Desde
que en agosto se diera a conocer la increíble historia de los
diplomáticos estadounidenses que aparentemente han sufrido pérdida
auditiva y otros daños en Cuba, las especulaciones al respecto no han
cesado. Pero lo cierto es que hasta ahora, Washington no ha presentado
ni una sola prueba y ni siquiera a las supuestas víctimas.
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AP Photo/ Ramon Espinosa
A
pesar de eso, de los informes de expertos que aseguran que tal 'ataque'
es imposible por las leyes de la física, la medicina y la lógica o de
las declaraciones del Gobierno cubano negando cualquier implicación y
dispuesto a colaborar en la investigación, la Administración Trump ha
decidido recortar drásticamente el personal de su embajada en La Habana y suspender indefinidamente la emisión de visas. También se ha recomendado a los ciudadanos estadounidenses no viajar a la isla.
"Consideramos que la decisión anunciada por el Departamento de Estado
(de EEUU) es precipitada y va a afectar las relaciones bilaterales, en
particular, la cooperación en temas de interés mutuo y los intercambios
de diversa naturaleza entre ambos países", dice el comunicado firmado
por la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Cuba, Josefina Vidal.
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AP Photo/ Ramon Espinosa
Y sí, ciertamente es una decisión que implica una marcha atrás en el proceso de normalización
de relaciones, iniciado el 17 de diciembre de 2014 entre los gobiernos
de Barack Obama y Raúl Castro tras más de 50 años de distanciamiento.
Los que estaban en su contra, a uno y otro lado del estrecho de la
Florida, son quizás los únicos beneficiados en esta historia.
Porque sin dudas las relaciones bilaterales se resentirán
por esto. Se hará más difícil el diálogo y la cumplimentación de los
acuerdos en temas de interés común como la protección al medio ambiente,
la seguridad o los vuelos directos, entre muchos otros. Se dificulta
hasta la propia investigación de los alegados incidentes sonoros, sin ir
más lejos.
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REUTERS/ Alexandre Meneghini
También
sufrirán los ámbitos científico, académico y cultural. Especialistas y
artistas de uno y otro lado ven truncarse la posibilidad de proyectos
conjuntos y de intercambios provechosos tanto para cubanos como para
estadounidenses.
Según fuentes oficiales cubanas, entre enero y agosto de este año el
número de viajeros estadounidenses se incrementó en un 173 % en relación
con el año anterior, en que la cifra total de visitantes del vecino
norteño alcanzó las 280.000 personas, a pesar de que aún tienen
restricciones para hacer turismo. Advertir a los norteamericanos del
supuesto peligro que corren, aunque no se conoce ni un solo caso de
turista aquejado por los extraños incidentes, los afectará todavía más
en su derecho de conocer Cuba.
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REUTERS/ Alexandre Meneghini
Pero
dañará con fuerza a los muchísimos cubanos, en su mayoría del sector no
estatal, que brindan servicios para estos visitantes. Desde los que han
encontrado en plataformas como Airbnb una vía de subsistencia, hasta
los que ruedan los 'almendrones' de los años 50 por las calles de La
Habana o los que han invertido todos sus ahorros y esperanzas en algún
paladar u otro negocio por cuenta propia. Afectará la prosperidad de
villas como Trinidad, que de alguna manera han conseguido ese milagro de
que la mayoría de sus habitantes puedan vivir dignamente gracias a su
hospitalidad y a su trabajo.
Las víctimas, en realidad, no son esos diplomáticos hasta ahora sin
nombre ni cara, que, si existen, ojalá encuentren pronto un diagnóstico
certero y una cura a sus males.
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REUTERS/ Enrique de la Osa
Tampoco
lo es el Gobierno cubano, que aunque sentirá mermar algún ingreso, verá
en esto una prueba más de que el archienemigo vuelve a las andadas y
reforzará la mentalidad de plaza sitiada, con todo lo que esto implica
para los de abajo.
Las víctimas tienen el rostro de esa abuela que tras varios intentos
de pedir visa para visitar a sus nietos nacidos en EEUU, ve esfumarse
ahora la esperanza del pronto abrazo. De la esposa que se tiene que
seguir resignando al 'ciberamor' en la wifi de un parque público, o del
adolescente que esperaba terminar su curso para reunirse con el resto de
su familia.
Las verdaderas víctimas son una vez más, los cubanos de a pie, que como si no les bastara con Irma, sufren ahora los vientos del huracán Trump, más terrible e irracional si cabe.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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