El periodista de la Revolución: John Reed y los días que conmovieron al mundo
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Sputnik/ M. Filimonov
Autor
de la obra 'Diez días que conmovieron al mundo', el periodista
estadounidense John Reed contribuyó a que la Revolución rusa fuera
conocida internacionalmente y se convirtió en modelo en la enseñanza del
periodismo hasta hoy.
"En
la contienda mis simpatías no fueron neutrales", anuncia John Reed en
las primeras páginas de la emblemática obra 'Diez días que estremecieron
el mundo' o 'que conmovieron al mundo', dependiendo de la traducción.
"Pero al relatar la historia de aquellos grandes días, me he esforzado
por observar los acontecimientos con ojos de concienzudo analista,
interesado en hacer constar la verdad", completa.
Aquel
octubre de 1917, cuando los bolcheviques tomaron el poder en Rusia, el
hecho pasó prácticamente desapercibido para el mundo. Eran años
sangrientos de la Primera Guerra Mundial y la mirada internacional se
concentraba en Europa. Enviado al frente de batalla para cubrirla, el ya
célebre Reed, entonces conocido por su libro ‘México insurgente', se
enteró de la efervescencia popular en el país eslavo y se dirigió a
Moscú pese a no tener garantías de trabajo como corresponsal.
"No fue como enviado especial de
ningún periódico ni pudo tampoco enviar crónicas con regularidad porque
en plena guerra a nadie le interesaba lo que estaba ocurriendo en
Rusia", resaltó a Sputnik Carlos García Santa Cecilia, doctor en
Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y jefe de
Publicaciones de la Biblioteca Nacional de España.
Por ello, para García Santa Cecilia, la "revolución del
periodismo" que hizo Reed fue "un poco accidental" pues escribía sin las
características de la cobertura periodística inmediata, sino "con la
idea de después hacer una narración". "Su relato, que luego se convirtió
en un mito en la historia del periodismo, está escrito en primera
persona y refleja cómo él mismo va tomando conciencia poco a poco
estando allí", observó.
"Hace
una magnífica descripción de lo que fue la Revolución Rusa porque es
uno de los pocos testigos que estaban allí y que estuvo hasta el final",
consideró García, quien además fue profesor de Historia del Periodismo
en la Universidad San Pablo-CEI y escribió para medios como El País y El
Mundo.
En diálogo con Sputnik el sociólogo y dirigente nacional
del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) de Argentina Christian
Castillo recordó sus 14 años cuando leyó por primera vez el clásico de
Reed. "Me acuerdo cuando comenta ese diálogo entre un soldado y un
menchevique que trata de explicarle que, según [Karl] Marx, la
revolución se debería dar en los países avanzados, y el soldado en ese
momento no lo entiende porque quería hacer la revolución sí o sí y se
iba por el lado de los bolcheviques", contó.
En homenaje al centenario de la Revolución rusa, el PTS
lanza en noviembre, mes correspondiente a los días de octubre en el
antiguo calendario ruso, una nueva edición de 'Diez días que
estremecieron el mundo'.
"Sus páginas nos hacen vivir el
proceso, es como si estuviésemos ahí directamente. Él nos entusiasma y a
la vez tiene un compromiso con la causa. Creo que esa combinación de
factores es lo que permite hacer el texto de Reed un gran trabajo por el
cual muchas personas alrededor del mundo conocieron la Revolución de
Octubre", sostuvo el sociólogo.
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Sputnik/ Yakov Berliner
"[Reed] tiene la capacidad de captar escenas de la
cotidianidad, de lo que está sucediendo en esos tiempos extraordinarios,
captar un diálogo que resume la esencia del debate", resumió Castillo,
quien también es docente en Argentina.
En
la misma línea, el doctor en Periodismo por la UCM destacó "el ritmo,
la forma de fijarse en los detalles, de reconstruir una situación a
partir de una anécdota y a partir de ahí erige lo que está ocurriendo en
la Revolución Rusa".
"Te transmite la emoción de esos diez
días que conmovieron al mundo y que pasaron muy desapercibidos porque
Europa estaba preocupada con su guerra y lo que pasaba en Rusia era algo
casi anecdótico", reforzó.
De acuerdo con García Santa Cecilia, es importante remarcar
que Reed, sin embargo, "era un agitador y un activista" comprometido
con la causa rusa más allá de periodista. En Estados Unidos, militaba
políticamente, razón por la cual llegó a ser detenido más de una vez,
antes y después de su viaje a Rusia. Por diferencias con los socialistas
estadounidenses, participó en la fundación del Partido Comunista en el
país.
"En
los debates que los comunistas estadounidenses tenían en la Tercera
Internacional, Reed es uno de los que trata de darle un contenido que
llegara también al obrero norteamericano, no solo a los inmigrantes que
fueron los primeros a organizar el comunismo en Estados Unidos. Reed
tiene esa preocupación por llegar al espíritu del obrero", agregó
Castillo.
Perseguido en EEUU, regresó a Rusia, ya transformada en
Unión Soviética, y falleció en Moscú en 1920, víctima de tifus, días
antes de cumplir 33 años. Su obra prima, sobre los diez días claves de
la Revolución fue publicada el año anterior a su muerte, y recibió un
prefacio del propio Lenin. Su cuerpo fue enterrado junto a otros
referentes bolcheviques en la necrópolis de la muralla del Kremlin.
Su vida repleta de aventuras, desde su cobertura de la
revolución en México en la que acompañó a Pancho Villa, su militancia
política en Estados Unidos, su ida a Europa y a Rusia y su romance con
Bryant rindieron guiones para más de una película. Una de ellas, la
hollywoodiana Reds (Rojos, en español) de 1981, fue nominada al Oscar en
una docena de categorías, de las cuales fue vencedora en tres,
incluyendo de mejor director para Warren Beatty, quien también
interpreta a Reed.
Sin
embargo, a juicio de García Santa Cecilia, la adaptación de su
biografía a la pantalla grande comete "un error garrafal" al final.
"Hace pesar que Reed en el lecho de muerte está como que arrepintiéndose
de haber apoyado a los rusos y a la Revolución", dijo.
"No se puede entender en Hollywood lo
que de verdad ocurrió. Era un hombre que murió comprometido con la
Revolución y eso está clarísimo. Por ello está enterrado en el Kremlin,
por eso Lenin le hizo un prólogo a su libro. Eso es un poco de cómo se
escribe la historia. Las escenas son impresionantes, recuerdo bien la
toma del Palacio de Invierno. Pero no hay nada que demuestre que Reed
tuvo alguna duda con respecto a su apoyo a la Revolución. Hollywood
tiene que maquillarlo todo", aseveró.
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