lunes, 30 de abril de 2018

Frontera USA-México: ¿Un pedazo del infierno en la tierra?

Escrito por  Nicanor León Cotayo
A tal conclusión hacen llegar frecuentes hechos que tienen lugar en ese territorio.

The New York Times publicó este miércoles un reportaje de la periodista Caitlin Dickerson sobre el drama de numerosos padres obligados allí a separarse de sus hijos indefinidamente.

Ella  narró el caso  de la joven hondureña llamada Mirian quien llegó a la frontera con su hijo de 18 meses en brazos  huyendo de la violencia en su país.

La madre confiaba poder refugiarse junto al niño, pero los agentes policiales le ordenaron dejarlo  en el asiento trasero de un vehículo oficial.

“No tenía idea de que me pudieran separar de mi hijo por buscar ayuda”, dijo la joven mamá hondureña.

Miembros del Congreso estadounidense han exigido respuestas sobre cuántas familias han sido separadas al iniciar trámites en la frontera, a partir de que Donald Trump indicó “que ve en la separación de los hijos y sus padres una posible manera de disuadir la llegada de migrantes a ese país.”

Los funcionarios, negados a proporcionarles información, plantean que el número es relativamente bajo.

Al profundizar el Times en el tema, los datos revisados indican  que, desde octubre de 2017, más de setecientos niños han sido apartados de sus padres, incluyendo alrededor de cien menores de cuatro años.

La estadística fue recopilada por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, que pertenece al  Departamento de Salud y Servicios Humanos  está responsabilizado con el cuidado de esos menores.

Altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, encargados de los trámites migratorios fronterizos negaron dicha cifra.

Luego que tres funcionarios federales que trabajan directamente en estos casos, ratificaron la cantidad, las instituciones gubernamentales “aceptaron la cifra de “aproximadamente setecientos en una declaración conjunta”.

Un vocero del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguró que “el gobierno no separa a las familias en la frontera,  como un medio disuasorio, ya que, según la ley,  ese Departamento debe proteger los intereses  de los menores que crucen la frontera, y en ocasiones esto significa separar a los niños del adulto con el que viajan si pensamos que los niños están en peligro de otra manera”.

Funcionarios del gobierno de Trump apoyan públicamente la aplicación de esa política fronteriza.

Según la reportera, los niños separados de sus familias son trasladados a refugios administrados por organizaciones denominadas no gubernamentales.

 Allí, los trabajadores tratan de buscar a un pariente o tutor en Estados Unidos que pueda hacerse cargo del cuidado del niño.

Sin embargo, si no hay un adulto responsable disponible, puede que los niños permanezcan en custodia de manera indefinida.

Un funcionario de la Patrulla Fronteriza, que pidió el anonimato, dijo que “cuando los niños llegan a los albergues no existe ningún  proceso legal ni protocolar que determine si fue apartado de alguien  que era su padre legal o para reunir a padres e hijos separados por error.

Michelle Bramé, directora del Programa de Justicia y Derecho para las Migrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas dijo que “la idea de castigar a los padres que tratan de salvar la vida de sus hijos y castigar a los hijos porque sus padres los trajeron a un lugar seguro mediante su separación, es básicamente cruel”.

Mirian, la mujer hondureña, ha sido trasladada a otros tres centros de detención  en distintos lugares de Texas desde su llegada a la frontera.

Ella en una declaración jurada manifestó que nunca fue informada de las razones que justificaron tal separación.

Lo único que ha sabido de su bebé, ha sido por una trabajadora social del albergue donde lo retienen informándole que “al principio la mencionaba y lloraba todo el tiempo” y presentó una infección en los oídos y mucha tos.”

O sea, que en la frontera estadounidense-mexicana ha sido posible contemplar un pedazo del infierno en la tierra.

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