lunes, 1 de mayo de 2017

  • Integrantes del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria.
Unos 300 británicos están luchando en Siria e Irak en las filas del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y desempeñan papeles estratégicos clave.
El diario británico The Telegraph publicó el domingo esta información, citando al desertor británico Stefan Aristidou, que fue arrestado la semana pasada en Turquía después de entregarse a las autoridades.
Según el citado terrorista británico, estos 250-300 integrantes de EIIL “no son soldados de infantería, sino que están encargados de los medios y la propaganda (…) Tienen un rol más importante”.
El periódico hizo una entrevista a Aristidou antes de que cruzara la frontera turco-siria, y en ella dice que vivir con los miembros de Daesh es como “estar en la cárcel”, pese a que él se encontraba allí con su mujer.
Aristidou, de 23 años, es un londinense que abandonó el Reino Unido en 2015 con su novia Kolsoma Begum, de 22 años, con quien se casó y tienen una hija. Dicen que se dirigían a Siria para vivir conforme a la Sharia (ley islámica) y no para unirse a las filas terroristas.

En 2016 Aristidou se trasladó a Mosul (norte de Irak) antes de que el Ejército iraquí comenzara las operaciones para la liberación de esta ciudad, en octubre de ese año. Allá tuvo encontronazos con sus superiores por lo que regresó a Al-Raqa (norte de Siria).
Una vez que volvió a Siria, los terroristas le dejaron de pagar y entonces empezó a planear su fuga junto a su familia. Finalmente, lograron huir de la ciudad fronteriza siria de Azaz a la urbe sureña turca de Kilis gracias a unos contrabandistas.
Actualmente, Aristidou se encuentra detenido en Turquía y, de ser deportado al Reino Unido, será juzgado y enfrentará cadena perpetua, según explica The Telegraph.
El diario recuerda que de entre 850 y 1000 británicos se unieron a las filas terroristas en el Oriente Medio, advirtiendo de que la mitad de ellos ya han regresado a su país de origen, donde se teme que perpetren ataques terroristas: unos 100 murieron en combate.
El mayor obstáculo que enfrenta, de hecho, el Reino Unido es el regreso de sus ciudadanos terroristas y la posibilidad de que atenten en sus países de origen.
El último caso se produjo en marzo: un individuo atropelló con un vehículo a un gran número de personas que se encontraban sobre el puente de Westminster, antes de chocar con una verja y atacar a un agente policial con un cuchillo de 20 centímetros. El ataque se saldó con cuatro muertos, incluido el atacante, y al menos 40 personas heridas, y luego Daesh confirmó que el responsable era un ‘lobo solitario’ del grupo.
zss/mjs/nii/

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