Rumor: Arma de manipulación masiva
El rumor, como la cuña para que apriete, debe tocar las fibras más sensibles. Que la versión de la supuesta desaparición y secuestro de niños y niñas en edad escolar se dispersara como gas neurotóxico, logró el objetivo de aterrorizar a padres y madres y alarmar a la ya inquieta sociedad venezolana que padece el acoso político de la oposición fascista interna, subsidiada por agencias gubernamentales estadounidenses.
Ciertamente, el rumor es una herramienta estratégica indispensable en la Guerra de Cuarta Generación (GCG) concebida para distorsionar la verdad pues estrictamente se nutre de información no confirmada para liberar temor, ansiedad, ira u hostilidad, entre otros sentimientos. En la GCG el campo de batalla es el ámbito psicológico para controlar la conducta de los actores en conflicto a través de campañas mediáticas donde el rumor y la desinformación sustituyen a las tropas, acorazados y aviones invisibles para someter al adversario.
Y para alcanzar ese objetivo, es necesario que el o los rumores se disperse (n) en un momento determinado, en sitios estratégicamente ubicad0s que faciliten su inmediata expansión (mercados, vías de acceso transitadas, escuelas o zonas muy habitadas) y por personas aparentemente sin intención política que generan la total credibilidad de su audiencia y, por tanto, se asume que son legítimos. Así pues, la naturaleza del rumor es contraria a la objetividad.
Para conocer los procesos del rumor, nadie mejor que Robert H. Knapp, experto en psicología de guerra, capacitador de agentes infiltrados y autor en 1944 del estudio La Psicología del Rumor. Él sintetiza este fenómeno psicosocial en la carta que dirigió en 1948 al Secretario de Asuntos Públicos Howland Sargent: “Por descontado, es obvio que, si puedes lograr tener la red de rumorología a tu servicio, tienes un poderoso instrumento de persuasión, especialmente entre aquellas personas que tienen sus opiniones formadas básicamente por información que le llega de oídas”.
Al pasar de persona en persona, los contenidos que conforman el rumor buscan fomentar el miedo y la agresión; es decir, nunca son inocentes. Knapp encontró que la clave del éxito de los rumores es que se trata de una declaración formulada para ser creída como cierta, relacionada con la actualidad y difundida sin verificación oficial.
En 1967, los psicólogos sociales G.W. Allport y L. Postman explicaban en su libro (con título homónimo al de Knapp) que los rumores corren con mayor velocidad en un ambiente donde no fluye rápido la información. Por consiguiente, es necesaria información lo más exacta posible, pronta y completa a la sociedad para cerrar el paso a los rumores.
Y con esa diligencia actuó el Gobierno de la Revolución Bolivariana, como eficaz muro de contención contra la mentira y la falacia, cuando horas después de desatada la campaña del secuestro de infantes, el presidente Nicolás Maduro expresó que la matriz creada por mentes perversas y que recorría las calles del país, era una mentira difundida por adversarios como el venezolano radicado en Estados Unidos, J.J. Rendón, considerado como experto en propaganda y desinformación. A su vez, el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, caracterizó el hecho de terrorismo.
Es bueno recordar que en 1977 el científico francés Michel Louis Rouquette descubrió tres elementos esenciales del fenómeno del rumor: por la situación en que aparece, el proceso de su transmisión y su contenido. Y precisamente el rumor de la presunta desaparición de niños venezolanos ocurre en un difícil momento en la vida sociopolítica del país, se transmitió boca-a-boca por personas a las que se atribuyó total credibilidad y el contenido tenía enorme carga emocional.
Basta ver la masiva movilización de los pobladores en Petare, cuando el rumor sobre los menores alcanzó su punto álgido el 25 de marzo. Fue hasta horas más tarde que la prensa local confirmó que no había denuncias formales en torno a ese delito. La Justicia reaccionó oportunamente cuando la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, anunció que personal del Ministerio Público se había movilizado tras difundirse la versión de que supuestamente tres personas habían arrebatado a un niño de cuatro años de los brazos de su madre frente a un preescolar en La Castellana.
La madre del supuesto menor plagiado, Carmen Janet Briones, operó como la difusora del rumor cuya falsedad se constató cuando su esposo explicó que el menor estaba bien y en otro preescolar, según reportó la emisora Alba ciudad 96.3 de FM. Más adelante, Briones confesó que recibió dinero para esparcir la falsa versión, se le encontraron 17 mil bolívares y fue detenida para la investigación correspondiente. La fiscal instó a la población a no hacer eco de esos rumores y a conservar la calma.
Así pues, el mejor antídoto contra la desinformación y su objetivo de manipulación de masas es la verdad, así como la información y acción expedita que se levantan como el más poderoso muro de contención contra la insidia.
Este negro episodio de la rumorología contra la Revolución Bolivariana, alerta a los venezolanos de la ofensiva psicológica que está dispuesta a librar el fascismo. Así que, ante el terror la información oportuna y veraz.
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