AMÉRICA LATINA
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El pedido de armamento que Argentina realizó a EEUU "no responde a ningún tipo de lógica", es "desproporcionado" y contrasta con las políticas de ajuste "hacia el interior de las Fuerzas Armadas" que desarticularon programas estratégicos para el país, dijo a Sputnik el exministro de Defensa (2013-2015) Agustín Rossi.
Según el exministro Rossi, "mientras aparece la intención de comprar armas [a EEUU], al interior de las Fuerzas Armadas el Ministerio de Defensa está llevando un profundo ajuste" que ha obligado a abandonar "planes que tienen que ver con la potenciación de su equipamiento militar".
Entre los proyectos cancelados por la actual administración, Rossi enumeró la "remotorización" de los [aviones] Pucará, las tareas de media vida del submarino Santa Cruz —que lo dejará inoperativo— y la construcción de radares argentinos por parte de la empresa estatal INVAP.
Asimismo, el exponente del opositor Frente para la Victoria (FpV) denunció que se están "unificando bases" y "se han suspendido todos los planes de actualización de las fábricas militares". En este último sector, "un área muy sensible", indicó que "no se mejoran las condiciones de seguridad".
"Argentina tiene un enorme plan de ajuste que desarticula el complejo de la industria de la defensa nacional y por el otro lado estamos comprando armamento 'llave en mano' desde EEUU", subrayó Rossi.
Según el extitular de la cartera de Defensa argentina, "la compra no responde a ningún tipo de lógica" ya que Argentina tiene un Plan de Capacidades Militares "que deja perfectamente indicado cuál es el equipamiento que tienen que adquirir y tener las fuerzas armadas para mantener su capacidad operativa".
"No solamente está indicado qué tipo de equipamiento sino además el orden secuencial de qué se tiene que comprar. El pedido que se ha hecho a EEUU a todas luces resulta hecho al voleo, sin ningún tipo de rigurosidad técnica. Es como si hubieran entrado a un supermercado y hubieran dicho ‘compramos 10 de esto y 15 de esto otro' sin ningún tipo de criterio", opinó el entrevistado.
En ese sentido, puso como ejemplo la compra de tanques, algo que "no tiene ningún sentido" dada la dotación "importante" que tiene Argentina de este equipamiento. Además, apuntó que "se está llevando un proceso de modernización de las torres de disparo de sistemas analógicos a digitales".
La presunta compra de material militar trascendió por medio de una carta firmada en junio de 2016 por el embajador de Argentina en Washington, Martín Lousteau, y dirigida al congresista demócrata Peter Visclosky. La misiva adjunta un listado de armamento que, según indicó en un comunicado el bloque de diputados del FpV incluye "poderosos aviones de caza, tanques de guerra, misiles de mediano y largo alcance, helicópteros similares a los utilizados durante la guerra de Malvinas".
El pedido de la carta se fundamenta en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. La información divulgada por el FpV estima que el monto de la compra ascendería a unos 2.000 millones de dólares. Por tal motivo, hicieron una denuncia y llamaron al Congreso a los ministros de Defensa, Julio Martínez, y la canciller, Susana Malcorra.
El Ministerio de Defensa salió al cruce de las acusaciones y respondió a través de un comunicado que "el listado de armamento aludido tiene carácter exploratorio, genérico y público y de ninguna manera se trata de una lista de materiales a adquirir".
La cartera "niega la intención de compra de todo el armamento militar expuesto" y subraya que la consulta transmitida al congresista "obedece a la inquietud de conocer las posibilidades de acceder a programas de cooperación y/o ayuda militar". El Gobierno destacó que este listado "no está valorizado" porque "no guarda relación" con el presupuesto.
Rossi consideró de todos modos "preocupante la poca transparencia del acto". Explicó que "las Fuerzas Armadas argentinas tienen una forma de contratación de material bélico en EEUU, utilizada también por los principales países del continente que es a través de la FMS [Foreign Military Sales], una agencia ligada al Pentágono".
Según el entrevistado, "acá no se ha utilizado esa agencia, no ha participado ni el secretario de logística del ministerio ni de cada una de las Fuerzas". Tampoco intervinieron "los agregados militares con asiento en EEUU". Quienes intercedieron fueron "el embajador [Lousteau], dos diputados nacionales [del oficialista bloque Cambiemos, Eduardo Amadeo y Luciano Laspina] y un congresista estadounidense [Visclosky]".
"Está claro que si Defensa dice que no había intencionalidad de compra es mucho más grave la situación. Se obvió en el pedido de compra al mismo Ministerio por lo cual se está en un mecanismo absolutamente irregular", opinó.
Respecto a la fundamentación por las amenazas del terrorismo, el político consideró que son "justificaciones" basadas en "un hecho no comprobable". Además, afirmó que "las leyes argentinas impiden a las Fuerzas Armadas actuar en cuestiones referidas a la criminalidad común u organizada", competencia de las Fuerzas de Seguridad.
"Parece claramente desproporcionado y fuera de lugar el hecho de estar comprando armas por ese monto mientras no se dan respuestas internas a distintas situaciones que vienen padeciendo los argentinos", concluyó el exministro
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