Alberto Fernández, el elegido por Cristina para encabezar su fórmula en Argentina
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REUTERS / Stringer
Alberto
Fernández fue jefe de Gabinete durante los primeros cinco años de los
Gobiernos del matrimonio Kirchner (2003-2008). Después de distanciarse
durante 10 años, se transformó en armador del peronismo opositor, y
ahora regresa al lado de la exmandataria Cristina Fernández como apuesta
del justicialismo para llegar a la presidencia de Argentina.
Unificador,
conciliador, pacificador. Las características que se le adjudican a
Alberto Fernández parecen más las de un diplomático y poco tienen que
ver con la impronta que ha caracterizado desde siempre a los
carismáticos líderes del peronismo, un movimiento político verticalista y
piramidal, definido por el culto a la personalidad.
La fórmula la encabeza él pero la potencia, la carga semántica, la
ideología son todas adjudicables a ella. Las decisiones, hasta ahora,
también. Cristina Fernández de Kirchner es el cerebro del movimiento,
Alberto Fernández, su designado ejecutor.
Malamud
destacó la estrategia de la expresidenta para reunificar el peronismo
al postularlo a Alberto como candidato a presidente y así recapturar a
los gobernadores peronistas, quienes no fueron enfrentados con
candidatos del kirchnerismo duro en las elecciones provinciales y que
vieron con mejores ojos la posibilidad de una oposición a Macri sin ella
a la cabeza.
La senadora, quien se enfrenta a numerosas causas judiciales y cuenta
también con el rechazo de gran parte del electorado, decidió evitar la
división de la oposición justicialista. La jugada fue astuta y logró
tirar por tierra el armado del frente alternativo, opuesto tanto a Macri
como a la figura central de Cristina. Alberto fue clave en la
subordinación de Sergio Massa, una de las figuras emblema del peronismo
'anti K'.
Fernández es abogado especialista en Derecho Penal, cátedra para la
que sigue siendo docente en la Universidad de Buenos Aires. Es un
político de larga trayectoria e inició sus actividades a mediados de la
década de 1980. Entre 1989 y 1995 ejerció como superintendente de
Seguros de la Nación, durante la presidencia de Carlos Menem
(1989-1999).
En 1998 apoyó la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde, quien años más tarde fue presidente interino (2002-2003), y junto a este fue uno de los impulsores de la figura de Néstor Kirchner, primero como su jefe de campaña y luego como jefe de Gabinete de ministros durante su presidencia (2003-2007).
Continuó en este cargo durante el primer año de Gobierno de Cristina
pero sus diferencias con la mandataria lo llevaron a renunciar. Durante
los siguientes años cortó relaciones con la entonces presidenta y se
transformó en un impulsor de figuras del peronismo opositor, primero de
Massa y después de Florencio Randazzo, exministro de Interior y
Transporte.
La diferencia entre el accionar de Alberto Fernández con otras figuras del peronismo es que nunca buscó el poder para él mismo y que, por más que tomó partido por tal o cual personaje en las internas del movimiento, nunca cortó del todo el vínculo con nadie. Nuevamente cerca de la principal figura del peronismo, Cristina, su papel es el de aglutinador en un momento crítico en la Argentina. A fin de cuentas, nadie unió más al peronismo... que Macri.
"Es un político tradicional, de rosca y
diálogo. No tiene peso electoral propio ni una organización que le
responde. Su poder como presidente residiría en su capacidad negociadora
y su lapicera, la que firma cheques y decretos", dijo a Sputnik el
analista político Andrés Malamud.
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AFP 2019 / JUAN MABROMATA
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AFP 2019 / JUAN MABROMATA
En 1998 apoyó la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde, quien años más tarde fue presidente interino (2002-2003), y junto a este fue uno de los impulsores de la figura de Néstor Kirchner, primero como su jefe de campaña y luego como jefe de Gabinete de ministros durante su presidencia (2003-2007).
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REUTERS / Handout / Prensa Senado
La diferencia entre el accionar de Alberto Fernández con otras figuras del peronismo es que nunca buscó el poder para él mismo y que, por más que tomó partido por tal o cual personaje en las internas del movimiento, nunca cortó del todo el vínculo con nadie. Nuevamente cerca de la principal figura del peronismo, Cristina, su papel es el de aglutinador en un momento crítico en la Argentina. A fin de cuentas, nadie unió más al peronismo... que Macri.
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