jueves, 30 de marzo de 2017

Un informe de la FAO indica qué países, al margen de sus condiciones naturales, han conseguido aumentar sus zonas verdes y cuáles han deforestado sus selvas.
Los registros de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), recogidos en la base de datos abierta del Banco Mundial, indican el porcentaje de ganancia o pérdida de área forestal de los países del mundo desde 1990.
La FAO excluye de su definición los sistemas de producción agrícolas (como, por ejemplo, una plantación de fruta) y los árboles de parques y jardines urbanos, según publica este jueves El País.
La deforestación sigue siendo la tendencia reinante. La superficie boscosa mundial ha mermado un 3 % (unos 130 millones de hectáreas) en los últimos 25 años. Lo ha hecho, eso sí, a un ritmo mucho menor: la tasa neta de pérdida de árboles ha pasado de siete millones de hectáreas anuales a tres millones en ese periodo, según el informe del estado de los bosques del mundo de la FAO.
El poder adquisitivo de las naciones, según los datos, guarda una relación cercana con la conservación de los bosques. Los países más desarrollados sumaron más de tres millones de superficie boscosa nueva entre 2000 y 2010; los menos, por el contrario, perdieron más de dos millones.
España ha ganado un 33 % de área forestal desde 1990, pasando de 13,8 millones de hectáreas a 18,4 millones. Cubierto de árboles en un 37 %, el país ocupa el tercer lugar continental en crecimiento tras Irlanda (62 %) y excepciones como Islandia, que ha doblado su superficie verde pero tan solo representa el 0,5 % del territorio, fenómeno que se replica en otros países como Baréin (172 %). El aumento nacional bebe principalmente de las repoblaciones, el éxodo de las tierras rurales y la expansión natural de la vegetación montañosa.

En términos absolutos, Finlandia, con un 83 % de bosques, la mayoría sostenibles, es el primer país europeo en la clasificación de los más verdes del mundo, copada islas pequeñas tropicales de Sudamérica y el Caribe, algunas naciones africanas y países del sudeste asiático y el Pacífico Sur.
Las regiones tropicales son las que se han visto afectadas con mayor dureza. En ellas se pierden alrededor de siete millones de hectáreas cada año. La necesidad de espacio para tierras agrícolas sitúa a países africanos como Togo (-73 %), Nigeria (-70 %) y Uganda (-56 %) entre los más devastados, además de naciones como Honduras (-44 %), Nicaragua (-31 %) o El Salvador (-30 %). En Brasil, donde se pierden unos 2,5 millones de hectáreas anuales, la superficie total ha descendido un 10 %. Por opuesto destaca Uruguay, país donde se ha ganado un 131 % de masa forestal y donde un 80 % tiene certificación de sostenibilidad.
Otras causas, como la agricultura comercial masiva, son responsables del 40 % de la deforestación, elevándose la cifra al 70 % en América Latina. La urbanización, la minería y la construcción de infraestructuras se reparten otro 30 %.
ftm/mla/nal

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