lunes, 24 de junio de 2019

Irán: Ejército de EEUU no tiene nada que hacer en el Golfo Pérsico

  • El portaviones USS Abraham Lincoln navega en las aguas del Mar Arábigo cerca del buque anfibio de asalto USS Kearsarge,17 de mayo de 2019.
Publicada: lunes, 24 de junio de 2019 19:32
Actualizada: lunes, 24 de junio de 2019 22:33

El Ejército de EE.UU. no tiene “nada que hacer en el Golfo Pérsico”, ha afirmado el canciller iraní, tras anunciar Washington nuevos embargos contra Teherán.
“(El presidente de EE.UU.) Donald Trump tiene 100 % razón en que el Ejército estadounidense no tiene nada que hacer en el Golfo Pérsico”, ha escrito este lunes el minstro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, en su cuenta de Twitter.
La retirada de las tropas estadounidenses de Oriente Medio va en línea con los intereses de Estados Unidos y del mundo en su conjunto, prosigue la publicación del diplomático.
Sin embargo, ha añadido, está claro que en este momento los intereses estadounidenses no importan en absoluto al “Equipo B” —como Zarif designa al cuarteto integrado por el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton; el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman; su homólogo emiratí, Muhamad bin Zayed; y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu—, que desprecia la diplomacia y “ansía la guerra”.

(El presidente de EE.UU.) Donald Trump tiene 100 % razón en que el Ejército estadounidense no tiene nada que hacer en el Golfo Pérsico”, ha tuiteado el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif.
El ministro ha publicado su mensaje después de que Trump pidiera a los países importadores de petróleo que protejan sus propias embarcaciones, tras los recientes incidentes del Golfo Pérsico y el mar de Omán atribuidos por Estados Unidos a Irán. Teherán no solo lo desmiente, sino que atribuye su autoria a los aliados de Washington en la región.

Horas antes, el propio Zarif había sido blanco de nuevas “sanciones” financieras anunciadas por la Administración de Trump contra altos cargos iraníes, incluidos el despacho del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, y varios comandantes del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
Washington impone estas medidas coercitivas contra Irán tras el derribo por el CGRI de un dron espía estadounidense en la provincia meridional de Hormozgan el pasado jueves.
Las nuevas medidas asfixiantes y draconianas contra Irán reafirman la escalada de hostilidades que promueve Trump desde que llegó al poder en enero de 2017.
Incluso antes, cuando trataba de hacerse con la candidatura republicana en las presidenciales de 2016, pregonaba que si llegaba a ocupar la Casa Blanca no dudaría en romper el acuerdo nuclear de 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
En virtud del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre del pacto, Irán se comprometía a rebajar el desarrollo de su programa nuclear a cambio de la cancelación total de las sanciones internacionales impuestas en su contra.
Pasado algo más de un año de su juramentación, en mayo de 2018, Trump retiró unilateralmente a su país del PIAC, reimpuso embargos a Irán e incluso invitó (en vano) al resto de signatarios a secundarlo, con el objetivo de obligar a Teherán a renegociar el documento.
Desde entonces, la Casa Blanca ha aplicado una política de “máxima presión” sobre Irán, amenazando con castigar a otros Estados si siguen comerciando con los iraníes.
En un intento por forzar nuevas negociaciones sobre el programa de energía nuclear persa, Washington ha agitado la amenaza de un conflicto armado contra Irán —desplegando en este contexto varios miles de militares y algunos barcos de guerra en el Golfo Pérsico—, lo que ha generado el rechazo de la comunidad internacional, exceptuando a sus aliados en la región.

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