lunes, 1 de mayo de 2017

En Japón, un concurso premia al pequeño que solloza antes, ya que se cree que el llanto de los niños ahuyenta a los malos espíritus.
“El niño que llora, crece más rápido”. Esta creencia japonesa hace que, desde hace más de 400 años, se celebre en el país nipón el festival Naki Sumo, una competición que consiste en llorar.
El cuarto domingo de abril de cada año, los padres llevan a sus retoños a este concurso, en el que un juez vestido con atuendos tradicionales japoneses grita “¡Naki!” (”¡Llora!”), mientras un luchador de sumo balancea al pequeño. El primer bebé que llore, gana. En el caso de que dos bebés rompan a llorar a la vez, se alza vencedor el que lo haga más fuerte.
La competición más popular es la que se celebra en el templo de Sensoji, en el distrito de Asakusa de Tokio, a la que acuden un centenar de pequeños. Según una creencia popular, el llanto de los bebés ahuyenta a los malos espíritus.
Un padre sosteniendo a su retoño durante el festival Naki Sumo, una competición que consiste en llorar.

Pese a que la tradición del Naki Sumo aparece en muchas guías turísticas sobre Tokio y despierta el interés de los medios internacionales, la realidad es que esta creencia sigue siendo bastante desconocida.
mep/ncl/mnz/hnb

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