El gabinete político-militar de Israel aprobó por unanimidad la decisión de establecer un nuevo asentamiento judío en la ribera occidental del río Jordán, informó el servicio de prensa del primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, así como el mismo político en su página de Facebook.
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El asentamiento del Valle de Shiló está destinado para los residentes de la colonia de Amoná, evacuados por orden del Tribunal Supremo de Justicia de Israel. Se prevé la construcción de cerca de 2.000 viviendas.
La colonia de Amoná se empezó a construir a partir de 1996 en el territorio palestino ocupado de Cisjordania. La ONU considera los asentamientos judíos en el territorio de Cisjordania como ilegales y contrarios al derecho internacional.
En contra de la ONU y de Trump
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El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó a finales de diciembre de 2016 la resolución 2334, en la que se le exige a Israel cesar de inmediato y por completo todas las actividades de asentamiento en el territorio palestino ocupado.
Tel Aviv declaró que no tiene la intención de cumplir esta resolución. Por su parte, Netanyahu calificó la acción como una "vergüenza".
La aprobación de la resolución enturbió las relaciones entre Israel y la anterior Administración estadounidense encabezada por Barack Obama. Israel esperaba que Estados Unidos bloqueara la resolución, a través de su derecho a veto, sin embargo, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, se abstuvo de votar.
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A principios de febrero, cuando ya Trump había asumido el cargo de presidente, el Parlamento israelí aprobó una ley que legalizaba los edificios construidos en tierra palestina. Según el documento, Israel se negaba a destruir los asentamientos judíos construidos en Cisjordania y Jerusalén del Este, donde actualmente residen de 600.000 israelíes. No obstante, se legalizaron solo casas construidas por iniciativa del Estado.
Poco después, tuvo lugar la visita de Netanyahu a Washington, durante la cual Donald Trump prometió lograr un "gran acuerdo de paz" entre Israel y Palestina para descongelar el proceso, prácticamente estancado desde 2014. Al mismo tiempo, instó a ambas partes a mostrar moderación, y pidió a Netanyahu "calmarse un poco" respecto a la construcción de nuevos asentamientos, considerados por el mandatario estadounidense como "algo bueno para el mundo".
Menos de dos meses después de la visita, el gabinete político-militar aprobó la construcción de un nuevo asentamiento israelí en el Valle de Shiló.
La creciente tensión
Los medios israelíes explican que la decisión de establecer un nuevo asentamiento judío en Cisjordania, de hecho, se tomó antes de la solicitud de Trump.
Netanyahu había advertido al presidente de EEUU que tenía que mantener la promesa de la construcción del asentamiento de Shiló por "razones políticas puramente nacionales".
Al mismo tiempo, la posición inflexible de Israel respecto a la resolución número 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU está causando un serio descontento en Oriente Próximo.
"Últimamente, han aumentado de manera significativa las acciones agresivas de Israel. Probablemente, las autoridades, apoyadas por el nuevo presidente de EEUU, piensan que pueden tomar cualquier medida sin temor a la reacción de la comunidad internacional, que está ocupada con otros problemas de la región… Las autoridades israelíes están jugando con fuego. La paciencia de los palestinos no va a durar por siempre y puede terminar en el momento más impredecible", comentó Osama Hamdan, miembro de buró político del movimiento palestino Hamás, en una entrevista para el diario Izvestia.
Bajo la protección de Washington
Está escalando no solo el conflicto entre los israelíes y los palestinos, sino también aumenta la tensión en las relaciones de Israel en la ONU.
Un día antes de aprobar la construcción del nuevo asentamiento, Israel anunció que reducía su contribución a la financiación de las Naciones Unidas en dos millones de dólares al año.
"Esta decisión representa otro elemento de la campaña que Israel y nuestros amigos extranjeros —principalmente EEUU— realizamos para detener la discriminación anormal del Estado judío en la ONU y sus estructuras", manifiesta el comunicado, publicado en la página web oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.
En cuanto a EEUU, su posición fue expresada por la nueva representante permanente ante la ONU, Nikki Haley, que declaró que la nueva administración de EEUU no permitirá que se haga daño a Israel y no aceptará una resolución en su contra.
Haley calificó la aprobación de la resolución número 2334 como "acciones injustas contra el Estado judío", según The Jerusalem Post.
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