Gaza: Represión ilimitada e impune
Escrito por
Arnaldo Musa/Especial para CubaSí
Israel ha impuesto un bloqueo a Gaza desde el 2007, lo que ha dejado
devastados, junto a la destrucción de infraestructura por parte del
ejército israelí, tanto al territorio como a sus 1,9 millones de
habitantes.
Pese a sugerencias de sus aliados para minimizar sus crímenes, las
fuerzas de guerra israelíes volvieron a desplegar tanques y
francotiradores y utilizar gases lacrimógenos y balas reales, en la
tercera semana consecutiva de protestas palestinas en las lindes de
Gaza, manifestaciones que se iniciaron pacíficamente y pretenden
mantenerse hasta mediados de mayo, en protesta por la ilegal creación
del Estado sionista.
Como quizás algunos recuerden, las potencias imperialistas manejaron a
Naciones Unidas a su antojo para crear dos estados en Palestina, uno
judío y otro palestino, pero este último no solo nunca se llegó a crear,
sino que las tierras que le pertenecían fueron ocupadas mediante
acciones armadas de grupos terroristas de Tel Aviv, circunscribiéndolas a
Cisjordania, donde afluyen cada vez más colonos israelíes, y la pequeña
Franja de Gaza, donde viven hacinados millones de palestinos.
La represión sionista contra la primera y siguientes marchas del
Retorno, organizadas por asociaciones civiles y políticas palestinas, ha
dejado una veintena de muertos, más de 1 500 heridos y un número mayor
de detenidos, que se apiñan en cárceles ya repletas con seres de todo
género y de edades.
Todo ello forma parte de la tragedia en la que también centenares de
miles de palestinos son “castigados” por el ocupante, cuando alguna
entidad trata de utilizar su derecho a la defensa armada contra el abuso
oficial y el peligro de ataque armado a la soberanía nacional, como
estipulan constituciones y documentos internacionales.
Estos son siempre burlados por quienes detentan espuriamente el
poder, como, coincidentemente, sucede en Estados Unidos, donde la
Segunda Enmienda de la Constitución es tergiversada en aras de
millonarias ganancias, por la venta irresponsable de armas.
Precisamente, allí reside el principal sostén del régimen sionista,
que ha permeado todos los estratos de la desigual sociedad de consumo,
contando con la complicidad de una prensa que se dice objetiva, pero no
lo es, como se demuestra nuevamente en los sucesos en Gaza.
Complicidad
Los principales medios de comunicación estadounidenses, encabezados
por The New York Times, calificaron como algo intrascendente el
asesinato masivo de manifestantes desamados en Gaza por el ejército
israelí, principalmente por sus francotiradores, cuando decenas de
miles de palestinos se congregaban cerca de la militarizada frontera con
Israel para protestar contra la expropiación sionista y en demanda del
derecho de los refugiados a volver a sus tierras natales.
Millones de personas reaccionaron con espanto y horror al ver las
escenas de asesinatos deliberados con balas vivas. Un video muestra como
un joven corría en dirección opuesta de la malla fronteriza, cuando le
dispararon por la espalda. Otra grabación de al menos dos de los que
fallecieron recoge que caminaban lentamente y sin armas hacia la
frontera israelí.
Pero la matanza no solo fue en la frontera, sino que las denominadas
Fuerzas de Defensa de Israel desplegaron tropas y más de cien
francotiradores para dispararles a manifestantes desarmados en pueblos y
ciudades del diminuto enclave.
A su vez, Estados Unidos intervino en el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas para bloquear una resolución de Kuwait en la que
solicitaba una investigación independiente sobre el tiroteo masivo,
mientras que un vocero de Tel Aviv rechazó categóricamente cualquier
indagación, felicitando a los soldados israelíes por “defender la
soberanía israelí”.
La masacre involucró la mayor cantidad de muertes desde la guerra de
Israel contra Gaza en el 2014, la cual mató a 2 250 palestinos, la
mayoría civiles. A ello siguieron los ataques criminales contra el
sitiado y empobrecido enclave en el 2008-2009 y en el 2012, cobrando 1
217 y 147 vidas, respectivamente, su gran mayoría civiles. Todos estos
crímenes de guerra contaron con el respaldo de Washington.
Israel ha impuesto un bloqueo a Gaza desde el 2007, lo que ha dejado
devastados, junto a la destrucción de infraestructura por parte del
ejército israelí, tanto al territorio como a sus 1,9 millones de
habitantes. Los apagones han ocasionado escasez de agua y la falta de
tratamiento para las aguas negras; los salarios para miles de
trabajadores del sector público han sido recortados o eliminados;
mientras el gobierno de Trump ha retenido su financiamiento de ayuda
alimentaria y de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de la ONU, que
asiste a 1,2 millones de personas en Gaza.
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