Una gota de sangre y seis balas
Escrito por Jorge Gómez Barata
Se puede discutir si Barack Obama es norteamericano o no, y especular acerca de su condición de socialista; lo que no se puede negar es que es negro. Para probarlo, en Estados Unidos inventaron la insólita “Ley de una gota de sangre basta”.
El asunto fue de especial importancia, cuando, como resultado del sexo ilícito (a veces forzado) de blancos con negras en el sur de los Estados Unidos, que se extendió durante la guerra civil, aumentaron retoños de aquellos apareamientos, con apariencia inequívocamente caucasiana.
En la lógica de los racistas norteamericanos, el hecho inducia a “errores sociales”, a “confusiones morales”, y a “equívocos judiciales”. Ante la duda, se acudía a la hipofiliación que, presuntamente detectaba el déficit de sangre blanca.
Según esta lógica, los hijos de parejas mixtas, sin importar el color de su piel, eran inequívocamente negros. En algunos estados también lo eran aquellos que poseyeran una cuarta parte (un abuelo) de ese color. Incluso se consideraron negros quienes tuvieran un dieciochoavo de sangre africana, (equivalente a un tatarabuelo).
La regla de “Una gota basta”, fue una expresión pseudo científica de racismo, adoptada en Estados Unidos como parte de las “Leyes Jim Crow” y, entre otros estados se aplicó en: Tennessee, Luisiana, Texas, Arkansas, Mississippi, Carolina del Norte, Alabama, Georgia, Oklahoma, y Florida, y estuvo vigente hasta 1967.
En la época de la reconstrucción, cuando los sureños derrotados en la Guerra de Secesión retomaban el poder, la presencia de una gota de sangre negra podía significar, para una persona que se creía o pasaba por blanco, la pérdida de sus propiedades, la anulación de su matrimonio, incluso la negación de los hijos que hubiera REGISTRADO como blancos. Algunos curas lo consideraron motivo de excomunión.
Las leyes de la “Una gota” fueron defendidas desde las posiciones pseudo científicas de la Eugenesia, que estudió las leyes de la herencia con la óptica del “darwinismo social”, que vincula el éxito a la supervivencia de las criaturas más fuertes y mejor adaptadas, y que al final, fue utilizada como instrumento del racismo y del fascismo.
Estas tendencias tuvieron especial efecto en los Estados Unidos. El eugenista norteamericano Madison Grant escribió: “El resultado del cruce entre un hombre blanco y un indio: es un indio. Entre un hombre blanco y un negro es un negro. El cruce entre cualquier raza europea y un judío: es un judío…”
En 1967, la Corte Suprema de los Estados Unidos revocó la prohibición del matrimonio interracial y declaró inconstitucional la regla de “Una gota basta.”
El profesor Esteban Morales tiene razón cuando dice: “Las razas no existen, pero el color si…”
Permitir a un negro, con cincuenta por ciento de sangre africana llegar la presidencia es un mérito para Estados Unidos, pero no dejar vivir a Michael Brown con el ciento por ciento de la suya es un baldón
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