Carne envenenada en México: comer sin saber que te estás intoxicando
©
REUTERS / Pablo Sanhueza
40%
de las reses mexicanas podrían estar contaminadas con clembuterol, un
anabólico prohibido por ley cuyos impactos en la salud son
imprevisibles. Consumir 250 gramos de carne magra bastaría para tener
altos niveles de esa sustancia en el cuerpo. Las autoridades "lo
desmienten", dijo Beatriz Pereyra, periodista que denunció la situación.
Después de siete años de investigación, el 7 de abril Proceso, Quinto Elemento Lab y Periodismo CIDE
publicaron "En carne propia. La pesadilla del Clembuterol". El
reportaje evidencia que los mexicanos están consumiendo carne
contaminada con clembuterol sin saberlo.
El Gobierno Federal está al tanto de la situación y, sin embargo y a
pesar de que la Ley Federal de Sanidad Animal desde 2002 prohíbe el uso
del anabólico por los daños que causa a los animales y humanos, y de
que la Organización Mundial de la Salud (OMS) también prohíbe su
utilización, alegan que la la presencia de carne contaminada no es un
problema de salud pública.
El
Gobierno considera que no hay un problema porque en 2017 la cifra de
intoxicados por clembuterol fue de 1,2 personas por cada 100.000
habitantes, menos que los 4,2 registrada hace diez años (pero superior a
la tasa de 0,08 que en 2013 reportó el Sistema Único de Información
para la Vigilancia Epidemiológica), escribió Pereyra en su reportaje.
No obstante, las autoridades no han realizado estudios en toda la
población como para saber con certeza cuántos mexicanos tienen
clembuterol en su cuerpo pero no llegan a estar intoxicados.
Pereyra señaló que sólo el 60% de las unidades productoras de carne tienen el certificado de inspección del Servicio Nacional de Sanidad, Calidad e Inocuidad Agroalimentaria, que garantiza su calidad, pero el resto no está siendo vigilado por el organismo, y por ende podrían estar alimentando a sus reses con el anabólico.
"¿Dónde se vende ese 40%? En los mercados de la calle, en las carnicerías de las colonias, ahí es donde la mayoría de la gente compramos la carne, porque tenemos la creencia de que es más fresca que la del supermercado. Si llegas al grado de la intoxicación y eres una persona que tiene problemas cardíacos te puedes morir. Me parece gravísimo que esto para las autoridades no sea importante", aseguró.
El uso de clembuterol para la engorda de ganado comenzó a
popularizarse entre productores a mediados de la década de
1990 —escribió Pereyra-, cuando se propagó "la noción de que, mezclada
en el alimento del ganado, el anabólico les permite lograr más kilos de
carne magra, en menos tiempo y a un menor costo de producción".
"Se hizo una investigación por parte de la Federación Mexicana de Fútbol y de la FIFA que determinó que los jugadores tenían el clembuterol en el cuerpo porque habían consumido, sin saberlo, carne contaminada. Las autoridades sanitarias del país y las ganaderas dijeron que era falso, que en realidad los futbolistas mentían echándole la culpa a la carne contaminada", recordó. Sin embargo, en 2011 también se llevó a cabo el Mundial de Fútbol Sub 17 y en ese entonces la mitad de los jugadores de distintas selecciones nacionales de 24 países fallaron en los controles antidopajes. "Las autoridades deportivas se alteraron y dijeron: ‘no, no es posible que tantos jugadores de tantos países distintos estén usando clembuterol'", contó la periodista.
Pereyra considera que "el Gobierno debe reforzar las acciones" para
evitar que los engordadores sigan utilizando clembuterol y "luchar
directamente contra el tráfico" de la sustancia, ya que no se produce en
México y entra por importación. Al respecto contó que hubo un decomiso
de 140 kilogramos.
"Quizá se piense que eso no es nada, pero si partes del hecho de que necesitas solamente un gramo por cada tonelada de alimento para engordar el ganado… es mucho", explicó.
En México hay aproximadamente 30 millones de reses, pero no se sabe cuántas se alimentan con clembuterol y, por ende, tampoco se sabe cuántas personas consumen carne envenenada.
"Cuando entrevisté [al director en jefe del
Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de
México] Enrique Sánchez Cruz —contó Pereyra a Sputnik—, me dijo: ‘comete
el clembuterol, te vas a poner muy bonita', a lo que respondí: ‘¿por
qué entonces no exportamos carne con clembuterol? ¿por qué no le dice a
la OMS que quite esta tontería de la recomendación?'. Sus respuestas
fueron pueriles".
©
REUTERS / Daniel Becerril
Pereyra señaló que sólo el 60% de las unidades productoras de carne tienen el certificado de inspección del Servicio Nacional de Sanidad, Calidad e Inocuidad Agroalimentaria, que garantiza su calidad, pero el resto no está siendo vigilado por el organismo, y por ende podrían estar alimentando a sus reses con el anabólico.
"¿Dónde se vende ese 40%? En los mercados de la calle, en las carnicerías de las colonias, ahí es donde la mayoría de la gente compramos la carne, porque tenemos la creencia de que es más fresca que la del supermercado. Si llegas al grado de la intoxicación y eres una persona que tiene problemas cardíacos te puedes morir. Me parece gravísimo que esto para las autoridades no sea importante", aseguró.
"Si hoy lo utilizan es porque hay una impunidad
terrible —aseguró la periodista-, porque no hay sentenciados ni
castigados, porque las investigaciones que hace la Policía no terminan
necesariamente en la consignación de un expediente ante un juez, y
cuando sí, el juez los deja ir por culpabilidad mínima porque no es un
delito grave. Es un círculo vicioso que nada incentiva a los
engordadores para dejar de utilizarlo".
El problema del consumo de esa carne salió a luz en 2011, cuando
cinco jugadores de la selección mexicana de futbol fallaron en un
control antidopaje, contó Pereyra."Se hizo una investigación por parte de la Federación Mexicana de Fútbol y de la FIFA que determinó que los jugadores tenían el clembuterol en el cuerpo porque habían consumido, sin saberlo, carne contaminada. Las autoridades sanitarias del país y las ganaderas dijeron que era falso, que en realidad los futbolistas mentían echándole la culpa a la carne contaminada", recordó. Sin embargo, en 2011 también se llevó a cabo el Mundial de Fútbol Sub 17 y en ese entonces la mitad de los jugadores de distintas selecciones nacionales de 24 países fallaron en los controles antidopajes. "Las autoridades deportivas se alteraron y dijeron: ‘no, no es posible que tantos jugadores de tantos países distintos estén usando clembuterol'", contó la periodista.
"Se llevaron muestras de las carnes de los
hoteles donde estuvieron concentrados los jugadores, los analizaron en
un laboratorio de Holanda y también revelaron que la carne estaba
contaminada", aseguró.
"Quizá se piense que eso no es nada, pero si partes del hecho de que necesitas solamente un gramo por cada tonelada de alimento para engordar el ganado… es mucho", explicó.
En México hay aproximadamente 30 millones de reses, pero no se sabe cuántas se alimentan con clembuterol y, por ende, tampoco se sabe cuántas personas consumen carne envenenada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario