sábado, 27 de febrero de 2016

El marinero William McNeilly

El filtrador del posible “Chernóbil británico” Trident rompe su silencio

© Foto: Collage
EUROPA
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En 2015 el marinero William McNeilly denunció graves fallas de la seguridad en las bases de los submarinos nucleares del Reino Unido. Un año después, el ingeniero alza su voz en vísperas de la votación sobre el futuro de las armas nucleares británicas.

Tras tres meses de servicio en la base de submarinos nucleares “Vanguard” en la Bahía de Faslane, el ingeniero William McNeilly difundió un informe sobre la vulnerabilidad del sitio contra un posible ataque terrorista hasta tachar la situación de un “desastre a la espera de suceder” y “el posible segundo Chernóbil europeo”.
La Marina británica rechazó sus argumentos y despidió a McNeilly mientras los medios del país le calificaron de “espía ruso”, “nacionalista escocés” o simplemente “un loco”. A pesar de todo, las acusaciones contra McNeilly fueron levantadas y el exmilitar evitó la cárcel. Sin embargo, el ataque mediático por parte del país que buscaba defender, empujó al exmilitar a guardar silencio.
En vísperas del debate histórico en el Parlamento británico sobre el futuro de los sistemas nucleares británicos Trident, McNeilly decidió romper su silencio y dio una entrevista exclusiva a la cadena RT.
“Yo quería aumentar la seguridad”
“He publicado mi informe no para desacreditar a la Corona o a la Marina Real. Lo he hecho porque la seguridad del sitio es gravemente escasa y presenta un riesgo”, afirmó McNeilly. Los fallos que reveló el marinero no requieren ni experiencia marítima ni conocimientos militares, ya que “cualquier persona lógica verá el peligro”, añade.
La gente suele tachar a los filtradores, como Edward Snowden o Chelsea Manning, como un grupo homogéneo. “Pero somos diferentes hasta ser polarizados. Ellos denunciaron el exceso de la seguridad y yo denuncié su falta. Quiero más seguridad para mi país”, dijo el exmilitar.
El exmarinero criticó la falta de procedimientos de la seguridad básica en la base naval Clyde.
“En Faslane ni siquiera vigilan el contenido de las bolsas. Opinan que tarda demasiado tiempo. Entonces, se necesita solo una carta de identificación, una bomba y ya está”.
Lo más duro en la experiencia de McNeilly como filtrador fue ver a gente tratar de callar el problema por haber firmado un pacto de confidencialidad. “Están dispuestos a ocultar el riesgo para la gente, para su país. Es difícil para mí entenderlo”, comentó.
“Para mí fue una cuestión de conciencia. No pude influir en nada dentro del sistema, entonces, saqué el problema al público. Si hubiera pasado algo, yo hubiera sido uno de los responsables de haber ignorado el riesgo. He sacrificado mi carrera y mi bienestar, pero mi conciencia está limpia”.
“Los Trident no sirven realmente para nada”
El mantenimiento en servicio del sistema nuclear Trident tiene una lista de desventajas “tan larga que es capaz de llenar libros” mientras la única ventaja de “disuasión” que defienden los militares es muy vaga, declaró McNeilly.
“¿En qué guerra reciente se ha disuadido a alguien? ¿Tal vez disuada a los radicales en Afganistán? No. Pero lo que sí que hace es ser un objetivo ideal para un ataque. No disuade, sino atrae”. Un ataque exitoso contra la infraestructura nuclear pondrá al Reino Unido de rodillas, aseguró McNeilly.
Tal vez los submarinos nucleares fueron necesarios durante la guerra fría, pero no tienen uso hoy día, opina el filtrador.
“Cualquier persona que piensa que alguien va a invadir el Reino Unido si abolen los Trident está completamente loca”.
Al contrario, la discontinuación del programa podrá ser un paso positivo. “Tal vez otros países dejen de tratar de hacerse con armas nucleares, o decidan desarmarse también”.
Otro lado de la discusión es el aspecto financiero. “La abolición de Trident liberará miles de millones de libras esterlinas necesarias en otras esferas. El Gobierno podrá destinar este dinero en los sectores tangibles, como a la medicina, a la policía, a los bomberos etc”.
“No necesitamos estos submarinos. No los necesitamos en ninguna de nuestras guerras. Los tiempos han cambiado, ya es un mundo nuevo, hay que despertar y llamar a un cambio, a crear un sistema más sostenible”, concluyó McNeilly.
El destino del programa Trident es todavía un foco de discusión en el Reino Unido. El líder laborista, Jeremy Corbyn, intervendrá el sábado 27 de febrero en una movilización nacional de la Campaña por el Desarme Nuclear (CND, en sus siglas en inglés). La ministra principal de Escocia, la independentista Nicola Sturgeon; la líder de los nacionalistas de Gales, Leanne Wood; la diputada Verde, Caroline Lucas; artistas e intelectuales, como Vanessa Redgrave y Tariq Ali, compartirán estrado con Corbyn en la plaza de Trafalgar, destino final de la marcha antinuclear.
La protesta contra la renovación de la flota submarina británica equipada con los misiles balísticos Trident prevé más de 10 mil manifestantes y tendrá como lema “Stop Trident”. El CND la califica de “la protesta más importante de la generación” por el desarme nuclear.



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