Dejen paso al rublo y al yuan: China y Rusia se preparan por si les sacan del SWIFT
China
y Rusia llevan diseñado durante los últimos años sus propios sistemas
de pagos bancarios. Por ahora, sus transacciones internacionales se
siguen haciendo mediante el código SWIFT, pero desde Occidente se amaga
con retirar a Rusia del sistema. Así que los pasos rusos hacia su
independencia del dólar nunca tuvieron tanto sentido.
Sin
embargo, hasta ahora las herramientas alternativas con las que cuentan
Rusia y China —ambas 'hechas en casa'— se limitan al ámbito nacional,
por lo que siguen sin poder declararle la batalla al código
SWIFT —acrónimo de 'Society of Worldwide Interbank Financial
Telecommunications'— si lo que se quiere es transferir algo entre dos
países. Es aquí donde China y su sistema de pagos podrían servir en la
"guerra silenciosa contra el dólar", publica el medio ruso Politikus.
©
REUTERS/ Ruben Sprich
El
sistema chino se basa en el protocolo PVP ('Payment versus Payment'), y
a través de él se pueden ejecutar transacciones en yuanes y en rublos.
Su ventaja en el comercio exterior radica en que permite evitar hacer
los pagos utilizando el SWIFT y, en consecuencia, en que se deshace del
dólar. El sistema nació en octubre de 2017 y, a pesar de que por ahora
permite intercambios comerciales en territorio nacional chino y también
con Rusia, Pekín desea extenderlo a aquellos países con los que mantiene
buenas relaciones comerciales.
Las prisas por conseguir depender menos del dólar estadounidense se
entienden a la luz de los datos. A fecha de septiembre de 2017, las
exportaciones rusas a China en rublos y en yuanes solo comprendieron el
17% del total y, las importaciones, el 18,6%. La mayor parte de los
intercambios comerciales entre ambas naciones se hicieron en divisas
como el dólar o el euro. En el caso del dólar, el porcentaje asciende al
78,8% en las exportaciones y al 76% en las importaciones rusas.
El
escenario en el que el dólar estadounidense se impone en terceros
países, incluso, por encima de las monedas de esas mismas naciones, no
es exclusivo de Rusia y de China, sino que se repite en otras. La
cuestión es sumamente importante y son muchos los Estados
que se están viendo obligados, precisamente por ese escenario, a seguir
de cerca la evolución de los asuntos internos estadounidenses que
conciernen a la estratosférica deuda norteamericana, como señaló a principios de enero el politólogo ruso Antón Krilov.
"Así que a pesar de que Rusia y China se han
pasado a la moneda nacional en las transacciones financieras entre
ambos, el dólar sigue jugando un papel importante en las transacciones
mundiales a cuenta de su estatus como moneda de reserva mundial",
señalan en Politikus.
Solo cuando surjan nuevos centros de poder económico y nuevas divisas
de reserva, se podrá transformar la sumisión de la economía mundial al
dólar. Los primeros pasos en esa dirección los dio China lanzando su
sistema de pagos internacional, CIPS ('Chinese Internacional Payment
System'), basado en el PVP. Le ha seguido Rusia con la creación del suyo
propio, un servicio bancario lanzado recientemente como respuesta a las
amenazas de sacar al país del SWIFT. Bajo el nombre de 'Sistema de
transferencia de envíos financieros' o SPFS, el protocolo está diseñado
para hacer pagos a nivel nacional.
El
potencial de ambos sistemas de funcionar en el exterior es enorme
gracias, precisamente, al potencial de las economías rusa y china en el
comercio entre Europa y Asia. Se espera que los bancos de la Unión
Económica Euroasiática puedan operar a través del SPFS y que China haga
lo propio con el suyo aplicándolo a lo largo de toda la Nueva Ruta de la
Seda, el proyecto llamado a conectar el intercambio comercial desde el
extremo este de Asia hasta Europa.
Las intenciones de Rusia y de China también se dejaron ver en octubre
de 2017, cuando el gigante asiático abrió en Moscú la primera sucursal
de su Banco de Industria y Comercio, basado en yuanes. La entrada en
Rusia del yuan no es exclusiva. En estos momentos, el país ya ha
acordado con Turquía, con Irán y con Azerbaiyán deshacerse de la moneda
estadounidense.
"Todas estas medidas ayudarán a proteger la
economía rusa de las sanciones de Occidente y a suavizar el efecto del
'colapso de la burbuja del dólar', que tarde o temprano estallará debido
al grave desequilibrio en el sistema financiero estadounidense",
señalan en Politikus.
Y es que el endeudamiento de los estadounidenses
ha vuelto a crecer a niveles alarmantes. La situación recuerda mucho a
lo sucedido en 2008, cuando la crisis hipotecaria del país provocó la
caída de la economía mundial. Que la inmensa mayoría de países dependan
del bienestar de la economía estadounidense por utilizar el dólar, da
pistas de lo que pasará cuando esa burbuja llegue a estallar.
Así que si a Rusia le sacan del SWIFT, los bancos rusos sobrevivirán,
como dijo a finales de enero el vice primer ministro ruso, Arkadi
Dvorkóvich. En marzo de 2017, la presidenta del Banco Central de Rusia,
Elvira Nabiulina, aseguró durante una reunión con el presidente ruso que
el sistema financiero ruso estaba protegido en caso de que llegase el
momento de deshacerse del SWIFT. Sin embargo, y como recuerda
Dvorkóvich, la desconexión de Rusia sería un agresión flagrante por
parte de Occidente.
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