Entrega controlada, Acuerdos de Oslo, Venezuela y Bachelet
El
escenario político y social de Venezuela se ve dañado por quienes
gobiernan el mundo y se disputan su hegemonía económica, es decir,
EE.UU., China y Rusia.
Esto que estamos padeciendo los
venezolanos ya está definido por quienes gobiernan el mundo y se
disputan su hegemonía económica, lo que significa el control
geopolítico, ideológico y social sobre el resto de países dependientes y
semicoloniales. Me refiero a los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU),
China y Rusia.
China y Rusia en resguardo de sus intereses económicos en la
República Bolivariana de Venezuela y creyentes de la posibilidad de otro
mundo multicéntrico y pluripolar, se han asegurado de
crear las condiciones que obliguen a una salida política pacífica y
menos cruenta, incluso, con los pies sobre la tierra, previendo una “entrega controlada”
del poder político, del chavismo y un sector de la izquierda, a la
derecha militante venezolana, tal y como viene labrándose en la capital
de Noruega, Oslo.
En este orden de sucesos, ante los avances de la política de cerco,
terror y ruina económica que ha liderado el gobierno estadounidense
contra los venezolanos, desde el genocida con pena étnica, hasta el
pornopuritano retroconservador, las dos potencias amigas han contribuido
en el convencimiento de que en los Acuerdos de Oslo se concerte el llamado a elecciones generales,
al mismo tiempo que estos aliados del gobierno venezolano y otros
tantos amigos han mostrado los dientes a la hiena imperial de Estados
Unidos de Norteamérica, pues esta última prefiere arrebatar para cogerse
todos los recursos minerales y energéticos de Venezuela y, por esta
vía, hacerse para sí de la reserva petrolera más grande del mundo, lo
que le garantizaría su supremacía sobre cualquier potencia que se
pretenda erigir, lo que pondría a EE.UU. como amo y señor del planeta
Tierra.
Pero, no les basta con la salida del poder político del
presidente venezolano, Nicolás Maduro, sino que también se plantean la
liquidación de toda propuesta socialista y de toda memoria que evoque el
pensamiento y obra de Hugo Chávez Frías.
El problema lo tenemos ahora y lo seguiremos teniendo los de a pie,
los ciudadanos comunes, más los dos tercios de la dirección del Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV), porque hay
quienes entienden que Nicolás Maduro no debe ser candidato, ni ninguno
de sus ministros, allegados, deudos, familiares, ni amigos, dado su
fracaso gubernamental reflejado en la primera determinación, la
económica, de la que deviene el efecto dominó en el resto de los
ámbitos, y, no podemos soslayar, por la corrupción generalizada, de la
que han hecho su festín tirios y troyanos, aunque mediáticamente, toda
la caca se la endosan al chavismo.
Ahora bien, en el escenario actual, todos los sensatos entienden
también, que sea quien sea el candidato del Polo Patriótico que emprenda
la campaña electoral en nombre del legado del Comandante Hugo Chávez y
del proyecto socialista, llevará el hándicap de seis años de ruina,
hambre y miseria de la población, causadas por el terrorismo económico
liderado por el imperio estadounidense, rogado por una oposición
terrorista y muy corrupta, cuya cabeza visible, hoy ha pasado de los
inefables Leopoldo López, Julio Borges y Henry Ramos Allup, a manos de
un imbécil aún más corrupto y sangre fría, como el autoproclamado Juan
Guaidó, quien debiera estar procesado judicialmente y preso hace tiempo,
pero que el celestinaje, la diplomacia de las conveniencias y la
cabronería lo mantienen con total impunidad en la calle, tal vez, para
usarlo como salvoconducto en caso de ruptura del orden constitucional.
Y, por si los ingenuos de a pie no nos hemos percatado, el gobierno
que preside Nicolás Maduro, según palabras de la aludida, “ha invitado a
la Alta Comisionada por los Derechos (DDHH) de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet”, enemiga jurada del gobierno revolucionario que presidió el Comandante Hugo Chávez y del Presidente Nicolás Maduro.
