lunes, 30 de noviembre de 2015

Militantes del grupo terrorista Daesh

"La guerra no es el camino idóneo para acabar con el EI"

© REUTERS/ Stringer
MUNDO
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Lucha contra el Estado Islámico (500)

La guerra no es el camino idóneo para acabar con el Estado Islámico (Daesh, en su acrónimo árabe), proscrito en Rusia, opina el exjuez español Baltasar Garzón, con una experiencia de 32 años investigando delitos de terrorismo en España.

Para luchar contra el yihadismo es fundamental “la investigación de los mecanismos financieros, del tráfico de armas”, especialmente cuando “hemos conocido que las armas se compraron en Alemania, y Alemania no es Irak”, dijo a Sputnik Nóvosti Garzón, el director de la defensa jurídica del fundador de Wikileaks, Julian Assange.
Según el exmagistrado, “no se ha hecho lo suficiente” para investigar el origen del Daesh, precisamente porque “se ha dado prevalencia a lo más fácil", que es acudir a la "guerra y a la acción militar".
Para Garzón "es más difícil la cooperación, la coordinación, el poner en común las voluntades" y es más difícil porque existe "una desconfianza entre los distintos países y sus mecanismos de investigación, de información y de cooperación que tiene que ser superada".
Al enfrentarse a un fenómeno como es el terrorismo yihadista y en concreto el del Daesh la comunidad internacional de alguna forma le legitima “como un oponente equivalente".
Es decir, con los atentados de París del pasado 13 de noviembre o las otras acciones que han hecho en distintos puntos "han conseguido que un gran número de países formen una coalición para luchar contra él", obteniendo "esa legitimización de oponente que antes no tenían", opina el asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Garzón alerta que aun cuando se actúe militarmente "la dinámica de terror o de convicción por parte del Daesh va a continuar, se manifestará de una u otra forma, pero va a continuar", por tanto "creo que la coordinación de esfuerzos no puede ser exclusivamente militar, sino que tiene que ir mucho más en profundidad".
Garzón estima que la ley antiterrorista vigente en España es capaz de haber frente al fenómeno yihadista.
Y recuerda que tras los atentados del 11 de marzo de 2004 que dejaron cerca de 200 muertos en Madrid "no hubo modificación de las leyes penales o procesales"
Con los instrumentos que entonces se tenían "se dio una respuesta ágil y contundente" tanto en el ámbito policial como judicial, "dictándose una sentencia con todas las garantías y habiendo llevando a prisión a los que tenían que ir".
Se respondió a la sociedad "legalmente" y desde entonces no ha habido más hechos similares, " aunque el terror se puede repetir".
"Mal sistema es el que legisla al calor de lo que acontece", advierte en referencia a las medidas que está aplicando el Gobierno francés tras los atentados de París.
Responder "con modificaciones y con degradación de derechos consolidados es muy peligroso", porque "nos deja en manos de la reacción más atávica", afirma el jurista, que está convencido que se puede conseguir mayor seguridad sin detrimento alguno de las libertades.
Garzón lamenta que la lista de políticos que deberían ser jugados en el Tribunal de La Haya no sea más amplia.
"He criticado que en ocasiones los países y el Consejo de Seguridad de la ONU han visto oportuno acudir a La Haya para la investigación de los casos de Libia o de Sudán y en cambio no lo juzgó así respecto de Siria", explica.
Según Garzón, "probablemente de haber actuado de esta forma en Siria en su momento hubiesen cambiado bastantes cosas", aunque recuerda que Siria no es miembro del Estatuto de Roma, como tampoco lo son EEUU, Rusia o China.



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