AMLO, Trump y el Comando Sur
Carlos Fazio
En medio de la crisis bilateral desatada por el demagogo de la Casa Blanca, Donald Trump, quien en nombre de la
La amenaza de Trump tumbó el peso, la bolsa y el petróleo, y puso en
riesgo la ratificación del T-MEC. En ese marco, no se sabe qué carta de
negociar tendrán a partir del 5 de junio Ebrard y su comitiva –la
secretaria de Economía, Graciela Márquez; el jefe de la Oficina de la
Presidencia, Alfonso Romo; el subsecretario de Relaciones Exteriores,
Jesús Seade, y la embajadora en Washington, Martha Bárcena−, ya que el
Plan de Desarrollo Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y el
sureste de México fue desairado por el secretario de Estado, Mike
Pompeo, el pasado 23 de mayo. A su vez, AMLO y Ebrard han repetido que
no aceptarán el plan de Trump de convertir a México en seguridad nacionaly
militarde Estados Unidos amenazó con poner aranceles a México si no se frena el flujo migratorio
masivoe
ilegala través del territorio nacional hacia la frontera norte, Andrés Manuel López Obrador abandonó su habitual discurso de
amor y pazhacia el jefe de la oficina oval, y tras decirle que si bien no quiere confrontación, no es
cobarde ni timorato, envió a Washington a
negociaral canciller Marcelo Ebrard.
tercer país seguro, lo que a corto plazo convertiría al país en receptor de 480 mil refugiados que huyen del horror.
Otra variable manejada por AMLO: desaparecer la Iniciativa Mérida y que los recursos de EU destinados a la
cooperación military al
uso de la fuerzase orienten a actividades productivas y creación de empleos, no recibió respuesta de Washington.
La Iniciativa Mérida respondió a la visión militarista de la administración de George W. Bush en el marco de la guerra al terrorismo, y fue etiquetada en el Congreso de EU en el presupuesto de las invasiones a Afganistán e Irak. De 2008 a 2018, México recibió 3 mil millones de dólares en especie (barcos, aviones, helicópteros artillados y drones para monitoreo del espacio aéreo; equipo bélico, radares, sofisticados sistemas de intervención de telecomunicaciones de la NSA y la CIA y software de inteligencia financiera y migratorios). Además de asesorías, capacitación y entrenamiento de soldados y marinos (la cifra récord de 5 mil 626, en 2016), lo que derivó en una asimilación de la doctrina del Pentágono por sus contrapartes en México (Ejército y Marina), mayor dependencia tecnológica militar y en una cesión virtual de la soberanía nacional en áreas estratégicas de seguridad. Igual ocurrió con la Policía Federal, la Seido, el CISEN y otras áreas de la seguridad pública (interior) y los servicios de inteligencia, respecto de los organismos estadunidenses en esas áreas.
Los resultados del
nuevo paradigma de cooperación en seguridad−que en México eludió el control del Senado− están a la vista: una catástrofe humanitaria con cifras conservadoras de 252 mil muertes violentas (similares a las de un país en guerra, Michele Bachelet dixit), 45 mil desaparecidos, 280 mil desplazados internos forzosos, mil 287 fosas clandestinas documentadas y prácticas
generalizadasde tortura, según la ONU. En 2007-17 se presentaron ante la CNDH 10 mil 764 denuncias contra soldados y 2 mil 790 contra marinos.
Tras los casos Tlatlaya y Ayotzinapa, fueron visibles los
encontronazos de AMLO con los secretarios de Defensa y Marina, general
Salvador Cienfuegos y almirante Vidal Soberón. En particular, en el caso
de la Marina, AMLO cuestionó el uso de un helicóptero artillado en la
llamada Operación Barcina, en Tepic, Nayarit, en febrero de
2017, que exhibió el uso desproporcionado de la fuerza y un índice de
letalidad perfecta: 13 presuntos traficantes muertos. Cabe recordar que
en su entrevista con La Jornada (publicada el 30 de noviembre
de 2018), López Obrador dijo que la Marina se subordinó a una fuerza
extranjera (Estados Unidos). Allí planteó, también, convertir al
Ejército represormexicano en un
ejército de paz.
Llama la atención que en medio del bloqueo naval que impuso Trump a
Venezuela, la Marina de México esté participando desde el 30 de mayo y
hasta el 21 de junio, en las maniobras multinacionales Tradewinds 2019
en el Caribe (considerada la
tercera fronterade EU), bajo la dirección del Comando Sur del Pentágono.
Peor: el respaldo de AMLO a las iniciativas de seguridad y defensa
auspiciadas por la Casa Blanca, así como la subordinación de hecho a la
estrategia del jefe del Comando Sur, almirante Craig Faller, impulsor
del cerco a Venezuela, se desprenden de su exposición de motivos
presentada ante el Senado en marzo. El 25 de abril, con 101 votos a
favor, cero en contra y cinco abstenciones, el Senado autorizó al
Ejecutivo permitir la salida de marinos para participar en los
ejercicios Tradewinds 2019. La información no trascendió en México.
El 19 de diciembre de 2018, al recibir la medalla Belisario
Domínguez, y tras definir a la administración Trump como xenófoba,
machista, cavernaria y un
fascismo de nuevo cuño, el fundador de La Jornada, Carlos Payán, dijo queMéxico
no debe ser gendarme de EU. Ahora, ante los exabruptos de Trump, parece urgente un cambio de rumbo en la relación con la Casa Blanca, incluidos los rubros de seguridad y defensa.
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