Bajo la lupa
Siria: la opción Manaf Tlass
Alfredo Jalife-Rahme
Desde la costa oriental del mar Mediterráneo hasta el golfo Pérsico los múltiples focos incandescentes profundizan sus interconexiones.
Por azares del destino, Al-Qaeda, segmento terrorista sunnita que presuntamente controla la CIA (o Al-CIA), reapareció con todo su resplandor devastador tanto en el seno de los rebeldes sirios (lo cual infecta sus legítimas demandas) como con sus correligionarios de Irak.
The New York Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung han sido muy generosos en exponer las nuevas andanzas de Al-Qaeda en Siria e Iraq, países que constituyen dos imágenes del mismo espejo sectario: el primero, con mayoría sunnita y relevantes minorías (alawitas, cristianos, kurdos, drusos y turcomenos) y, el segundo, de mayoría chiíta árabe (vinculada al chiísmo persa) y con notables minorías (sunnitas árabes y kurdos).
En el Creciente Fértil, corazón de la máxima hipercomplejidad del mundo árabe, prevalece su consustancial sectarismo (Líbano, Siria e Irak) y donde las reduccionistas mentes maniqueas de reflejos condicionados lineales occidentaloides pueden salir decapitadas por ridículo simplificador.
Existe ya embotellamiento de portaviones de EU en el golfo Pérsico para asfixiar a la teocracia chiíta persa, mientras el gabinete israelí del sionista mesiánico (ex-jefe del Mossad dixit) Netanyahu acaba de adoptar un presupuesto de guerra para atacar a Irán y/o capturar, para el bien del género humano, las armas químicas del tambaleante régimen alawita (minoría esotérica del chiísmo) de Bashar Assad.
Sea contra quien fuere, pero Netanyahu está en pie de guerra: ya sea para realizarla en cualquier momento; ya sea para secuestrar la elección presidencial de EU donde el desmedidamente poderoso lobby AIPAC –consultar luminoso libro The Israel Lobby and US Foreign Policy de los excelsos politólogos John Mearsheimer y Stephen Walt– ejerce una influencia considerable gracias a su control de los multimedia y sus PRESS-titutes (Paul Craig Roberts dixit).
Thierry Meyssan, director galo de Réseau Voltaire –lectura obligada para equilibrar la avasallante desinformación de Occidente– se encuentra en Damasco y ha reportado la infiltración de mercenarios jihadistas de Al-Qaeda provenientes de varios países árabes en el seno de los rebeldes sirios. A grado tal que el canciller ruso Sergei Lavrov ha acusado a EU de encubrir el terrorismo. ¡Uf!
A mi juicio, la EU/GB/OTAN aplican en Siria 30 años mas tarde el modelo Afganistán de los libertarios jihadistas (con apoyo de películas de Hollywood a la Silver Stallone sustituidas por la instantaneidad del video en youtube) contra el régimen de Kabul, aliado a la ex-URSS. Hoy Damasco se parece a Kabul y Alepo a Kandahar.
Siria se mueve entre dos polos extremos de disolución de su entidad estatal: 1. la balcanizaciónen miniestados étnico-teológicos “a la Yugoslavia”, que en el norte se insinúa con la apropiación territorial de los kurdos –quienes son sunnitas pero no-árabes–, lo cual ha puesto en alerta a Turquía que apoya ostensiblemente, con ayuda financiera de Arabia Saudita (AS) y Qatar, a los rebeldes sirios y, 2. el sectarismo de la guerrea civil teológica entre sunnitas y chiítas a escala regional (entre AS e Irán) y, a escala local siria, entre los alawitas (10 por ciento de la población) y sunnitas (70 por ciento).
Curioso: los cristianos de Siria (10 por ciento) se han aliado a su cuenta y riesgo al régimen alawita por temor a la toma del poder por el espectro de la omnipotente triada sunnita: Hermanos Musulmanes, salafistas (integristas coránicos) y Al-Qaeda.
