Preocupante, la impunidad con que actuaron los uniformados, denuncian
manifestantes
A patadas y puñetazos desalojan a los indignados de
la Puerta del Sol
El espacio público es patrimonio de la ciudadanía, advierte el movimiento a gobernantes
La madrugada de ayer la policía española sacó a los
indignados de la Puerta del Sol, la emblemática plaza donde se iniciaron
las protestas hace un año en MadridFoto Reuters
En Madrid, aspecto de la asamblea del movimiento de
inconformidad contra las políticas gubernamentales para enfrentar la crisisFoto Ap
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 14 de mayo de 2012, p. 22
Lunes 14 de mayo de 2012, p. 22
Madrid, lunes 14 de mayo. A las cinco de la mañana del domingo la
policía española desalojó violentamente a más de 500 indignados que
decidieron pasar la noche en la madrileña Puerta del Sol, epicentro del
movimiento del 15M. Su intención era mantener viva una especie de campamento
simbólico durante los tres días de actos del primer aniversario del surgimiento
de esta movilización ciudadana. El gobierno del conservador Mariano Rajoy ordenó
dispersar con contundencia cualquier atisbo de acampada y así ocurrió, con saldo
de 18 detenidos y agresiones policiales.
El primer aniversario del 15M sirve para revitalizar un movimiento
horizontal, de carácter asambleario y que tiene como identidad la protesta
pacífica y la denuncia a los efectos del capitalismo salvaje y las crisis. Las
centenares de asambleas en todo el país trabajaron los últimos meses con un solo
objetivo: los tres días que van del 12 al 15 de mayo.
En estas tres jornadas de lucha se pretende salir a calle –ayer lo hicieron
centenares de miles en 80 ciudades españolas–, debatir las propuestas y análisis
que se han elaborado desde la irrupción del movimiento hace un año y, por
último, definir la estrategia para el futuro inmediato, la ola de recortes de
los servicios básicos y la utilización de dinero público para salvar entidades
financieras.
La Puerta del Sol, como símbolo del origen de la protesta, fue el lugar
elegido por los indignados para concluir la marcha de ayer, en la que
además de congregar a decenas de miles también sirvió para volver a utilizar la
plaza pública para el debate y la decisión por la vía de la asamblea. Y así
decidieron quedarse unas 500 personas a dormir, para mantener vivo el espíritu
de la indignación en los próximos tres días.
Pero las amenazas del gobierno español se cumplieron: los agentes
antidisturbios, sin identificaciones visibles y armados con rifles de bolas de
goma, macanas, gas lacrimógeno, escudos y cascos, llevaron a cabo un violento
desalojo alrededor de las cinco de la madrugada. Hubo agresiones a jóvenes,
personas mayores y a varios periodistas, entre ellos el fotógrafo español Javier
Bauluz, ganador de un Premio Pulitzer. Y 18 detenidos, que fueron trasladados a
la comisaría del barrio de Moratalaz que previsiblemente serán acusados de
resistencia a la autoridad.
Hasta el cierre de esta edición sólo habían sido liberados nueve de los
detenidos, que por realizar estos actos de resistencia pasiva podrían enfrentar
una condena hasta de cuatro años de prisión en aplicación del Código Penal
español.
También hubo represión policial en Valencia, Palma de Mallorca y Cádiz, en
todos los casos con numerosas agresiones calificadas por el movimiento de
desproporcionadasy de nuevo sin que los agentes mostraran sus identificaciones oficiales para así poder presentar una denuncia a un policía en concreto. Así lo explicó la Comisión Legal del 15M:
Las unidades policiales que intervinieron en el desalojo de la Puerta del Sol llevaban el número de placa tapado por un chaleco, lo que imposibilita que puedan ser identificados por los numerosos lesionados que se produjeron durante la noche. Nos preocupa sobremanera la impunidad con la que actúan los funcionarios policiales, y así lo hemos denunciado al Ministerio del Interior, al que exigimos la aplicación del procedimiento sancionador por estas prácticas absolutamente irregulares.
El movimiento también denunció que se llevaron a cabo
detenciones arbitrarias e indiscriminadas, así como
la violencia policial ha sido especialmente desmedida en lo referente a las intervenciones policiales en la Puerta del Sol: denunciamos la brutalidad y la desproporcionalidad de las mismas, así como la pérdida de garantías en lo que a los derechos de la ciudadanía se refiere, que sin justificación alguna han sido vulnerados.
Y advirtió al gobierno una vez más que
los derechos se conquistan ejerciéndolos. Porque el espacio público es patrimonio de la ciudadanía, un ágora de intercambio de ideas sobre aquello que nos afecta para la construcción colectiva de un futuro común. Esta es una de las premisas sobre las que ha de asentarse un Estado que aspire a considerarse democrático.
Una de las agredidas, Isabel Rubio, de Juventud sin Futuro, una de las
organizaciones precursoras del movimiento, narró:
estábamos sentados en la plaza y vinieron a levantarnos por la fuerza. Mientras nos soltaban y nos arrastraban la policía aprovechaba para repartir puñetazos y patadas. La policía rodeó las salidas e impedía que la gente volviera a entrar a la plaza.
Los violentos desalojos tuvieron el mismo efecto que la represión de hace un
año: una vez difundida la noticia por las redes sociales y los medios de
comunicación, decenas de miles volvieron a acudir a la plaza pública a resistir
las andanadas policiales y a volver a reivindicar su derecho al debate y la
protesta en el espacio público.
Y a pesar de la prohibición impuesta por el gobierno, la asamblea general de
la Puerta del Sol se prolongó hasta pasadas las dos de la madrugada de este
lunes, en la que se decidió, entre otras cosas, mantener una protesta permanente
en la plaza pública hasta que se libere a los detenidos y se les quiten todos
los cargos. A esa hora, cuando se encontraban en la plaza unos mil
indignados, se incrementó la presencia policial y subió la tensión ante
un nuevo desalojo violento, que al cierre de esta edición no había ocurrido.
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