Brasil está en contra de la posición de EE. UU. respecto a la cuestión de Irán, Siria y Cuba, explicó la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en su primera visita oficial al país norteamericano.
De igual forma, la mandataria brasileña rechazó la adopción de embargos contra Teherán debido a su programa nuclear con fines pacíficos y la posibilidad de una intervención militar en Siria.
En relación con el problema de Cuba, la presidenta abogó por el inmediato levantamiento del bloqueo contra el país caribeño, impuesto por EE. UU. desde hace más de medio siglo.
Asimismo, en alusión a la próxima celebración de la VI Cumbre de las Américas, en la ciudad colombiana de Cartagena, advirtió de que esta debería ser la última sin la participación de Cuba.
En su diálogo con el presidente estadounidense, Barack Obama, realizado el lunes pasado, Rousseff expresó su preocupación por el impacto de las políticas monetarias expansivas de las economías desarrolladas sobre las naciones emergentes. Y además, criticó a EE. UU. y a la Unión Europea (UE) por causar un “tsunami monetario” en Sudamérica , agravando los problemas de exportación de su país.
La primera visita oficial a EE. UU. de la presidenta brasileña, de cinco días de duración, empezó el lunes 9 de abril, y su objetivo era tratar sobre distintos asuntos de interés bilateral, además de los regionales y mundiales.
tas/nii/
De igual forma, la mandataria brasileña rechazó la adopción de embargos contra Teherán debido a su programa nuclear con fines pacíficos y la posibilidad de una intervención militar en Siria.
En relación con el problema de Cuba, la presidenta abogó por el inmediato levantamiento del bloqueo contra el país caribeño, impuesto por EE. UU. desde hace más de medio siglo.
Asimismo, en alusión a la próxima celebración de la VI Cumbre de las Américas, en la ciudad colombiana de Cartagena, advirtió de que esta debería ser la última sin la participación de Cuba.
En su diálogo con el presidente estadounidense, Barack Obama, realizado el lunes pasado, Rousseff expresó su preocupación por el impacto de las políticas monetarias expansivas de las economías desarrolladas sobre las naciones emergentes. Y además, criticó a EE. UU. y a la Unión Europea (UE) por causar un “tsunami monetario” en Sudamérica , agravando los problemas de exportación de su país.
La primera visita oficial a EE. UU. de la presidenta brasileña, de cinco días de duración, empezó el lunes 9 de abril, y su objetivo era tratar sobre distintos asuntos de interés bilateral, además de los regionales y mundiales.
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