte de la URSS,
ya que dichas inversiones "en teoría pueden fomentar la estabilidad
socio-económica en Asia Central y al menos parcialmente aliviar la carga
de Rusia y de su mercado laboral".
El politólogo también destaca
que a diferencia de EE.UU., cuyos ingresos dependen del control de los
mercados, Rusia se enriquece vendiendo sus propios recursos energéticos y otras mercancías, como armas y trigo, por lo cual la expansión económica de China no representa un problema para Moscú.
Ahora China ofrece a otros países una fuente alternativa de recursos para el desarrollo,
y si bien la dependencia de ciertos Estados de Pekín no necesariamente
tiene que ser mejor que la dependencia de EE.UU., la posibilidad de
elegir ya significa un aumento de libertad, razona Bordachev.
La
política "egoísta y agresiva" de la actual Administración de la Casa
Blanca y sus recientes restricciones contra el comercio chino consolidan
los lazos bilaterales entre China y Rusia, "pero para resistir la
'Guerra Fría' unilateral desatada contra ellos, ambas potencias tienen
que mejorar su cooperación", concluye el politólogo.
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