Elecciones 2012
Por primera vez en su campaña enfrenta expresiones públicas de
hostilidad
Insultos, reclamos y porras en la visita de Peña Nieto a la
Ibero
Feminicidios, estancamiento educativo, Atenco, entre los temas que
le criticaron
Suspende su participación en Radio de la Uia
El abanderado del PRI pide a los jóvenes valorar por quién votar
Enrique Peña Nieto fue recibido por el rector de la
Universidad Iberoamericana, José Morales OrozcoFoto
Guillermo Sologuren
Una alumna muestra su rechazo al candidato priístaFoto Guillermo Sologuren
Rosa Elvira Vargas
Periódico La Jornada
Sábado 12 de mayo de 2012, p. 5
Sábado 12 de mayo de 2012, p. 5
Con estudiantes y maestros de la Universidad Iberoamericana (Uia),
Enrique Peña Nieto encaró ayer por primera vez en su campaña expresiones
públicas de hostilidad, la mayoría referidas a su papel en los conflictos
suscitados hace seis años en San Salvador Atenco.
También tuvo muestras de respaldo. Para unas y otras incesantemente se
lanzaron consignas y se desplegaron carteles y mantas. Él expuso sus propuestas,
respondió 15 interrogantes dentro del formato regular del foro y una más
relativa a lo ocurrido en mayo de 2006.
Fue una acción de autoridad, que asumo personalmente, para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de hacer uso de la fuerza pública, como además fue validado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respondió.
Tras su participación, Peña Nieto se dirigió a las instalaciones de Radio
Ibero para una entrevista que se canceló al parecer por decisión del propio
rector, José Morales Orozco. Hasta las escalinatas de ese edificio llegaron
estudiantes que lo increpaban con gritos de
cobarde,
asesinoy
Atenco, Atenco.
Mientras tanto, él comentaba con su equipo de seguridad la mejor ruta para
salir del sitio sin que se provocaran mayores incidentes. Hay un video que así
lo demuestra.
A su arribo a la Ibero, para llegar al auditorio José Sánchez
Villaseñor pasó por la explanada, donde se alternaron los coros de
fuera Peña Nietoy
Peña, presidente. Esto se repitió en el interior y los organizadores debieron –como ocurrió varias veces– llamar al orden. El político expuso durante 22 minutos su oferta, sobre todo en lo relativo a educación. Y al concluir, alguien lanzó:
¡Ahora en inglés!
Peña Nieto sabía lo que ahí le esperaba. Desde temprano, en una entrevista
radiofónica y ante el anticipado anuncio de acciones de rechazo, le habían
preguntado si cancelaría su participación. Dijo que no. Y ya ahí, planteó a los
jóvenes su intención de
aunque sea un poco, poderles convencer.
Pero si no lo lograba –anticipó–
tampoco pasará nada: este es el ambiente que tiene hoy México en su democracia, un ambiente plural, diverso, de contrastes. Aplaudió la efervescencia del ambiente juvenil: verlos
me recrea mi etapa de estudiante, y entonces les pidió no excluirse del próximo proceso electoral y
valoren por quién van a votar.
A la numerosa y vociferante comunidad de la Ibero trató de sumarse,
aunque se le negó el acceso al campus, un grupo de colonos de las delegaciones
Cuajimalpa y Álvaro Obregón. Portaban carteles de distintos colores, pero muy
similar tipografía; todos en contra de Peña Nieto y del PRI.
Ronda de preguntas
Hubo cinco rondas de tres preguntas cada una. Se concedían por
sorteo y el azar hizo que un mismo estudiante saliera seleccionado en dos
ocasiones.
La primera fue sobre las encuestas que lo ponen adelante en las preferencias,
y no así en los sondeos
independientes. Respondió que para ser válidas, las encuestadoras deben registrar ante la autoridad electoral su metodología. En ese momento apareció un cartel donde se pedía:
Ni un aplauso para este asesino. En contraparte aparecieron las de los integrantes de su red Ectivismo:
Contigo hasta Los Pinos.
Y salvo imprecaciones aisladas, continuaron las preguntas. Distribuidos con
profusión también había pequeños carteles con el contorno del rostro de Carlos
Salinas de Gortari. Y en algún momento un joven se levantó y por un par de
minutos dio la espalda al presidium.
Peña Nieto respondió, en ese orden, a preguntas sobre combate a la pobreza,
la contratación de deuda en Coahuila, su alternativa al
modelo económico empobrecedorimpuesto por Salinas de Gortari, su proyecto para mejorar la condición de los indígenas y las anomias.
Adrián Anaya le espetó sobre las estadísticas que dejó en el estado de
México: “tercer lugar en carencia alimentaria, último en avance educativo,
primero en delitos y secuestros, 33 por ciento en feminicidios, segundo
lugar de acceso a drogas en escuelas y aumento desmedido de mil 335 por ciento
en publicidad”. Otra más le achacó ser un candidato
que se vende como un objeto de la mercadotecnia y no como un verdadero político.
Él replicó con datos –dijo– registrados por el Inegi. Y de los
feminicidios puntualizó: pareciera un tema que a algunos
les ocupa sólo cuando hay elecciones. Ese delito
disminuyó una tercera parte en el estado, mientras en el país creció en más de 150 por ciento.
Hubo preguntas también sobre Elba Esther Gordillo. Y como otras veces, atajó:
Corresponde a los agremiados (del SNTE) definir quién tiene el liderazgo y el papel que ella tenga.
Agradecía ya la invitación cuando, fuera de programa, le increparon el tema
Atenco. Entonces, dentro y fuera del auditorio, los gritos de rechazo se
reanudaron fuertes, encendidos.
Quienes llevaban la bandera de Atenco como su principal reclamo lo seguían
con sus pancartas de reproche, con manos y rostros pintados de rojo, color con
el cual tiñeron el agua de algunas fuentes. Y así, incluso cuando él ya se había
ido de la Ibero.
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