Honduras: No, al presidente de USA
Escrito por Nicanor León Cotayo
La policía hondureña reprime a quienes salieron a protestar contra el fraude Made in USA en las calles
Las elecciones generales del domingo último en Honduras corroboraron que Washington casi la trata como si fuera una colonia de Estados Unidos en Centroamérica.
Días antes de los comicios, portavoces gubernamentales declararon que el Tribunal Superior Electoral (TSE) cotejaría sus cifras “con la Embajada de Estados Unidos”.
La jefa de esa misión diplomática, Lisa Kubiske, comentó públicamente el lunes que la Casa Blanca hizo gastos destinados a la educación de los electores hondureños.
¿En qué consistía tal receta? Lo explicó el lunes la embajadora de Obama: Indicarles cómo votar, dónde hacerlo, qué llevar y que no llevar a los centros de votación.
Un poco después, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desde un acto en Caracas rechazó airadamente esos pronunciamientos:
“Yo quiero aquí expresar nuestra repugnancia, nuestro repudio por las declaraciones que expresó ayer la Embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa”.
Y agregó: “Salió ella diciendo, mientras en ese país se lleva a cabo un debate sobre los resultados electorales, que había que acatar el saldo de esos comicios”.
Xiomara Castro, candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación, y Manuel Zelaya, ex mandatario derrocado en 2009, y coordinador de esa organización, no aceptan los resultados oficiales.
Tampoco reconoce lo anunciado por las autoridades el jefe del Partido Anti-Corrupción, Salvador Nasralla, quien ha formulado graves cargos respecto a lo dicho sobre la votación.
Esos datos fueron difundidos por el presidente del Tribunal Supremo Electoral de Honduras, David Matamoros, un hombre muy cercano al actual jefe del régimen, Porfirio Lobo.
Según Matamoros, aún cuando los resultados de este fin de semana son incuestionables y no van a variar, él se inclinaba por “no proclamar un ganador”.
Pero el candidato de la extrema derecha, Orlando Hernández, anunció horas después que designó a un grupo de sus hombres para organizar el traspaso de poderes en enero.
El Presidente del Tribunal Supremo Electoral aseguró por televisión que se reunieron este lunes con dirigentes de partidos, a quienes no identificó, y resolvieron “muchas inconsistencias en las actas”.
Con anterioridad, la candidata Xiomara Castro había denunciado ante la prensa que existían tales anormalidades en el 20 por ciento de esos mismos documentos.
Expertos aclararon de inmediato que lo revelado por la señora Castro equivalía a decir unos 400 000 sufragios relegados en el balance final de los comicios, suficientes para decidirlos.
Casi al mismo tiempo, el Departamento de Estado señaló en un comunicado que las elecciones en Honduras fueron, “en sentido general”, transparentes, y por eso llamó a esperar el resultado oficial”.
Muchos prefieren, por ahora con estudiantes universitarios al frente, iniciar en las calles un desafío a la jauría uniformada para evitar que su nación caiga en manos de un presidente made in USA.
La jefa de esa misión diplomática, Lisa Kubiske, comentó públicamente el lunes que la Casa Blanca hizo gastos destinados a la educación de los electores hondureños.
¿En qué consistía tal receta? Lo explicó el lunes la embajadora de Obama: Indicarles cómo votar, dónde hacerlo, qué llevar y que no llevar a los centros de votación.
Un poco después, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desde un acto en Caracas rechazó airadamente esos pronunciamientos:
“Yo quiero aquí expresar nuestra repugnancia, nuestro repudio por las declaraciones que expresó ayer la Embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa”.
Y agregó: “Salió ella diciendo, mientras en ese país se lleva a cabo un debate sobre los resultados electorales, que había que acatar el saldo de esos comicios”.
Xiomara Castro, candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación, y Manuel Zelaya, ex mandatario derrocado en 2009, y coordinador de esa organización, no aceptan los resultados oficiales.
Tampoco reconoce lo anunciado por las autoridades el jefe del Partido Anti-Corrupción, Salvador Nasralla, quien ha formulado graves cargos respecto a lo dicho sobre la votación.
Esos datos fueron difundidos por el presidente del Tribunal Supremo Electoral de Honduras, David Matamoros, un hombre muy cercano al actual jefe del régimen, Porfirio Lobo.
Según Matamoros, aún cuando los resultados de este fin de semana son incuestionables y no van a variar, él se inclinaba por “no proclamar un ganador”.
Pero el candidato de la extrema derecha, Orlando Hernández, anunció horas después que designó a un grupo de sus hombres para organizar el traspaso de poderes en enero.
El Presidente del Tribunal Supremo Electoral aseguró por televisión que se reunieron este lunes con dirigentes de partidos, a quienes no identificó, y resolvieron “muchas inconsistencias en las actas”.
Con anterioridad, la candidata Xiomara Castro había denunciado ante la prensa que existían tales anormalidades en el 20 por ciento de esos mismos documentos.
Expertos aclararon de inmediato que lo revelado por la señora Castro equivalía a decir unos 400 000 sufragios relegados en el balance final de los comicios, suficientes para decidirlos.
Casi al mismo tiempo, el Departamento de Estado señaló en un comunicado que las elecciones en Honduras fueron, “en sentido general”, transparentes, y por eso llamó a esperar el resultado oficial”.
Muchos prefieren, por ahora con estudiantes universitarios al frente, iniciar en las calles un desafío a la jauría uniformada para evitar que su nación caiga en manos de un presidente made in USA.
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