En forma anecdótica, el destino de la batalla de Alepo –entre el ejército controlado por la secta alawita, y los rebeldes de la triada sunnita– será decidido por quien tomen partido los kurdos no-árabes: 20 por ciento de la población comercial más importante de Siria, además de joya arquitectónica milenaria y centro de la óptima gastronomía. ¡Ese es el Medio-Oriente!
Desde la Guerra del Peloponeso, 26 siglos más tarde, los humanos no han cambiado mucho con sus lealtades y perfidias; sólo varió la coreografía tecnológica.
El binomio dinástico de los alawitas Assad y los sunnitas Tlass –que gobernó Siria y controló el Partido Baas durante 42 años desde los padres Hafez y Mustafa, refrendado por los hijos Bashar y Manaf–, quedó fracturado irreversiblemente.
Es imposible gobernar Siria –país proclive a la ingobernabilidad y propenso a varios golpes de estado antes del más reciente que propinó Hafez Assad en 1970–sin el factor del estructural pegamento mayoritario sunnita.
Entre los dos polos disolutivos de la entidad estatal siria, se perfila la opción Manaf Tlass (ver Bajo la Lupa 22.7.12), la cual, dicho sea con humildad de rigor, propuse antes que nadie en mis comentarios a CNN y Proyecto 40.
Manaf desertó de la pretoriana Guardia Republicana para asilarse en París donde ha empezado a encabezar el liderazgo de la transición aceptable a los actores globales y regionales (con la salvedad de Irán que guarda prudente silencio): hijo del ex ministro de Defensa Mustafa, y hermano tanto de Firas (multimillonario radicado en Dubai y muy cercano a las pudientes petromonarquías) como de Nahed (esposa del multimillonario y célebre mercader de armas saudita Akram Ojjeh).
Se detectan radiactivamente los hondos vínculos añejos del clan Tlass con Rusia, Francia, Turquía y las seis petromonarquías, en particular, Arabia Saudita. No es poco.
El portal libanés lorientlejour (26.7.12), muy cercano a Francia, destapa a Manaf–playboy muy carismático de 48 años de edad– como futuro hombre fuerte de Siria.
Michel Kilo, uno de los principales dirigentes de la oposición, durante sus negociaciones con el canciller Sergei Lavrov, en Moscú, filtró que Manaf está destinado a jugar un rol de primer plano en la fase de transición.
A un sector de la oposición, Consejo Nacional Sirio (CNS) que ha sido entrenado por EU para presidir la transición, no le agrada para nada la opción del sunnita Manaf cuya familia es identificada con el nepotismo Assad.
A la muy fracturada y heteróclita oposición siria solamente la unifica su abominación a Bashar cuya defenestración puede ser peor que su estancia, si no se mantiene un mínimo institucional de gobernabilidad para no repetir el lúgubre vacío de poder que sucedió con la des-baasificación de Irak (imagen en espejo de Siria) a raíz de la desastrosa invasión anglosajona que sigue sembrando fuego y sangre en toda la región con el fin de apoderarse de los hidrocarburos.
El portal libanés naharnet (26.7.12), muy cercano a EU, reproduce la entrevista de Manaf con el rotativo saudita As-Shark-Al-Awsat, durante su conspicua visita al reino wahabita, donde expuso su hoja de ruta para concluir la crisis donde participarían los sirios honorables (sic), que incluyan a miembros del presente régimen cuyas manos no estén teñidas de sangre y en la que Bashar (su íntimo amigo de adolescencia y juventud) no tendría papel alguno que jugar.
El objetivo de Manaf es ante todo preservar el estado para que Siria no se disuelva entre el sectarismo y/o la balcanización. ¿Podrá?
¿Cual es el verdadero plan de EU/GB/OTAN que parecen coquetear con la qaedización para desestabilizar en última instancia a Irán, Rusia y China?
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