lunes, 26 de diciembre de 2016

Polémica arbitral, bronca, expulsados y tiempos extras en la final del torneo Apertura 2016
Tigres logra su quinta estrella; vence en penales al América
Nahuel Guzmán detuvo tres tiros en la definición desde los 11 pasos
Las Águilas acariciaron el título del centenario, pero Dueñas anotó de último minuto
Alta tensión en la cancha del Volcán
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Jesús Dueñas (derecha) festeja tras anotar el empate 1-1 para que la final se decidiera en penalesFoto Jam Media
Agencias
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de diciembre de 2016, p. 2
Monterrey, NL.
En una final de locura, dramática, con lesionados, bronca y cuatro expulsados –dos por bando más uno de la banca–, el América vio esfumarse la última oportunidad de llevar a sus vitrinas el cetro más anhelado, el de su centenario. Tras el empate global 2-2 en tiempo extra, Tigres se impuso en los tiros de penal: Nahuel Guzmán detuvo tres, el equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) acertó tres y se coronó en el torneo Apertura 2016.
El partido no estuvo exento de polémica arbitral, pero los de casa prácticamente se levantaron de la lona para celebrar. Ricardo Tuca Ferretti, quien cumplió mil partidos de timonel en el futbol mexicano, se convirtió en el técnico más exitoso de los felinos, al conquistar el tercero de los cinco títulos que tiene la institución. Los otros dos fueron cosecha de Carlos Miloc.
André-Pierre Gignac, Juninho y Guido Pizarro acertaron desde los 11 pasos, mientras Nahuel Guzmán detuvo los envíos de William da Silva, Sergio Romero y Javier Güemez.
Tigres tuvo el escenario perfecto, estuvo arropado por la considerada mejor afición del país; sin embargo, careció de argumentos para sacudirse la estrategia del avezado Ricardo La Volpe, al grado de que los felinos se desesperaron, perdieron la cabeza y la debacle comenzó con la expulsión de Jorge Torres Nilo.
El cuadro local no pudo romper el cero en el primer tiempo gracias a una joya de Moisés Muñoz al minuto 31. El portero americanista voló como impulsado por resortes hacia su derecha y con la mano izquierda desvió un trallazo de Javier Aquino.
Fue la única jugada que deleitó a un público expectante que antes del pitazo de inicio era puro jolgorio y fiesta; sin embargo, tras la ceremonia de los himnos el graderío se apagó porque el juego se tornó tenso, como el rostro de Ferretti, a quien parecía no gustarle el desempeño de su equipo.
Ambos planteles salieron precavidos en exceso, conscientes de lo que estaba en juego. Nadie estaba dispuesto a regalar nada y se aplicaron más en labores defensivas. Guzmán debió hacer movimientos en su sitio para no entumirse, mientras el equipo de La Volpe silenció el graderío con un trabajo defensivo impecable.
El América cerró los caminos a los universitarios, que se conformaron con merodear y tuvieron como punta de lanza al francés Gignac, quien horas antes del partido se despojó del collarín y lo remplazó por un par de bandas terapéuticas en nuca y cuello. Incluso, el galo se sumó al trabajo defensivo cuando los de casa eran atacados.
El público regiomontano, influido por las quejas contra el arbitraje en el duelo de ida, lanzó rechiflas a Jorge Isaac Rojas al menor contacto sobre los jugadores felinos.
Más intensidad
Apenas inició el complemento, La Volpe puso a calentar a sus hombres de banca.
Al minuto 47 Aquino se lesionó la rodilla derecha al obstruir un centro, intentó seguir en la refriega, pero seis minutos más tarde se sentó en el césped y pidió su cambio. Su lugar lo ocupó Damián Álvarez.
El partido dio un giro de 180 grados en intensidad. La afición, desquiciada y totalmente del lado de los felinos –había apenas unos 200 seguidores de las Águilas– se metió al juego, no dejó de alentar a los suyos y protestó con ferocidad cualquier decisión arbitral desfavorable a su causa.
