Promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, el ALBA es una propuesta de integración de los países latinoamericanos y caribeños.
Cuando Fidel Castro y Hugo Chávez soñaban con ganarle la partida al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por Estados Unidos, muchos lo creyeron una ilusión histórica más. Pero de esa pelea bolivariana de David contra Goliat nació entonces un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica que ya cumple su primera década.
Promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, el ALBA es una propuesta de integración enfocada en los países latinoamericanos y caribeños.
La idea fue presentada por Chávez en diciembre de 2001 durante la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe y concretada por ambos mandatarios en la capital cubana el 14 de diciembre de 2004.
Lo cierto es que diez años después, la hoy conocida como Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), es más que unas siglas para los millones de personas que se han visto beneficiados por sus proyectos de lucha contra la pobreza y la exclusión social, a través de acuerdos de cooperación concretos entre países de la región.
Desde su propia fundación, el ALBA ha defendido la idea de que "el comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable". Principios que han vuelto a ratificar hoy los jefes de estado reunidos en La Habana, durante la XIII Cumbre, celebrada el pasado 14 de diciembre.
El ALBA trabaja también de cara al futuro, graduando a más de 23 mil nuevos médicos para la región.
Los avances en materia económica, como la creación del Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE) y del Banco del ALBA también comienzan a hacerse notar. Entre 2004 y 2014 la economía de la Alianza, (conformada por Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda y Santa Lucía, a los que se unen ahora Granada y San Cristóbal y Nieves) experimentó un incremento del 25 por ciento en su Producto Interno Bruto (PIB).
El aporte del ALBA ha sido fundamental en situaciones extremas, como tras el terremoto en Haití, que aunque no forma parte de la alianza, más de tres mil familias haitianas recibieron cobijo y unas seis mil, fueron vacunadas.
Punta de lanza en la lucha contra el Ébola, el ALBA adoptó acuerdos para ayudar a frenar la epidemia y evitar su llegada a la región, durante una Cumbre extraordinaria.
A pesar de lo alcanzado, sobran los desafíos, que solo serán resueltos con el perfeccionamiento de los programas en todas las áreas de cooperación, así como con el fortalecimiento de la concertación política y la unidad entre el ALBA-TCP y otros organismos regionales como la CELAC, CARICOM, UNASUR y MERCOSUR.
"Esta no es solamente una organización de estados sino de pueblos", afirmaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, mientras recordaba que la Alianza se ha convertido en una referencia mundial.
"Los países de la ALBA construyen su futuro con la estrategia del caracol: con lentitud, pero siempre avanzando y ese proceso es un ejemplo para la construcción de un modelo de cooperación y desarrollo solidario", asegura el profesor italiano Luciano Vasapollo, citado por Prensa Latina. El docente de la universidad La Sapienza de Roma, aseguró recientemente que si Europa quiere cambiar, debe mirar lo hecho por la Alianza.
Desde Rusia, el propio presidente Vladímir Putin ha valorado el papel del ALBA. "En los años de su existencia, la Alianza se ha ganado un merecido prestigio internacional como organización eficaz y de perspectivas para la cooperación regional. Sus participantes ponen en la práctica las ideas de Simón Bolívar acerca de la integración de los países de América Latina y el Caribe, sobre la base de su comunidad histórica, étnica y cultural y la proximidad de sus intereses políticos y económicos", destacó Putin en un mensaje dirigido a su homólogo cubano, Raúl Castro, con motivo del décimo aniversario de la creación del bloque.
El mandatario ruso ratificó el interés de ampliar el diálogo e interacción práctica entre Rusia y el ALBA, tanto sobre bases bilaterales como multilaterales. "Estoy seguro que esto corresponde con los intereses fundamentales de nuestros pueblos y avanza por el cauce de asegurar la paz, la estabilidad y la seguridad en América Latina y el mundo entero", destaca el texto.
Y es que, tras diez años, el sueño bolivariano del ALBA se ha convertido en el despertar de la conciencia, o como dijera Chávez, en el amanecer de los pueblos latinoamericanos.
Natasha Vázquez, periodista y realizadora audiovisual cubana. Graduada del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO). Ha trabajado para medios de prensa de Cuba, España y otros países. Autora de varios documentales, todos multipremiados. Su trabajo ha recibido decenas de reconocimientos, entre ellos, el Premio Internacional de Periodismo "Rey de España".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
Promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, el ALBA es una propuesta de integración enfocada en los países latinoamericanos y caribeños.
