lunes, 30 de marzo de 2015

Bajo la lupa
BlackRock se lleva(rá) petróleo y gasoductos de México
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Panorámica de la planta de gas natural licuado de Sempra Energy, en Ensenada, Baja California
Foto Notimex
 
Como señalé hace más de 15 meses, BlackRock, máximo banco de inversiones del mundo que dirige el israelí-estadunidense Larry Fink, había sido el supremo vencedor de la privatización de los hidrocarburos del “México neoliberal itamita (http://goo.gl/nB3ag4)”, fagocitado por EU, pero sin mexicanos.
La reciente enajenación catastral de los superestratégicos gasoductos que remata Pemex favorece a BlackRock (http://goo.gl/sE5uus ).
La jugada central estratégica de los hidrocarburos/gasoductos la controla BlackRock, mientras la operación periférica –que desdeñan las trasnacionales anglosajonas– la descuelga el ganadero Alberto Bailleres y su grupo ITAM, cuyo clan en las entrañas del gobierno facilitó el desmantelamiento de Pemex que incluye las gasolineras que ahora despachará Oxxo (http://goo.gl/UpjNMs ).
BlackRock y otro banco anglosajón, First Reserve, aportarán 45 por ciento del capital de 900 millones de dólares para la construcción del gasoducto Los Ramones II de 744 kilómetros, regalado por la fantasmagórica filial PMI de Pemex que dirige el itamita (literal) Carrera Panizzo, quien antes vendía divisas y ahora remata superestratégicos gasoductos en pesos devaluados (http://goo.gl/23Sttd ).
El México neoliberal itamita no controlará nunca más los superestratégicos gasoductos cuando la espectral filial PMI de Pemex tiene en puerta el remate de otros dos: 1) el golfo centro (de Tuxpan a la zona metropolitana) y 2) el corredor transoceánico/transístmico de Pajaritos (Coatzacoalcos) a Salina Cruz desde donde exportaría a Asia el gas natural de EU –mientras captura el gas shale del seco noreste mexicano– para la controvertida Asociación Transpacífica (TPP, por sus siglas en inglés) del que forma parte el México neoliberal itamita y que inmunizará a las trasnacionales de EU de las anacrónicas leyes nacionales, según perturbadora filtración de Wikileaks (http://goo.gl/1zg0Q5 ).
La primera fase del gasoducto Los Ramones fue inaugurada el 2 de diciembre de 2014 con una inversión de 600 millones de dólares y tiene una longitud de 116.4 kilómetros que conecta el yacimiento de gas shale de Eagle Ford (Texas) –compartido en la transfrontera con México– al municipio Los Ramones (Nuevo León).
Los Ramones I&II detonan la integración de la red de gas de Norteamérica extraído mediante el polémico fracking (fracturación hidráulica), que ha sido prohibido en el estado de Nueva York por múltiples razones deletéreas: producción de sismos, utilización tanto de sustancias cancerígenas como de enormes cantidades de agua en zonas deshidratadas.
Pemex remata sus gasoductos en forma alocada y sin sindéresis geoestratégica (http://goo.gl/NGSpJm ), mientras los magnos bancos de inversiones de EU compran con orientación estratégica los regalos de PMI/Pemex.
Los omnipotentes bancos de inversiones BlackRock y First Reserve empiezan a controlar los superestratégicos gasoductos del México neoliberal itamita que lo harán superdependiente de EU por la vía cupular de la financiarización: la trampa perfecta de etéreo papel contable. Se bursatilizan de facto los gasoductos de México.
En paralelo, la mancillada Blackstone (http://goo.gl/UWhk9e ) –progenitora de BlackRock y Protego/Evercore Partnership ()–,http://goo.gl/sB1mur)–, que cobró dos veces los seguros de las torres destruidas de Nueva York el 11/9 por ser gemelas (¡no es broma!: http://goo.gl/Ce4WOY ), fue autorizada por el Departamento de Energía de EU para exportar a México la electricidad de su planta texana que había comprado en sincronización a la entreguista reforma energética Peña/Videgaray/Aspe. ¿Simple coincidencia?
Con los movimientos de las bancas gemelas Blackstone/BlackRock se profundiza la integración energética de Norteamérica propalada por Goldman Sachs (http://goo.gl/jdPXZS ) y el think tank CFR (http://goo.gl/JdrXaT ) muy bien lubricado por las trasnacionales bancarias de EU que controlan a sus poderosas petroleras.
A menos de que se trate de un clásico truco financierista al que nos tiene acostumbrados BlackRock desde su gestación macabra, ahora con el fin de invertir por la puerta trasera del deshidratado noreste mexicano para explotar su gas shale, ¿qué advendrá si mañana Texas, por presión ciudadana, prohíbe el fracking en Eagle Ford?
¿Cómo quedarían los gasoductos Los Ramones I&II?
En retrospectiva, fue un gravísimo error de los anteriores presidentes de México y sus ineptos directores tanto de Pemex como de CFE haber apostado en el gas para la generación eléctrica, presuntamente por exigencias de EU.
En 1990, el porcentaje del gas para la generación eléctrica en México fue de 13 por ciento y se disparó a 54 por ciento en 2013: ¡cuatro veces más en un cuarto de siglo (http://goo.gl/wzo4Ml )!
El manejo del gas en México, sea populista o neoliberal, ha sido cataclísmico hace 39 años ininterrumpidos (http://goo.gl/thqQlX ): desde la locura del gasoducto Cactus-Reynosa –cuando James Schlesinger, secretario de Energía de EU, le tomó el poco pelo que tenía López Portillo (http://goo.gl/xwgzj5 ) y lo dejó con las llaves en la mano para acabar quemando el gas– hasta la compra fraudulenta del gas peruano por Calderón para favorecer a sus socios gaseros españoles.
La producción de gas en México declinará sustancialmente y es un mercado en el que se despacharán con la cuchara grande las trasnacionales de EU, a lo que se adelantan las dos bancas gemelas Blackstone y BlackRock para controlar entrega eléctrica y gasoductos by the time being.
La declinante producción de gas del México neoliberal itamita representa 60 por ciento del abasto total –frente a 85 por ciento de 2005–, por lo que dependerá todavía más de la entrega estadunidense cuando su importación se ha disparado en forma exponencial desde 2000, a grado tal que está a punto de importar 10 por ciento de la producción total de gas de EU.
Dicho en forma sucinta: el México neoliberal itamita fenece en el mercado gasero de Norteamérica con todo y sus gasoductos.
Tras la prohibición del fracking en Nueva York, faltará ver la evolución del fracking a la oposición ciudadana, ya no en el México neoliberal itamita que lo tolera en forma insensata y aplica la política unilateral de EU, sino en el restante de los estados de EU cuando se pueden evaporar todos los espejismos de la revolución energética del siglo XXI que cacarean en forma demencial los epígonos filoestadunidenses y antimexicanos de IMCO (http://goo.gl/DGj0Kg .).
Al locuaz golpista (literal) Pardiñas –infatuado empleado del presunto evasor fiscal Díez Morodo que preside IMCO–, no le cambiaron el mapa, sino que carece de brújula para deambular en la cartografía nacional.
Más que beneficiar a los consumidores mexicanos –como tampoco importó a la quebrada gasera texana Enron la suerte de los desfalcados usuarios de California–, detrás de la supuesta filantropía sincronizada de las gemelas Blackstone y BlackRock se encuentra, vía la depredación del fracking, abaratar el exponencial consumo eléctrico del outsourcing (maquila) de la manufactura de las trasnacionales de EU en México para golpear a China mediante el irrendentismo mercantilista del secreto TPP.

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