Israelíes piden cerrar tanque de amoníaco por amenaza de Hezbolá
Al menos 3000 colonos israelíes se manifiestan ante la corte distrital de Haifa, pidiendo el cierre del tanque de amoníaco, al que Hezbolá amenazó con destruir.
Mientras los indignados pedían el domingo a los tribunales que actuarán con rapidez, dentro del tribunal los jueces estaban considerando y preparándose para decidir sobre la petición presentada por Haifa Chemicals contra su cierre.
No obstante, el tribunal anunció que se tomaría una decisión final sobre el asunto en los próximos días, la cual se daría a más tardar el miércoles, según recogió el diario israelí Ynetnews.
Los manifestantes, preocupados por el “inmenso peligro” que genera el tanque de amoníaco para la vida y la salud de los residentes en Haifa, se sienten atemorizados sobre todo por una reciente amenaza del secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, con destruir el depósito, en caso de que Israel ataque de nuevo a El Líbano.
El líder del Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), aseguró que sus combatientes responderán esta vez las agresiones israelíes con ataques al tanque de amoníaco de Haifa (en el norte de los territorios ocupados palestinos), así como a las instalaciones nucleares de Dimona en el desierto de Néguev.
Un reciente informe del instituto de tecnología israelí Technion advirtió que la actividad continua del tanque plantea un grave riesgo para la vida de los residentes, ya que no ha sido debidamente inspeccionado desde su construcción hace 30 años.
El documento también afirmó que "el barco de amoníaco que entra en la bahía de Haifa cada cuatro semanas es similar a un buque que transporta cinco bombas atómicas, cada una más mortal que la que cayó sobre Hiroshima", y por lo tanto, constituye un importante punto débil para la seguridad.
El informe determinó que cualquier fuga, resultante de un ataque, un terremoto, o incluso un accidente podría crear una nube mortal de gas altamente tóxico que podría matar a más de medio millón de personas, dependiendo de las condiciones de viento predominantes.
Nasrolá recordó que durante la guerra de los 33 días, Hezbolá evitó apuntar a la planta de amoníaco de Haifa, pese a que disponía de suficiente poder, mientras que “ellos (los israelíes) demolían nuestras ciudades, civiles y edificios”. No obstante, aseguró que en caso de un nuevo aventurismo israelí el movimiento libanés ‘no tendrá línea roja’ alguna.
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