Actualizado:02/07/2013 16:23 GMT
Los estudiantes chilenos, indignados por la manifiesta indiferencia de las autoridades ante sus reclamos de un mejor sistema educativo, volvieron a tomar el lunes cuatro colegios de la capitalina Santiago, que fueron desalojados antes de las elecciones primarias celebradas el pasado domingo.
A los cuatro colegios que volvieron a ser ocupados se sumarán próximamente otros.
Dos días antes de dichos comicios, 130 estudiantes chilenos fueron detenidos por la Policía durante el desalojo de 28 colegios en Santiago y otras regiones: en la Región Metropolitana de Santiago y en la ciudad de Concepción, en el sur de Chile.
Los planteles educacionales sirvieron de centros de votación en las elecciones primarias del domingo.
Los alumnos ocuparon las instalaciones como parte de sus protestas por una educación pública gratuita y de calidad. Estos critican a la ministra de Educación, Carolina Schmidt, que asumió el cargo tras la destitución en el Congreso de su antecesor, Haral Beyer, porque se tomó vacaciones en medio del conflicto, pues viajó a Italia a celebrar sus 20 años de matrimonio.
“Decidimos retomar por todo lo que ha ocurrido: las vacaciones de la ministra y el poco pronunciamiento que ha tenido, los desalojos fueron violentos. Por eso, (queremos) seguir ejerciendo la presión como es el mecanismo de la toma”, según la dirigente estudiantil Isabel Salgado.
“La retoma se va a dar ahora. Va a haber liceos que tendrán asambleas para ver qué hacer respecto de esa forma de movilización”, ha sostenido este martes Moisés Paredes, portavoz de los estudiantes de Educación Secundaria y dirigente del Liceo Arturo Alessandri, uno de los colegios que volvieron a ser tomados.
Chile, el país con la educación superior más cara del mundo, desde 2011, es escenario de constantes manifestaciones estudiantiles en contra de la privatización del actual sistema educativo del país, que proviene de la época de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Desde el estallido de las marchas hasta el momento, tres ministros de Educación han caído, pero ello no ha dado los frutos esperados, ya que el gobierno sigue desatendiendo las demandas de los estudiantes.
El país andino vive su tercer año consecutivo de protestas por una educación pública, gratuita y de calidad; las ocupaciones de colegios y universidades es una forma de presión que ejercen los estudiantes en el marco de su demanda por una profunda reforma del sistema educativo.
Según cifras oficiales, el Estado chileno se hace responsable solo del 18 % del total de la matrícula, mientras que las familias asumen el costo del 82 %, una tasa que supera a la de cualquier otro país de la región.
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