Una
pareja rusa ha creado un museo muy especial: consta de autos de
fabricación estadounidense de distintas épocas que, antes de convertirse
en piezas de exposición, tuvieron su propia historia en la URSS.
El museo surgió en los años 90 en la ciudad rusa de Mozháisk, cuando
Andréi Kirílov compró un Chevrolet Camaro que ya en aquel entonces era
todo un clásico. Desde entonces, su colección se agrandó hasta alcanzar
más de 200 vehículos capaces de cautivar la imaginación de cualquier
entusiasta del motor.
Según narra su esposa Ekaterina, Andréi simplemente paraba los autos
de fabricación estadounidense que veía circular por las calles e
intentaba comprarlos. De hecho, siempre llevaba algo de dinero consigo.
"En la mayoría de los casos lograba convencer a
los dueños para que le vendiesen sus autos, pero hubo algunos ancianos
tercos a los que tardó años en convencer", cuenta Ekaterina.
Algunos
los tuneó para que fueran "más entretenidos y tuvieran más adornos",
como fue el caso de un Chevrolet convertido en un coche patrulla de la
Policía. De acuerdo con Andréi, la creación de un automóvil como este
requiere de un trabajo meticuloso.
El museo 'Avtokombinat' está ahora abierto al público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario