Bajo la Lupa
¿Dónde se encuentra el oro del Banco de México?
Alfredo Jalife-Rahme
Un empleado del Banco de México empuja la puerta de la bóveda principal de la institución, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de MéxicoFoto José Carlo González
Suena a una costumbre adquirida durante siglos: desde el siglo XVI, los conquistadores españoles se llevaron el oro y la plata de México (extensivo a Latinoamérica, en particular, Perú) y ahora, en el siglo XXI, las mineras anglosajonas de Canadá expolian la plata mexicana sin dejar nada a cambio (ni siquiera visas) y, todavía peor, las reservas de oro, compradas fehacientemente por el Banco de México y extrañamente depositadas en el banco central británico (The Bank of England), parecen haber sido alteradas en su cantidad y calidad física, para no decir despojadas, si hacemos caso a la insólita noticia de The Voice of Russia (28/2/13), que ha sido retomada por fuentes serias de información financiera, descontado su notorio sesgo ideológico, como el portal suizo The Daily Bell (5/3/13).
La radio rusa lanzó una verdadera bomba sobre la solicitud de México “para auditar su tenencia de oro en el Banco de Inglaterra”, donde coloca en la picota al Banco de México (BdeM) por la oficina de auditoría del gobierno mexicano. pero no explica más al respecto sobre esta ruptura interna de dos relevantes entidades del gobierno mexicano, que aquí ha pasado de noche.
Los auditores solicitaron a Banxico “hacer una inspección física (¡supersic!) con la contraparte que posee el oro en custodia, con el fin de ser capaz de verificar y validar su integridad física”.
Tanto el Comité GATA (Gold Anti Trust Action) como Inteligencia Financiera Global le han dado vuelo a la tarea excavatoria de la auditoría mexicana, lo cual cobra mayor relieve a raíz de la espectacular repatriación del oro de Alemania, y de otros países, por Estados Unidos (Ver Bajo la Lupa, 20/1/13 ).
La oficina auditora del gobierno “concluyó que 95 por ciento (sic) de las reservas de oro del BdeM se encuentran almacenadas en el extranjero (sic) y que 99 por ciento (¡supersic!) de este oro se encuentra almacenado en el Banco de Inglaterra”. ¿Por qué tan lejos?
Lo anómalo reside en que el BdeM “nunca ha inspeccionado el oro que compró, ni ha realizado pruebas de pureza (sic), y ni siquiera tiene la lista de todos los lingotes de oro almacenados en Londres”. ¡Cómo!
En el mejor de los casos, las tenencias del Banco de México son puros “reclamos” de “papel oro” de cierta cantidad del metal supuestamente custodiado por el Banco de Inglaterra.
La radio rusa cita a Bill Gross, el mandamás de PIMCO, la mayor tenedora de bonos de mundo, quien fustigó que “los bancos centrales no confían entre sí”, y conjetura que “sea muy probable después de la auditoría que México decida repatriar sus tenencias en oro”. Falta ahora, primero, que existan y, luego, que se las devuelva el Banco de Inglaterra.
Nada menos que The Daily Bell, que tiene mucha influencia en el mercado del oro, captura la revelación estrujante de la radio rusa sobre la auditoría mexicana para señalar “la nueva era de la repatriación del oro, que afectará todo (¡supersic!)”.
Considera que después de las repatriaciones de Venezuela, Alemania y quizás México, la tendencia se ha acentuado, y aduce que “la añeja era en la que la confianza en los bancos centrales formaba parte consustancial del sistema ha desaparecido”, y sus “ramificaciones no se han sentido todavía en su plenitud”, ya que “sin confianza, las estrategias son difíciles de crear y los programas son difíciles de implementar”.
Hoy el mundo vive la guerra de las divisas, mientras los precios del oro se han incrementado de modo concomitante “a la presión sobre los políticos para garantizar un aumento de las reservas de oro”. El problema se complica con el almacenamiento foráneo de la mayor parte de las reservas de oro, lo que hace que la “situación se vuelva combustible”.
¿Por qué la Reserva Federal de Estados Unidos (su banco central privado) rechaza someterse a una auditoría sobre su tenencia del oro alemán?
Mientras son peras o manzanas, Wall Street parece impermeable a las peores noticias en medio del pleito fiscal en Estados Unidos y la pérdida de 20 mil 500 dólares por Goldman Sachs, mientras el dólar se dispara en detrimento del oro.
Sería muy grave que BdeM, en lugar de haber comprado lingotes de oro, se haya dejado engañar ingenuamente, en el mejor de los casos, o en el peor, se haya coludido con el Banco de Inglaterra (su socio teológico neoliberal) para comprar vulgar “papel oro” mediante los ETF ( Exchange Traded Funds), que prometen su entrega idílica en el futuro.
El enorme riesgo de los ETF radica en que existe más “papel oro” que el manejable tangiblemente de lingotes, que según se calcula han alcanzado prácticamente el equivalente de las supuestas tenencias de oro del FMI, en dado caso de que existan también.
Como se nota, el mundo financierista anglosajón ha entrado en una espiral de desconfianza, que se refleja en la exigencia de auditoría de los lingotes, en caso de existir, y en su muy tardada repatriación ( v. gr. un pequeño monto del oro alemán de la Reserva Federal tomará siete años en regresar).
Zero Hedge (3/3/13) pregunta la razón por la cual la “bóveda de JP Morgan, la mayor del mundo, se encuentra localizada junto a la Reserva Federal en Nueva York”.
Más allá de su polémica interconectividad subterránea (en todos los sentidos), y quizá intercambiable, no es ocioso señalar que JP Morgan es la “consentida” bancaria del sistema financierista de Estados Unidos: su principal banco que posee en especulativos “derivados financieros” el equivalente del PIB global (71.27 billones de dólares: trillones en anglosajón).
Mientras la libra esterlina sufre una paliza global, pareciera que la plaza de la City favorece la tenencia del dólar y el desprendimiento del oro. Jack Farchy, de The Financial Times (6/3/13), “reseña” el vuelco de los mercados por las acciones bursátiles y en detrimento de los ETF de “papel oro” que se han desprendido de 140 toneladas desde inicio del año. Para no variar, el megaespeculador con disfraz de “filántropo” George Soros vendió su tenencia de ETF en “papel oro”, lo cual ha hecho declinar el precio por debajo de mil 600 dólares la onza.
El portal suizo aduce que la desconfianza entre los bancos centrales se ha complicado con la “guerra de divisas”, detrás de la cual se encuentra el apuntalamiento subrepticio a las exportaciones; cita un artículo de Money Morning (MM), que señala que el resultado de las maniobras para devaluar deliberadamente las divisas lleva a “una volatilidad desestabilizadora en las acciones, materias primas y bonos”, un “ambiente combustible que no necesariamente beneficia a las trasnacionales”.
A juicio de MM, un ambiente volátil de las divisas beneficia al dólar, en lo cual no concuerda The Daily Bell, justamente debido a la controversia sobre la tenencia de oro físico por la Reserva Federal, en cuyo caso el dólar puede ser arrastrado en medio de “un debate prolongado sobre el papel oro y el reclamo de metales preciosos”, ya que “no queda claro quién posee tanto oro en el mundo turbio (sic) de las tenencias de los bancos centrales”.
El portal suizo concluye que “la vieja era de la confianza en los bancos centrales se ha desvanecido. La nueva era será más significativamente contenciosa”. ¡Uf!
Twitter: @AlfredoJalife
Facebook: alfredojalife
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