La idea fue presentada por Chávez en diciembre de 2001 durante la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe y concretada por ambos mandatarios en la capital cubana el 14 de diciembre de 2004.
Lo cierto es que diez años después, la hoy conocida como Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), es más que unas siglas para los millones de personas que se han visto beneficiados por sus proyectos de lucha contra la pobreza y la exclusión social, a través de acuerdos de cooperación concretos entre países de la región.
Desde su propia fundación, el ALBA ha defendido la idea de que "el comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable". Principios que han vuelto a ratificar hoy los jefes de estado reunidos en La Habana, durante la XIII Cumbre, celebrada el pasado 14 de diciembre.
"Debemos plantearnos metas concretas y realistas de cara al futuro, definir y concertar acciones alcanzables que permitan fortalecer la complementariedad entre nuestras economías, bajo principios de racionalidad y eficiencia," aseguró el presidente cubano Raúl Castro durante su discurso inaugural.
Y no es poco lo logrado hasta ahora. Si no, que le pregunten a los más de tres millones de latinoamericanos y caribeños que han recuperado la visión gracias a la Operación Milagro; o a los cinco millones de alfabetizados con el programa "Yo sí puedo"; o a los favorecidos con el estudio clínico-genético y psicosocial para personas con discapacidad, por solo poner algunos ejemplos.El ALBA trabaja también de cara al futuro, graduando a más de 23 mil nuevos médicos para la región.
Los avances en materia económica, como la creación del Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE) y del Banco del ALBA también comienzan a hacerse notar. Entre 2004 y 2014 la economía de la Alianza, (conformada por Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda y Santa Lucía, a los que se unen ahora Granada y San Cristóbal y Nieves) experimentó un incremento del 25 por ciento en su Producto Interno Bruto (PIB).
El aporte del ALBA ha sido fundamental en situaciones extremas, como tras el terremoto en Haití, que aunque no forma parte de la alianza, más de tres mil familias haitianas recibieron cobijo y unas seis mil, fueron vacunadas.
Punta de lanza en la lucha contra el Ébola, el ALBA adoptó acuerdos para ayudar a frenar la epidemia y evitar su llegada a la región, durante una Cumbre extraordinaria.
A pesar de lo alcanzado, sobran los desafíos, que solo serán resueltos con el perfeccionamiento de los programas en todas las áreas de cooperación, así como con el fortalecimiento de la concertación política y la unidad entre el ALBA-TCP y otros organismos regionales como la CELAC, CARICOM, UNASUR y MERCOSUR.
"Esta no es solamente una organización de estados sino de pueblos", afirmaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, mientras recordaba que la Alianza se ha convertido en una referencia mundial.
"Los países de la ALBA construyen su futuro con la estrategia del caracol: con lentitud, pero siempre avanzando y ese proceso es un ejemplo para la construcción de un modelo de cooperación y desarrollo solidario", asegura el profesor italiano Luciano Vasapollo, citado por Prensa Latina. El docente de la universidad La Sapienza de Roma, aseguró recientemente que si Europa quiere cambiar, debe mirar lo hecho por la Alianza.
Desde Rusia, el propio presidente Vladímir Putin ha valorado el papel del ALBA. "En los años de su existencia, la Alianza se ha ganado un merecido prestigio internacional como organización eficaz y de perspectivas para la cooperación regional. Sus participantes ponen en la práctica las ideas de Simón Bolívar acerca de la integración de los países de América Latina y el Caribe, sobre la base de su comunidad histórica, étnica y cultural y la proximidad de sus intereses políticos y económicos", destacó Putin en un mensaje dirigido a su homólogo cubano, Raúl Castro, con motivo del décimo aniversario de la creación del bloque.
El mandatario ruso ratificó el interés de ampliar el diálogo e interacción práctica entre Rusia y el ALBA, tanto sobre bases bilaterales como multilaterales. "Estoy seguro que esto corresponde con los intereses fundamentales de nuestros pueblos y avanza por el cauce de asegurar la paz, la estabilidad y la seguridad en América Latina y el mundo entero", destaca el texto.
Y es que, tras diez años, el sueño bolivariano del ALBA se ha convertido en el despertar de la conciencia, o como dijera Chávez, en el amanecer de los pueblos latinoamericanos.
Natasha Vázquez, periodista y realizadora audiovisual cubana. Graduada del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO). Ha trabajado para medios de prensa de Cuba, España y otros países. Autora de varios documentales, todos multipremiados. Su trabajo ha recibido decenas de reconocimientos, entre ellos, el Premio Internacional de Periodismo "Rey de España".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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