domingo, 28 de abril de 2019

Despertar en la IV república
Tamaulipas en vilo
 
Tamaulipas, en el extremo noroeste, es un estado bendecido por circunstancias favorables. Tiene un extenso litoral (433 kilómetros), puede desarrollar pesca, acuicultura y turismo; su cercanía con Veracruz, San Luis Potosí (Huastecas) y Nuevo León permiten aprovechar ventajas en los intercambios internos; tiene una superficie y una población equilibradas, distribuidas en varias ciudades; una frontera de 370 kilómetros con Estados Unidos y 18 cruces internacionales, podría ser una potencia comercial. Es resumen de todas las regiones del país. Además, cuenta con Matamoros, uno de los puertos con mayor potencial; mucho petróleo; su máximo poder es su gente, una población mestiza, laboriosa, bien alimentada e instruida. El nivel de escolaridad es elevado y también el de urbanización. Tiene una intensa actividad ganadera y agrícola, es campeón productor de sorgo.
Sin embargo, Tamaulipas es un estado en vilo. Hay una grave incidencia delictiva. Tiene una cifra negra (crímenes no denunciados o no investigados) pavorosa de 96.4 por ciento, la percepción de inseguridad entre su población es de 86.4 por ciento. ¿Cómo puede explicarse esta contradicción entre su riqueza potencial y los graves problemas de inseguridad? La ventaja de estar cerca de Estados Unidos se ha vuelto un elemento de al-to riesgo, la cercanía favorece al narcotráfico y a la compra de armas. Este comercio ilegal se combinó con la corrupción de las instituciones políticas, dos de sus ex gobernadores están presos. Un candidato a gobernador fue asesinado. En 2016 se produjo una alternancia y el nuevo gobierno alega que ha mejorado las condiciones de seguridad y aumentado la confianza, además se declara comprometido con la democracia pero sus detractores no opinan lo mismo.
Tamaulipas está a punto de celebrar elecciones locales para renovar su Congreso. Estos comicios serán un refrendo de la alternancia y del gobernador, podría haber la tentación de alterar los resultados, entonces, la joven democracia tamaulipeca perdería su ímpetu y volveríamos a los tiempos oscuros.
Colaboró Meredith González.

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