miércoles, 31 de diciembre de 2014

Lo que realmente exigimos los cubanos 
             Escrito por  Bertha Mojena. Especial para Cubasí
     
Lo que realmente exigimos los cubanos es que se acabe de respetar nuestro derecho a ser libres, soberanos, a defender el sistema político que escogimos hace ya 50 años.
Lo que realmente exigimos los cubanos es que se acabe de respetar nuestro derecho a ser libres, soberanos, a defender el sistema político que escogimos hace ya 50 años, y que hoy luchamos por transformar, perfeccionar...
 
Hay quienes dicen que se trata de discursos, otros piensan que tememos a las críticas, a expresarnos cuando en realidad los cubanos somos bastante extrovertidos, expresivos, hasta exagerados, pero eso sí, pocas veces nos pueden imponer algo y si lo creemos necesario, hablamos y bastante, a veces hasta un poquito de más.
 
Pero es que nuestras raíces, nuestra mezcla identitaria, nuestra forma de expresarnos, de proyectarnos, de decidir y pensar, de actuar, nos hace mirar siempre adelante, con la cabeza en alto y mucho optimismo, más allá de obstáculos y contratiempos, porque eso sí, pocas cosas nos frenan.
 
Quizás por ello, por estos días en que algunos “desmemoriados” o “malintencionados” o “ingenuos” – para utilizar calificativos sanos- pretenden hablar por millones que nada tenemos que ver con sus supuestas exigencias, otros pensamos que sí, siempre hay cosas que podemos exigir, pero sobre todo que podemos y tenemos el derecho y las razones para defender.
 
Entonces me permito también mi derecho a exigir, no micrófono en mano, como lo he hecho otras veces, sino con estas palabras que incluso desde la distancia, me dejan estar allí hoy, en mi tierra, con mi gente, con el pueblo cubano que tan alegre está este fin de año.
 
Lo que realmente exigimos los cubanos es que se acabe de respetar nuestro derecho a ser libres, soberanos, a defender el sistema político que escogimos hace ya 50 años y que hoy luchamos por transformar, perfeccionar, hacerlo cada vez mejor y más cercano a nuestra realidad.
 
Lo que exigimos los cubanos es que se entienda que no queremos ni vamos a regresar al capitalismo, ese que reduce al hombre a cero, a una simple mercancía en manos de pocos para que muchos no tengan ni derecho a una vida justa.
 
Lo que exigiría sin dudas, es que nos dejen transformar nuestra realidad con trabajo, con entrega, tropezando, equivocándonos, pero levantándonos y rectificando por nosotros mismos, sin que venga nadie de afuera a decirnos lo que tenemos que hacer y cómo, no porque lo sepamos todo ni tengamos la razón, sino porque corresponde a los cubanos de adentro y de afuera, que sí queremos un porvenir mejor – pero con Patria- seguir construyéndolo entre todos.
 
Exigiría una y otra vez que luchemos por cuidar más lo que tenemos, por levantar los tabúes y barreras mentales que aún nos lastran, los síntomas de burocracia y corrupción, los silencios indebidos, que no miremos tanto al lado y nos evaluemos nosotros mismos, cada uno en su pedacito para repensar más lo que nos toca a hacer donde quiera que estemos por el porvenir.
 
Pero exigiría también nuestro derecho a tener relaciones diplomáticas con quien queramos, a estrechar más los lazos con el mundo, incluyendo al propio pueblo y gobierno norteamericano, para aumentar nuestros niveles de comercio, intercambio, inversiones, desarrollo sostenible, pero en igualdad de condiciones, sin que existan bloqueos ni sanciones económicas que nadie nos venga a imponer.
 
Exigiría y defendería la felicidad y la alegría con que nuestros niños y jóvenes gozan plenamente de educación y salud gratuitas, de acceso a la cultura, al deporte que quieran, a ser vacunados contra más de docena de enfermedades antes de cumplir un año y no pagar ni un centavo por ello, a correr por nuestros parques a cualquier hora sin temor a ser perseguidos, secuestrados, asesinados por balas o bombas, afectados por vicios, juegos sucios o drogas.
 
Propondría seguir perfeccionando nuestras instituciones, ser más eficientes y hacer que cada cosa que logremos se parezca más a nuestra gente, a nuestro tiempo, a la igualdad y la justicia social que nos hace ser por encima de todo, seres humanos, sin importar la procedencia social, étnica, racial, la edad, el género, la preferencia e identidad sexual, la creencia religiosa o de otro tipo.
 
Seguiría exigiendo el debate necesario, la polémica, mayor poder de análisis entre todos los que queremos Cuba, pero no con quienes la venden, con esos nada tenemos que hablar ni debatir, porque desde la cuna bien sabemos los cubanos que los principios no se negocian, que la Patria no se mancilla, porque sería caer en abismos de los cuales no saldríamos nunca.
 
Y si aún no fuera suficiente, exijo que nadie venga a traernos recetas, a importarnos chantajes ni manuales conocidos que solo pretenden dominar las ideas, los pueblos, porque nuestra única receta para el mundo, es la de la solidaridad, la ayuda mutua, el intercambio en igualdad de condiciones y la defensa de la vida por encima de todo.
 
Los cubanos y todos los hombres de buena voluntad del mundo, tenemos muchos motivos para celebrar y estar felices este fin de año 2014, para esperar con optimismo y muchas ganas de ser mejores el 2015, aunque algunos se empeñen en no dejarnos vivir nuestras fiestas en paz.

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