El rector destaca que persisten la pobreza y la ignorancia, y urge una
reforma del Estado
Un fracaso, la multimillonaria inversión pública de los
pasados 2 sexenios: Narro
José Narro Robles, rector de la UNAM, encabezó la
inauguración del Foro Internacional de Energía Jorge Carpizo, en la Antigua
Escuela de Medicina. Al final del acto, jóvenes de la Facultad de Ingeniería de
la UNAM e integrantes del movimiento #YoSoy132 protestaron pacíficamente para
exigir que no se privaticen los recursos energéticos. Todos los participantes en
la inauguración escucharon las demandasFoto Cristina
Rodríguez
Angélica Enciso L.
Periódico La Jornada
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 14
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 14
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
José Narro Robles, advirtió que durante los pasados 12 años la inversión pública
ha sido multimillonaria, pero todavía hay pobreza, desigualdad e ignorancia, que
deberían resolverse. Señaló que faltan reformas, no sólo la laboral o fiscal,
sino social,
la propia reforma del Estado nacional.
Durante la inauguración del Foro Internacional de Energía Jorge Carpizo en la
Antigua Escuela de Medicina, sostuvo que es urgente que los actores y las
fuerzas políticas alcancen los acuerdos necesarios lo antes posible.
Es hora de dar prioridad al futuro de México, de corregir el rumbo, de corregir la ruta, de formular una nación acorde con nuestra realidad.
El rector sostuvo que las crisis económica y financiera más recientes, cuyas
consecuencias todavía no han pasado,
han demostrado lo que muchos hemos sostenido en múltiples ocasiones: ni el mercado ni el Estado pueden por sí solos solucionar los grandes problemas de pobreza, hambre y desigualdad que vive el mundo.
Abundó que el Estado
debe recuperar su vocación social y regulatoria, para evitar que el deseo por obtener ganancias y riquezas descomunales y de forma inmediata afecte negativamente, todavía más, la vida de millones de seres humanos.
Es necesario, dijo, que
la sociedad, los ciudadanos, las organizaciones civiles, los académicos, los empresarios, demandemos a los integrantes de los poderes del Estado que tomen en cuenta dos aspectos: por una parte, la necesidad de trazar planes de acción a mediano y largo plazos, y por la otra, la necesidad de evitar en las negociaciones la actitud de o todo o nada, porque así no avanzaremos como se requiere.
Se refirió a que asuntos como
la reforma energética y la fiscal que requiere el país, así como la inversión en educación superior, ciencia, tecnología e innovación, deben enfrentarse de manera decidida, inmediata y con visión de largo plazo. México demanda una nueva definición de las prioridades nacionales que sustente el planteamiento de un modelo de desarrollo con sentido social y humano.
Sostuvo que es hora de entender que
las reformas que el país requiere se construyen poco a poco y que los resultados suelen verse años después. Por ello es urgente que los actores y las fuerzas políticas alcancen los acuerdos necesarios lo antes posible. Es hora de dar prioridad al futuro de México, de recuperar el rumbo, de corregir la ruta, de formular un proyecto de nación acorde a nuestra realidad.
En cuanto al tema energético, ante la embajadora del Reino Unido, Judith
MacGregor, y expertos en la materia, el rector confió en que en el foro se
ubique la energía en el contexto del modelo de desarrollo que prevalece en el
mundo y en nuestro país.
Modelo, insisto, que debe ser revisado y corregido porque no privilegia, como debiera, el bienestar de la gente. La calidad de vida que proporcionan el acceso a la educación, a la atención de la salud, a la igualdad de oportunidades, ha sido desplazada por la prioridad que se da a los equilibrios de las finanzas públicas y a las ganancias de los sistemas financieros y productivos. Esto debe ser modificado, no se debe seguir por ese rumbo.
Consideró que algunas premisas que deben tomarse en cuenta para el desarrollo
del sector energético son que con absoluta rectoría del Estado se deben explotar
los recursos generadores de energía; se debe reducir la dependencia de los
hidrocarburos, hacer uso óptimo de los mismos, impulsar el desarrollo de fuentes
alternativas y conformar, en un plazo corto, un verdadero mosaico de fuentes de
energía y aprovechar la existencia de un sector público para la producción,
regulación, distribución, transformación, investigación y desarrollo tecnológico
en el sector.
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