► Sinembargomx/ 11 enero 2012/
* De nueva cuenta, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa envía un mensaje muy turbio. ¿Por qué interviene para pedir a Estados Unidos reconocer la inmunidad del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, ante una demanda presentada en ese país por su presunta responsabilidad en la matanza de Acteal?
* El 19 de septiembre pasado, Zedillo fue acusado ante la Corte Federal en Hartford, Connecticut, por “crímenes de lesa humanidad” en la masacre de 45 indígenas tzotziles en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas, ocurrida el 22 de diciembre de 1997.
El 6 de diciembre pasado, el propio ex presidente mexicano reclamó inmunidad legal ante una corte estadounidense. Pero, de acuerdo con una nota diplomática –enviada por la Secretaría de Relaciones Exteriores– difundida ayer en el noticiero de la periodista Carmen Aristegui, en MVS Radio, el gobierno mexicano pidió al gobierno de Barack Obama, desde noviembre pasado, la inmunidad legal para quien gobernó México de diciembre de 1994 a noviembre de 2000.
La pregunta en el aire, por supuesto, es: ¿por qué Calderón da la cara por Zedillo, acusado por crímenes de lesa humanidad?, ¿no será que, como dice el dicho, también ha decidido poner sus barbas a remojar?
No podemos pasar por alto que el 25 de noviembre pasado, el presidente Calderón fue demandado ante la Corte Penal Internacional (CPI), por casi 30 mil ciudadanos mexicanos, por la comisión de diversos delitos, también de lesa humanidad.
El expediente presentado ante el fiscal general de la CPI, Luis Moreno Ocampo, está integrado por 470 casos documentados de asesinatos, torturas, desplazamientos forzados y reclutamiento de menores, que se han producido “en un contexto generalizado de violencia sistemática que ha llevado a México a una crisis humanitaria, con más de 50 mil personas ultimadas, 230 mil desplazados y 10 mil desaparecidos”, explicó el abogado mexicano Netzaí Sandoval, quien entregó personalmente la demanda.
Es decir, sin restar por ningún momento la responsabilidad y omisión del gobierno de Ernesto Zedillo antes y después de la tragedia de Acteal, la acusación contra Calderón supera, por mucho, no sólo la supuesta comisión de delitos sino el número de los demandantes.
Por eso, el que ahora defienda incluso a un ex presidente priísta da qué pensar. ¿Visualiza acaso el actual mandatario que en sólo unos meses más será él quien pida la intervención de un Presidente de México –tal vez del tricolor– para que salga en su defensa? ¿Será que Calderón tiene miedo?
* De nueva cuenta, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa envía un mensaje muy turbio. ¿Por qué interviene para pedir a Estados Unidos reconocer la inmunidad del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, ante una demanda presentada en ese país por su presunta responsabilidad en la matanza de Acteal?
* El 19 de septiembre pasado, Zedillo fue acusado ante la Corte Federal en Hartford, Connecticut, por “crímenes de lesa humanidad” en la masacre de 45 indígenas tzotziles en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas, ocurrida el 22 de diciembre de 1997.
El 6 de diciembre pasado, el propio ex presidente mexicano reclamó inmunidad legal ante una corte estadounidense. Pero, de acuerdo con una nota diplomática –enviada por la Secretaría de Relaciones Exteriores– difundida ayer en el noticiero de la periodista Carmen Aristegui, en MVS Radio, el gobierno mexicano pidió al gobierno de Barack Obama, desde noviembre pasado, la inmunidad legal para quien gobernó México de diciembre de 1994 a noviembre de 2000.
La pregunta en el aire, por supuesto, es: ¿por qué Calderón da la cara por Zedillo, acusado por crímenes de lesa humanidad?, ¿no será que, como dice el dicho, también ha decidido poner sus barbas a remojar?
No podemos pasar por alto que el 25 de noviembre pasado, el presidente Calderón fue demandado ante la Corte Penal Internacional (CPI), por casi 30 mil ciudadanos mexicanos, por la comisión de diversos delitos, también de lesa humanidad.
El expediente presentado ante el fiscal general de la CPI, Luis Moreno Ocampo, está integrado por 470 casos documentados de asesinatos, torturas, desplazamientos forzados y reclutamiento de menores, que se han producido “en un contexto generalizado de violencia sistemática que ha llevado a México a una crisis humanitaria, con más de 50 mil personas ultimadas, 230 mil desplazados y 10 mil desaparecidos”, explicó el abogado mexicano Netzaí Sandoval, quien entregó personalmente la demanda.
Es decir, sin restar por ningún momento la responsabilidad y omisión del gobierno de Ernesto Zedillo antes y después de la tragedia de Acteal, la acusación contra Calderón supera, por mucho, no sólo la supuesta comisión de delitos sino el número de los demandantes.
Por eso, el que ahora defienda incluso a un ex presidente priísta da qué pensar. ¿Visualiza acaso el actual mandatario que en sólo unos meses más será él quien pida la intervención de un Presidente de México –tal vez del tricolor– para que salga en su defensa? ¿Será que Calderón tiene miedo?
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