Venezuela: Respuesta a la contrarrevolución
Escrito por Arnaldo Musa
La clase obrera reafirma el compromiso con el aumento de la producción para derrotar la guerra económica, la voluntad indeclinable de transformar un modelo capitalista salvaje por un modelo socialista, la defensa de la patria ante el golpe de Estado que promueven sectores oligarcas y el llamado de solidaridad y unidad de todos los pueblos latinoamericanos para enfrentar las amenazas imperiales en la región.
En Caracas y otras partes de Venezuela, los trabajadores expresaron su firme apoyo a la Revolución Bolivariana y el rechazo a las maniobras interna y externa para llevar el caos a la nación y propiciar la caída del gobierno de Nicolás Maduro.
Sin dudas fue una expresión genuina popular el apoyo a los15 motores de la Agenda Económica Bolivariana, destinada a superar el “rentismo” petrolero y derrotar la guerra económica que afecta al país, al tiempo que se saludaba el anuncio oficial de un aumento salarial del 30%, importante para enfrentar los planes de la reacción.
El presidente de la República, Nicolás Maduro, insistió en destacar el papel de la clase obrera como un factor clave para el impuso de la nueva economía socialista productiva que se ha puesto en marcha en todo el territorio nacional.
"Hay que construir el Estado Mayor productivo. El gran reto de la clase obrera, la gran asignatura pendiente de la clase obrera y del socialismo, es desarrollar la economía, producir más y mejor que el sistema burgués capitalista", expresó.
Inconformes con las palabras de Maduro, por supuesto, están los legisladores de la “gusanera” de origen cubano, que propiciaron que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano pidiera la extensión por otros tres años más de las sanciones a Venezuela, poco después que el presidente Barack Obama prorrogará por otro año la ley que establecía injustificadamente que la nación suramericana es un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.
La congresista Ileana Ross-Lehtinen pidió incluso que a las sanciones a funcionarios, el congelamiento de cuentas bancarias y otros intereses venezolanos en EE.UU., se le sume la reducción del 10% de las importaciones de petróleo, como “apoyo a los oprimidos”, así como en castigo por la “violación de los derechos humanos”, y dejó implícito el deseo de la reacción venezolana de que se ponga en libertad a los culpables de muertes y destrucción por las “guarimbas”, entre ellos el publicitado Leopoldo López.
Críticos de esta `petición de la tristemente celebre “Loba Feroz”, señalan que no puede haber corte petrolero alguno, porque ayudaría a la campaña revolucionaria, podría internacionalizar el conflicto y no sería fácil de implementar, porque el gobierno de Estados Unidos no compra petróleo, sino que lo hacen empresas privadas. “Imponer un embargo parcial castigaría a las compañías petroleras estadounidenses -especialmente a Chevron, la mayor inversora estadounidense del sector petrolero venezolano- y las expondría ser nacionalizadas por el gobierno”, dicen.
Ello ocurre a unas dos semanas de haber sido revelado un extenso y minucioso documento que evidencia el plan desestabilizador de EE.UU. en conjunto con los dirigentes de la reaccionaria Mesa de la Unidad Democrática, que bajo un enfoque de “cerco y asfixia”, busca utilizar a la Asamblea Nacional de Venezuela como tenaza para obstruir la gobernanza, convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes, como otros mecanismos con los cuales se pretende derrocar al gobierno constitucional y legítimo de Nicolás Maduro.
La reafirmación revolucionaria de los trabajadores este Primero de Mayo ha sido una digna respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario