*Entre 2007 y 2016 el Gobierno quitó a las organizaciones criminales 524 millones de pesos
por Saúl Hernández
Drogas y armas no es lo único que el Gobierno mexicano ha incautado a los carteles del narcotráfico en la década que lleva la lucha frontal en su contra. Las fuerzas de seguridad también les han confiscado desde dinero en efectivo hasta autos de lujo, aeronaves, piezas arqueológicas y obras de arte.
De acuerdo con información entregada por la Procuraduría General de la República (PGR) en respuesta a diferentes solicitudes de transparencia, entre 2007 y 2016 el Gobierno quitó a las organizaciones criminales 524 millones de pesos, 508 millones de dólares y 2.5 millones de euros, todo en efectivo.
Además les ha asegurado 602 mil 416 joyas, 41 mil 482 vehículos, tres mil 446 inmuebles, mil 459 piezas arqueológicas o artísticas, 441 aeronaves, 403 embarcaciones y 336 caballos. Se trata de fortunas que dejan ver la otra cara del narco, en donde el estatus no se mide por el tamaño del arma sino por el grueso de la cartera, pero esto es apenas una pequeña muestra de su riqueza ya que las autoridades arrebatan cada vez menos bienes al crimen.
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Los mayores esfuerzos por hacerlo se dieron en los primeros años de Gobierno del entonces presidente Felipe Calderón, quien tan pronto llegó a Los Pinos declaró un combate frontal en contra de los cárteles de la droga.
Sin embargo, con el paso del tiempo estos esfuerzos menguaron y los aseguramientos se desplomaron. Ya con Enrique Peña Nieto en el poder, las incautaciones de casi todos estos bienes se mantuvieron por debajo de las logradas durante el sexenio anterior.
Para el especialista en seguridad nacional Gerardo Rodríguez, los datos son un reflejo claro de que el Gobierno federal “ha apostado a la detención de grandes capos y no a lo que es realmente la fuente estructural de la delincuencia organizada: los bienes materiales y las fuentes financieras.”
Intocables, los lujos del crimen
En marzo de 2007, la PGR decomisó 19.5 toneladas de acetato de pseudoefedrina –sustancia empleada para la fabricación de metanfetaminas– en la casa del empresario mexicano, de origen chino, Zhenli Ye Gon, pero no fue lo único que las autoridades encontraron ese día. En la finca también hallaron 205 millones de dólares, 17 millones de pesos y un gran lote de joyas cuyo valor no fue cuantificado.
Ese año, el primero del Gobierno de Calderón, y los dos siguientes fueron los años en que el Gobierno arrebató más bienes y dinero en efectivo al crimen organizado. Luego los decomisos se vinieron abajo.
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En cuanto a dólares, el hallazgo en la casa de Ye Gon hizo que 2007 fuera el año con más dinero confiscado. Posteriormente las cantidades oscilaron entre los 38 y los 72 millones de dólares anuales para luego caer hasta menos de dos millones durante 2016.
Los mayores aseguramientos se dieron en la primera mitad del gobierno de Felipe Calderón para después caer estrepitosamente. Pinturas, piezas antiguas, aeronaves, barcos, camionetas y autos de lujo, entre los bienes confiscados.
En lo que respecta a moneda nacional, los aseguramientos fueron más erráticos: unos años se decomisaba mucho y otros, poco. El año pasado fue cuando menos efectivo se incautó: apenas 7.9 millones de pesos.
Asimismo, las confiscaciones de joyas, aeronaves, caballos y objetos de valor histórico y artístico alcanzaron cifras récord entre los años 2007 y 2009 para luego caer estrepitosamente. El embargo de inmuebles se desplomó desde 2012 y el de vehículos, a partir 2014. La incautación de embarcaciones mostró un comportamiento irregular toda la década siendo 2009 y 2015 los años de más aseguramientos.
La capacidad financiera del narco no es lo único que el Gobierno ha dejado de atacar: también su capacidad de fuego. Mientras que entre 2009 y 2011 se confiscaban más de 10 mil armas anualmente, en los años subsecuentes los aseguramientos se desplomaron hasta llegar a menos de dos mil. Y en contraste, los homicidios dolosos vuelven a crecer, pasando de 15 mil 653 en 2013 a 20 mil 789 en 2016.
Para Gerardo Rodríguez, esto resulta “terrible” no solo porque las fuentes primarias de la delincuencia organizada –su capacidad de financiera y su capacidad de fuego– no son golpeadas, sino también porque se han recortado los recursos destinados a la prevención del delito y la violencia. Todo esto, sostiene, “marca la antesala del fracaso absoluto de la estrategia oficial contra la delincuencia organizada”.
La flota del narco
De acuerdo con los datos, los narcotraficantes tienen a su disposición casi todo tipo de transporte terrestre aunque su favorito son las trocas. De los vehículos decomisados, la mitad son camionetas (21 mil 599) principalmente modelos Pick Up, Grand Cherokee y Tahoe.
Además se han incautado 11 mil 664 autos que van desde Tsurus hasta las marcas más exclusivas como Alfa Romeo, Ferrari, Maserati, Porsche, Rolls-Royce, Jaguar, Audi, BMW y Mercedes Benz.
También se ha decomisado al crimen dos mil 385 cajas y remolques, mil 827 tractocamiones, mil 774 camiones, mil 604 motocicletas y 196 vehículos de maquinaria pesada.
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La flota de los cárteles también incluye transportación por aire y por mar. En cuanto a aeronaves, la gran mayoría son avionetas construidas por la empresa Cessna Aircraft Company. En lo que respecta a embarcaciones, la información entregada por la PGR no da detalles sobre modelos o marcas, pero éstas van desde lanchas hasta yates y buques.
Con todo, Rodríguez opina que “es ridículo lo que se está decomisando a la delincuencia organizada” frente a lo que realmente tiene.
CDMX, a la cabeza de incautaciones
Los datos de la PGR ponen a la capital del país entre las entidades con más aseguramientos de casi todo tipo de bienes al narco: ocupa el primer sitio en decomisos de dinero, inmuebles, joyas, vehículos e incluso armas.
Sinaloa –tierra del cártel que lleva el mismo nombre– también se coloca en el top cinco de casi todo tipo de incautaciones. Es primer lugar en confiscación de aeronaves y embarcaciones, segundo en inmuebles, tercero en dólares y joyas y cuarto en vehículos terrestres.
En las listas también figuran otros Estados con fuerte presencia criminal como Tamaulipas, Jalisco, Sonora, Baja California, Michoacán, Guerrero y Durango e incluso entidades menos violentas como Yucatán y Campeche.
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