domingo, 1 de octubre de 2017

Aviones rusos Su-30

EEUU abre un 'nuevo frente' en su disputa con Rusia

© Sputnik/ Alexander Vilf
Prensa
 
EEUU planea restringir los vuelos de observación realizados por la aviación rusa sobre el territorio de Alaska y Hawái.
Se espera que las nuevas restricciones entren en vigor a partir del 1 de enero de 2018. Según los medios de comunicación estadounidenses, esta medida es la respuesta de EEUU a las supuestas violaciones del Tratado de Cielos Abiertos cometidas por Rusia.
El periodista ruso Gennadi Petrov recalca en su artículo para la revista rusa Expert que las restricciones de Washington pueden "enterrar" para siempre el citado documento.
Recientemente, Rusia limitó hasta los 500 kilómetros de distancia los vuelos realizados por aviones de la OTAN en la provincia de Kaliningrado. 
Según el periodista, Moscú tenía razones para hacerlo. En particular, el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Ryabkov, recordó que Rusia estaba decepcionada por cómo EEUU estaba interpretando el documento.
Tras la limitación de los vuelos de la OTAN sobre la provincia de Kaliningrado, la Cancillería rusa propuso a EEUU colaborar para encontrar una solución que satisficiera a ambas partes y pidió que Washington "no inicie una espiral de contramedidas". 
"De esta manera, Moscú demostró estar preparado para entablar un diálogo con Washington. El problema radica en que este diálogo va a ser difícil: el Tratado de Cielos Abiertos se firmó en otra realidad, de la que actualmente no queda ni rastro", escribe el autor del artículo
El Tratado de Cielos Abiertos fue suscrito en 1992 por 23 países que formaban parte de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). EEUU fue su principal impulsor. 
Dicho tratado permite realizar vuelos de observación sobre el territorio de otros países y fotografiar sus instalaciones militares. En aquel entonces, el documento representaba un símbolo del acercamiento entre Moscú y Washington tras décadas de duro enfrentamiento. 
Ahora, en cambio, tanto Rusia como EEUU tienen motivos para dudar de la necesidad y la eficacia del Tratado de Cielos Abiertos, opina el periodista.
Desde hace varios años, bajo diferentes pretextos, los estadounidenses empezaron a impedir inspecciones aéreas rusas sobre sus instalaciones militares en el océano Pacífico. 
Durante la Presidencia de Obama, los congresistas, en repetidas ocasiones, propusieron prohibir vuelos de aviones rusos sobre territorio estadounidense.
El periodista subraya que la cancelación del Tratado de Cielos Abiertos no tendrá consecuencias catastróficas. En caso de que se cancele el tratado, simplemente ambas partes dispondrán de menos información sobre su respectivo potencial militar. 
El verdadero peligro del rechazo al Tratado de Cielos Abiertos radica en el hecho de que este podría provocar la revisión de otros acuerdos que son básicos para la seguridad internacional.
"Es posible que la próxima víctima del enfrentamiento ruso-estadounidense sea el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas", remarca.
El Tratado de Reducción de Armas Estratégicas fue firmado en 2010 y permite a ambas partes realizar inspecciones de instalaciones militares.

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