Al minuto 55 Oribe Peralta desperdició de forma increíble una clara oportunidad. El balón llegó por alto al área, Nahuel Guzmán rechazó tibiamente, América recentró y la pelota fue hasta el Cepillo, quien cruzó de más su tiro ante marco abierto.
Al minuto siguiente Jürgen Damm superó en el salto a Miguel Samudio, pero su cabezazo se escurrió hacia un costado.
El público rugió al unísono al minuto 57 en reclamo de un penal tras la incursión al área de Ismael Sosa, quien se desplomó en cuanto sintió el contacto de Rubens Sambueza. Los insultos llovieron al silbante, quien optó por apurar el juego.
Pero donde sí se equivocó Jorge Isaac Rojas fue al no marcar un planchazo de Michael Arroyo sobre el empeine derecho de Hugo Ayala. Era de roja, pero el silbante no la vio.
Muñoz tuvo otra gran intervención (66) cuando repelió el esférico ante un envío de Juninho y en el contrarremate un cabezazo se impactó en el travesaño. El acoso felino encendió al público que alentó a los suyos con el cántico de Ti-gres, Ti-gres y te quiero ver campeón.
La Volpe, también nervioso, sacó al apagado Peralta e ingresó a Silvio Romero; enseguida Torres Nilo realizó un cruce providencial cuando Renato Ibarra soltó un tiro hacia la red.
El estadio entero lanzó un alarido de frustración, mientras Gignac parpadeaba incrédulo tras un soberbio disparo que no alcanzó el portero Muñoz, pero que para fortuna de los visitantes se estrelló en el larguero.
José Chepe Guerrero cayó al suelo víctima de calambres al minuto 84 y fue relevado por Edson Álvarez.
De nuevo la tensión reinó, porque al minuto 90 Torres Nilo recibió su segundo cartón amarillo al colgarse de Ibarra cuando el ecuatoriano se le escapaba. Ferretti aplicó dos cambios a los minutos 90 y 92: Ismael Sosa por José Rivas e Iván Estrada dejó su sitio a Alberto Acosta.
Después, con el rostro descompuesto, se lamentó de esa decisión y olvidó que en los tiempos extras tenía la opción de un cambio más. Hugo Ayala tuvo que ser atendido del tobillo derecho muy inflamado por la grave entrada de Arroyo; el zaguero continuó en el partido.
Llegaron los tiempos extras con los Tigres disminuidos, no sólo con un hombre menos, sino con Hugo Ayala deambulando. El América aprovechó y al minuto 94 ganó un tiro de esquina por la izquierda que Pablo Aguilar peinó, nadie reparó en Edson Álvarez, quien frente a la meta cabeceó picado y la pelota entró a la izquierda del portero Guzmán para el 0-1.
Tigres estaba desconcentrado. Jesús Dueñas tuvo una gran opción, pero su cabezazo fue directo a las manos de Muñoz; luego Hugo Ayala dio un empellón a Silvio Romero y le perdonaron la amonestación.
El árbitro parecía esperar la ocasión para nivelar la contienda, ésta llegó con una acción de juego peligroso cometido por Rubens Sambueza al minuto 101, para que ambos equipos quedaran con 10 hombres.
Sin embargo, los felinos se volvieron locos. Gignac y La Volpe se insultaron, enseguida José Rivas intercambió golpes con Oribe Peralta y Chepe Guerrero; se armó la gresca y la gente de ambas bancas entró a separar a los rijosos. Más de cuatro minutos tardó el cuerpo arbitral deliberando sobre lo sucedido.
Jorge Isaac Rojas expulsó a Ventura Alvarado, quien estaba en la banca, al americanista Goltz –quien se fue ahogado en llanto, furioso al sentirse víctima de una injusticia– y al felino Rivas. Los equipos se quedaron con nueve jugadores cada uno.
Un poco más sereno, el cuadro de la UANL buscó en el segundo tiempo extra el gol que diera paso a los penales y de forma increíble lo logró a un minuto del pitazo final. Jesús Dueñas vio venir el centro de Damm, aplicó un martillazo y marcó el 1-1 que hizo estallar el Volcán.

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