sábado, 27 de julio de 2013

Un nuevo sabor
fragoline di bosco
ética, fe 22 de julio de 2013

Tengo curiosidad, soy curioso por naturaleza. Me gusta probar, encontrar cosas nuevas e inesperadas, diferentes. Los gustos, sabores, personas, ideas…
Tal vez ustedes piensan que conocen el sabor de fresa. Toman helado de fresa, chicle de fresa. Tienen razón, les encanta.
Pero, un día, en algún lado, quizá en Italia, recogen una pequeña fresa salvaje, la prueban y descubren que necesitan para redefinir por completo el concepto de sabor a fresa. Es otra cosa respecto al jugo que los frutos los ha visto ni siquiera de lejos.
El vinagre balsámico hecho con el caramelo es del todo agradable, pero no se puede comparar con el verdadero. Y cuando han gustado una vez un helado artesanal, no lograrán soportar aquellos hechos con polvo de colores.
Un jamón, un jamón de pata de cerdo pues sólo esto puede decirse jamón, es diferente de lo de ave (pollo, pavo, avestruz): tiene otro sabor, es otra cosa.
Lo que nos engaña es a veces la falta de comparación. Creemos sinceramente que los que probamos es lo mejor, que nuestra vida es agradable, ya que no sabemos más.
O, quizá, no es sólo esto.
Pues también el hábito, la rutina nos impone reglas, barreras, cercas que ni siquiera intentamos de romper, de evadir. Son las más terribles, las más solapadas. Pensamos que son connaturales, que hacen parte de nuestro ser: el tirano más cruel es lo que tenemos adentro de nosotros.
Es el hábito de obedecer que nos impide buscar la libertad; es el hábito de mirar siempre el piso que nos impide ver las estrellas; es el hábito de ir siempre por el mismo rumbo que nos aleja de los diferentes, nuevos, caminos de la vida.
Puede ser que una vez hemos escuchado una voz que nos decía, adentro de nosotros, que la vida es un misterio y que hay que explorarla, hay que vivirla con plenitud y admiración.
Nunca le hemos prestado atención, pero ahora… ahora tenemos la posibilidad de elegir entre buscar el sabor que no sabíamos, o continuar como antes.
La diferencia es que ahora sabemos que hay algo mejor.
Qué hacer, cómo usar nuestra libertad se convierte en una cuestión de gusto. Para la verdad.







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