Fidel: ¿Cuántos epítetos caben en un solo nombre?
Escrito por Alina M. Lotti/CubaSí
Ha muerto un gigante, un político universal, un humanista inigualable.
Su nombre recorre el mundo desde esta madrugada. Medios de comunicación en vela dan cuenta de una muerte que todavía nos sorprende. Fidel ha muerto. El líder, el gigante, el político universal, el humanista. ¿Cuántos epítetos caben en un solo nombre?
El hombre que despertó multitudes, el cubano que interpretó como ningún otro el pensamiento martiano y llevó a cabo su programa, el artífice de tantos y tantos hechos que cambiaron para siempre el destino de una nación.
De su mano llegó la Revolución y de su corazón, los más nobles sentimientos hacia las clases más pobres y desprotegidas. Dignificó el trabajo del campesino, colocó en igualdad de condiciones al negro y enalteció la posición de las mujeres, enseñándoles que los sueños eran posibles de cumplir.
Fidel hizo de Cuba un país y de los cubanos, seres cultos y talentosos en todas las esferas. Desde la Campaña de Alfabetización abrió las puertas del conocimiento, y comprendió desde siempre que solo la educación y la cultura podían salvar al mundo.
Gracias a su inteligencia y visión, hoy Cuba está en la vanguardia en sectores tan decisivos como la salud pública, la educación y la ciencia.
Convirtió la solidaridad en un sentido de la vida, gracias a lo cual millones de personas en el planeta recuperaron la visión, mejoraron sus indicadores de salud y aprendieron a leer y a escribir mediante el método de alfabetización Yo sí puedo, cuyas primeras ideas compartió con la pedagoga Leonela Relys, quien luego lo desarrolló y llevó a la práctica.
Sin dudas, no tendríamos este país sin él, sin su magistral conducción, que ha colocado a los seres humanos por encima de todo.
El Consejo de Estado ha decretado nueve días de luto y una bandera a media asta. En todas partes del planeta y de esta Isla —que convirtió en el centro de su vida— se le rendirá los más altos honores. Mas el gran homenaje, el verdadero, el sentimiento más profundo, lo llevamos los cubanos en el corazón. Ciertamente, Fidel ya no nos acompañará físicamente, pero su ejemplo perdurará por los siglos de los siglos. Descanse en paz, ¡Comandante!
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