miércoles, 27 de enero de 2016

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía

Declaraciones del jefe de Defensa de Israel podrían costar el puesto a Erdogan

© REUTERS/ Christian Hartmann
ORIENTE MEDIO
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Las declaraciones realizadas por el ministro de Defensa de Israel, Moshé Yalón, sobre la cooperación entre Daesh y Turquía podrían obligar a dimitir al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, comentó a Sputnik el politólogo y exdiplomático iraní Seyed Hadi Afghahi.

"Como vemos hoy, llegó el tiempo de que Erdogan dimita, ya que uno de los socios y aliados tradicionales de Turquía en la región, Israel, en la voz del ministro de Defensa, Moshé Yalón (…) declaró que tiene pruebas que confirman la cooperación entre Turquía y Daesh", señaló el experto.
Afghahi especificó que estas pruebas incluyen "el hecho de que Ankara compra a los militantes el crudo robado" en Siria.
Anteriormente Erdogan había declarado que si se demostraba su vinculación con el comercio de crudo con Daesh (grupo autodenominado Estado Islámico y prohibido en Rusia y otros países) renunciaría a su cargo.
En su conversación con Sputnik, Afghahi explicó que esta posición de Israel podría estar condicionada por dos factores fundamentales, la seguridad y la economía.
"Tel Aviv comprende perfectamente que hoy Turquía está sumergida en una crisis profunda, tanto política como económica, sobre todo luego de que Rusia literalmente crease un bloqueo económico por medio de sanciones, y el prestigio de Erdogan se ha deteriorado gravemente", argumentó.
Según Afghahi, "Israel buscaba antes recibir de Turquía preferencias comerciales y económicas, pero en las condiciones actuales Ankara no está en condiciones de ofrecerlas".
"Hasta hace poco Turquía e Israel marchaban en un frente unido; baste recordar el conflicto junto a las costas de Gaza con el barco Mavi Marmara, la participación de Turquía a modo de escudo en medio de la confrontación que se apagaba o volvía a reavivarse entre Israel y el movimiento palestino Hamas", recordó.
Pero las cosas han cambiado, según el experto.
"Las primeras personalidades de Turquía han declarado que el país debe reconsiderar sus relaciones con Israel, pero surge la pregunta de cuáles son las direcciones que deben ser reconsideradas", observó Afghahi.
El experto afirmó que Israel no necesita a Turquía para garantizar su seguridad.
"Más bien Israel busca incrementar sus exigencias a Turquía, un posible fortalecimiento de sus posiciones e incremento de la influencia de Israel en Turquía, para obtener la mayor cantidad posible de informaciones sobre Daesh u otros grupos terroristas, sobre la situación en los frentes", reflexionó.
El exdiplomático señaló que "a Israel le conviene mantener lazos estrechos con Turquía, para obtener informaciones de gran importancia".
En el aspecto económico, "es Turquía quien necesita a Israel como socio comercial para vender sus productos de la agricultura que antes se suministraban al mercado ruso", destacó Afghahi.
"En general podemos concluir que las recientes declaraciones de Moshé Yalón están relacionadas con los temas de seguridad, intercambio de informaciones, estrategia militar y presión psicológica sobre Turquía, que deberá responder a estas declaraciones del ministro israelí y no callarse", comentó.
Si son presentadas las pruebas de las declaraciones de Moshé Yalón, advierte el experto, "como mínimo el presidente Erdogan deberá renunciar, porque cuando hubieron declaraciones parecidas por parte de Vladímir Putin, la parte turca lo negó todo, alegando que antes habían tenido guerras y relaciones de enemistad con Rusia".
"Pero en esta ocasión las acusaciones parten de un país con el que Turquía quisiera mejorar sus relaciones, todas estas circunstancias han arrinconado a Erdogan en una jaula de la cual no podrá salir fácilmente", enfatizó el especialista.
Afghahi concluyó señalando que "ahora nos queda esperar a ver cuál es la respuesta que da Turquía a las declaraciones del ministro de Defensa de Israel".
Las relaciones entre Rusia y Turquía empeoraron a raíz del derribo de un bombardero ruso Su-24 por dos cazas turcos el pasado 24 de noviembre.
La nave derribada venía de bombardear las rutas del tráfico petrolero de Daesh rumbo a Turquía, por lo que diversas personalidades rusas expresaron que se trató de un acto de venganza por parte de Turquía ya que los bombardeos rusos afectaban su negocio de contrabando de crudo procedente del los yacimientos ocupados por el grupo terrorista.
Rusia presentó pruebas fehacientes de dicho tráfico y su vinculación con las más altas esferas del Gobierno turco, pero estas fueron desatendidas.



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