Esta señora puso todos sus recursos durante sus dos gobiernos como
presidenta de Chile, para conspirar contra Venezuela y para formar
cuadros políticos venezolanos, enseñándoles ideología fascista con
cualquier excusa, amén de todas las armas que entraron a Venezuela por
valija diplomática chilena y el montón de dólares que repartió entre la
oposición venezolana para mantener las barricadas de terrorismo y
muerte, mal llamadas “guarimbas”, cuyos muertos han quedado en la total
impunidad, pese a la Comisión de la Verdad y gracias al perdón otorgado
por los muertos ajenos, que no dolieron a quienes los exoneraron de
pagar ante la justicia sus atrocidades.
Michelle Bachelet estaba y está descalificada para venir a Venezuela a observar cómo opera y se garantizan los DDHH.
Ella sólo vino a montar un expediente contra Nicolás Maduro y contra su
gobierno y esto lo sabía muy bien el mismo Nicolás Maduro, quien
incurrió en el error de invitarla y tenderle la mesa para el banquete de
terror que se nos viene con la invasión que pretenden desde el gobierno
de EE.UU., para ellos arrebatar. Y hubo un montón de pendejos del lado
del chavismo que exhibieron sus fotos al lado de tan despreciable mujer
que sólo vino a burlarse de los indefensos y a hacernos más daño, cuyas
consecuencias se harán sentir en muy poco tiempo.
Al final de su visita a Venezuela, desde el Aeropuerto Internacional
Simón Bolívar de Maiquetía, artera y ruin (“que es despreciable por
cometer o ser capaz de cometer malas acciones, con falsedad, hipocresía,
traición o engaño”: Diccionario Google en español), como lo es esta
tipa, con lenguaje lacónico, acusó a Nicolás Maduro de violar
los DDHH, le sembró sus agentes en Venezuela y exculpó al imperio
estadounidense de toda responsabilidad de la crisis y terrorismo
económico que estamos padeciendo los trabajadores honestos venezolanos, pues según la Bachelet esta crisis económica es “preexistente” y previa a “las sanciones y bloqueo económico estadounidense”.
Habría que ser bien estúpido para no saber que Michelle Bachelet es
una malinche arrastrada del imperio estadounidense, la misma que en sus
dos gobiernos ordenó y toleró el asesinato y razzia de los hermanos
mapuches, la represión contra estudiantes universitarios, el femicidio y
otras atrocidades en Chile, en favor de los ricos, además de ser
corrupta, como se demostró en la trama de su hijo consentido, quien robó
en su nombre.
Está visita de Michelle Bachelet fue la estocada final para montar el
expediente de violación de DDHH que el gobierno estadounidense
necesitaba para arrebatar a la fuerza y convertir a Venezuela en su
colonia, mientras que desde Oslo, no sabemos si se cristalice la salida
de Nicolás Maduro y de todo el chavismo en una entrega controlada llamada “elecciones generales”
o sólo los representantes de esa derecha extrema distraigan a los
aliados de Venezuela y a Nicolás Maduro, mientras montan su operación de
derrocamiento con la excusa del restablecimiento de los DDHH.
De cualquier manera, la crisis económica, política y social está
haciendo que las miserias humanas afloren al mayor y al detal. Seguirán
cayendo unos pequeños focos de militares, que mandan a lanzar con bloof o
globos de ensayo golpistas, unos funcionarios cercanos al Presidente ya
se dedican a hacer labor de sapa y boicot silencioso, mientras que
otros empezaron a traicionar abiertamente a Nicolás Maduro y al
chavismo. Pero, más acá, en general, la desesperanza y el descreimiento
generalizado de la población, chavista y no chavista, sigue creciendo en
espera de “que suceda cualquier vaina, pero que esta situación se acabe”,
tal y como lo expresan desde su oralidad triste y cansada, en cada
espacio de la vida social. Pues, esto es peor. Que alguien le diga al
Presidente que estamos muy mal y a tiempo de corregir.
Escrito por Luis Alexander Pino Araque
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