AMLO, Carranza y la esclavitud
Pedro Salmerón Sanginés
En la presentación del
proyecto Memoria histórica y cultural de México, el 19 de noviembre en
el Archivo General de la Nación, AMLO afirmó que a Venustiano Carranza
se le debe la abolición de la esclavitud, lo que desató un pequeño
revuelo (como pasará siempre, diga lo que diga). Sus palabras fueron
estas: “A él se debe la abolición de la esclavitud en México… el cura
Hidalgo proclamó la abolición de la esclavitud, pero tuvieron que pasar
100 años para que en los hechos, se aboliera” (https://bit.ly/2QgXwzB, minuto 45).
Como yo estaba presente y me citó como conocedor del tema, respondo.
En términos legales, desde que México es Estado soberano, no existe aquí
la esclavitud. Las lecciones del inmortal Hidalgo dejaron honda huella
en los políticos mexicanos del siglo XIX (
que todos los dueños de esclavos deberán darles libertad dentro de 10 días, so pena de muerte, decretó Hidalgo en Guadalajara el 6 de diciembre de 1810, ratificando decretos previos). Legalmente, como dijo AMLO, no existía la esclavitud.
¿Entonces? En 1908, el periodista estadunidense John Kenneth Turner
contactó en la cárcel de Los Ángeles a Ricardo y Enrique Flores Magón,
Librado Rivera y Antonio I. Villarreal para preguntarles por qué
convocaban a una revolución en México. Le contaron que en México existía
esclavitud e insistieron: “Sí, esclavitud –dijeron–, verdadera
esclavitud humana. Hombres y niños comprados y vendidos como mulas,
exactamente como mulas, y como tales pertenecen a sus amos: son
esclavos.
Si esto es verdad, tengo que verlo, se dijo Turner. (https://bit.ly/1svkXoY).
Turner encontró esclavitud. Pero durante décadas, los conservadores y
neoporfiristas descalificaron su espléndido reportaje. Si hoy lo siguen
haciendo sólo se debe a su ignorancia: decenas de estudios demuestran
incontrovertiblemente que en el México porfirista la esclavitud real era
un hecho. Podría recomendarles a Friedrich Katz, La servidumbre agraria en México en la época porfirista; o a Armando Bartra, El México bárbaro,
donde, en homenaje a Turner, muestra la auténtica esclavitud en las
plantaciones y monterías del sureste durante el porfiriato. Sostengo que
ningún defensor del porfiriato puede seguirlo siendo luego de leer el
libro de Bartra.
No se llamaban esclavos, pero había un sinnúmero de leyes locales que
permitían la esclavitud real, que fueron barridas por el vendaval
revolucionario. En el norte se abolieron esas leyes desde 1911; en los
territorios zapatistas, de 1912 a 1914. Y en el sureste, donde la
esclavitud real estaba más extendida (en las plantaciones y monterías de
henequén, maderas preciosas, chicle, caucho, tabaco y café), ocurrió
cuando revolucionarios, comisionados por Carranza, ocuparon los
gobiernos estatales en 1914-15. Dos ejemplos: el 13 de septiembre de
1914, el general Jesús Agustín Castro (joven tranviario lagunero que el
20 de noviembre de 1910 encabezó la toma de Gómez Palacio) ocupó Tuxtla
Gutiérrez e hizo válido su nombramiento como gobernador de Chiapas. El
día 30 promulgó la Ley de Obreros o de Liberación de Mozos,
que rompía insolentemente con las reglas del juego de la oligarquía regional, tan ducha en legislar en favor de la servidumbre. Esta ley desató fuerzas sociales muy profundas: hizo popular al gobernador entre muchos sectores... y causó la rebelión de los finqueros (
mapaches), que estuvieron en armas hasta 1920 (la cita es de Antonio García de León).
El 19 de marzo de 1915 el general Salvador Alvarado (sinaloense
radicado en Guaymas, boticario y lector contumaz antes de la revolución)
ocupó Mérida, tras destruir a los contrarrevolucionarios sostenidos por
la oligarquía henequenera. Sus primeras medidas como gobernador
consistieron en la liberación de las deudas de los 60 mil peones y
sirvientes, casi todos de las haciendas henequeneras (mayoritariamente
mayas, sin olvidar a los yaquis, para muchos de los cuales la campaña
genocida de Sonora consistía en enviarlos como esclavos a Yucatán) y
simbólicamente, hizo quemar todos los libros de las tiendas de raya.
Como escribió Alvarado, “cuando llegué a Yucatán… La esclavitud era un
hecho real, positivo y tangible”. Estas medidas abrieron el camino para
que en la Constitución de 1917 se impulsara un artículo 123 que suprimía
las máscaras jurídicas de la esclavitud real.
AMLO tiene razón y no la tiene, porque hoy en México sigue existiendo
la esclavitud real, entre trabajadores agrícolas forzados por las
mafias; entre las personas (mayoritariamente mujeres y niñas) sometidas a
la trata… abolir esa nueva esclavitud es tarea pendiente y urgente.
Pd. Mi hijo Pablo me regañará por decir esclavos: en el Palenque de Santa María, Colombia, nos enseñaron que son esclavizados.
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