Rusia ha desplegado la primera batería de sistemas de misiles costeros Bastión en Kamchatka, en el Lejano Oriente. Los Bastión se unen así a los complejos ya ubicados en Crimea, las islas Kuriles, el mar de Ojotsk y otras regiones del país eslavo.
Alexandr Jrolenko, columnista de Sputnik, explica qué son los sistemas Bastión y por qué Rusia los coloca en lugares estratégicos de su geografía.
Bastión defensivo de las costas rusas
El complejo de defensa costera Bastión, dotado de misiles antibuque Ónix, es capaz de proteger el litoral en un radio de entre 300 y 500 kilómetros contra embarcaciones o tropas enemigas, tanto en el mar como en la costa. Puede ser usado de día y de noche, en cualquier clase de clima, y puede incluir hasta 36 proyectiles.
Los misiles Ónix empleados por Bastión pueden atacar navíos de superficie de toda clase, en condiciones de resistencia armada y radioelectrónica intensa.
Una de las características más importantes de Ónix es el sistema de control inteligente, vital a la hora de realizar el lanzamiento de diversos proyectiles a la vez. Con su ayuda, Ónix puede autónomamente clasificar la importancia de los objetivos, así como elegir la técnica y el plan de ataque, anulando al mismo tiempo los sistemas de lucha radioelectrónica y de defensa antiaérea.
Proteger Kamchatka y las Kuriles
La división 520 de la brigada de artillería misil costera, ubicada en la región de Yelizovo en Kamchatka, ha recibido la primera batería de sistemas Bastión. Hasta ahora, la división utilizaba los antiguos Redut, activos desde 1966.
Anteriormente, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció el emplazamiento de sistemas de misiles antibuque Bal y Bastión en las islas de Kunashir e Iturup, parte del archipiélago de las Kuriles, explica el columnista.
La razón detrás de estas operaciones de defensa es la necesidad de proteger las costas y los mares rusos, así como defender rutas de gran importancia para el país, añade Jrolenko.
Desde 2015, en el Lejano Oriente se está creando un sistema unificado de defensa costera, necesario para controlar zonas de las islas Kuriles y del estrecho de Bering, cuyo objetivo es cubrir las rutas de despliegue de la flota y aumentar la fuerza y la estabilidad de la flota del Pacífico.
Según Jrolenko, la defensa de las fronteras de Rusia en el Lejano Oriente es una medida forzada para contrarrestar la "contención" política y militar de EEUU en el océano Pacífico. Además, Japón sigue reivindicando su supuesta soberanía sobre las Kuriles.
El despliegue de los sistemas Bastión en las Kuriles es una señal política y militar de Moscú a sus vecinos, Tokio en primer lugar, de que el país eslavo tiene la intención de conservar la frontera del Lejano Oriente en su forma actual.
El despliegue de los Bastión y la posible presencia de sistemas de defensa antiaérea S-400 en Kamchatka se traducen en una protección total del mar de Ojotsk, que convierten a las islas Kuriles y a Kamchatka en una fortaleza naval inaccesible, con una gran capacidad de respuesta.
No menos importante es el hecho de que los sistemas permiten crear condiciones ideales de defensa para los submarinos de misiles balísticos rusos a tan solo 6.500 kilómetros de las costas de San Francisco y de posiciones estratégicas terrestres norteamericanas en Wyoming, Montana y Dakota del Norte.
Bastión, el arma rusa que se utiliza por primera vez contra blancos terrestres en #Siria sptnkne.ws/cGP7
Rusia tiene un territorio extenso, casi el doble del de EEUU y limita por el mar con 12 países. La longitud total de las fronteras marítimas del país eslavo supera los 39.000 kilómetros, recuerda el columnista.
En ese sentido, los sistemas nucleares y de defensa aeroespacial permiten "controlar la paz en el planeta en un área de miles de kilómetros más allá de nuestro territorio", explica Jrolenko.
"En EEUU a eso lo llaman 'fuerza de proyección', pero para Rusia es más actual el concepto de 'proyección de seguridad'", concluye el experto.
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