Colombia: Piedad, extremadamente valiente
Escrito por
Arnaldo Musa/Especial para CubaSí
Piedad Córdoba
La exsenadora Piedad Córdoba entregó cerca de dos millones de firmas
como aval para legalizar su candidatura a la presidencia en las
venideras elecciones generales de Colombia. Desafió así amenazas de
muerte para que no diera tal paso.
Pocas horas antes de que el secretario general de las Naciones
Unidas, Antonio Guterres, se entrevistara con el mandatario de Colombia,
Juan Manuel Santos, en un esfuerzo por salvar el maltrecho proceso de
paz en la nación suramericana, la exsenadora Piedad Córdoba entregaba
cerca de dos millones de firmas como aval para legalizar su candidatura a
la presidencia en las venideras elecciones generales.
Piedad desafiaba así todo tipo de amenazas de muerte para que no
diera tal paso, procedentes de aquellos responsables de la eliminación
física por el ejército y sus protegidos paramilitares de centenares de
activistas sindicales y campesinos, e instrumentos del latifundio y
narcotráfico que sostienen una economía de por sí rica y que no le hacen
falta elementos tan espúreos.
Asimismo, de la entrega de la soberanía nacional a Estados Unidos
mediante bases militares y el asfixiante Plan Colombia; y, por supuesto,
del posible inminente fracaso del acuerdo de paz logrado entre el
gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que
parecía el instrumento eficaz para poner a una guerra interna de más de
medio siglo.
La endeblez oficial ante el acuerdo de paz y los caprichos de la
cúpula militar y de los jefes paramilitares que se mantienen asolando
las áreas dejadas por las FARC, es también responsable de anteriores
políticas que hayan mantenido el hambre y la desnutrición en amplias
capas de la población.
Cada muerte por desnutrición es indignante para ese país y es una
mancha para el actual gobierno, y actualmente es un dolor permanente
para los habitantes de zonas rurales envueltas en hambruna permanente.
En La Guajira, por ejemplo, el médico pediatra Abdul Dasuki afirmó
que la hambruna en esa región del país es crónica y que proviene de años
atrás. Lamentó que la desnutrición crónica severa, pérdida de masa
muscular, poco cabello y retardo global del desarrollo sean los casos
que tenga que atender durante su jornada de trabajo.
"Los médicos que los atendemos estamos cansados de ver a tantos niños
morir por hambre; estamos cansados de ver a tantos niños que necesitan y
que piden a gritos protección del Estado. Queremos que se respeten los
derechos de los niños en La Guajira y en todo el país", demanda.
La congresista del partido Alianza Verde, Claudia López, atribuyó al
gobierno la responsabilidad del problema de hambre y sed que padecen los
habitantes de La Guajira colombiana, puesto que han promovido la
corrupción y el beneficio de "sus amigos terratenientes y socios
políticos".
A juicio de la parlamentaria, la negligencia de gobernantes como
Álvaro Uribe (ahora senador de la República y que aspira nuevamente a la
presidencia) y el actual mandatario, Juan Manuel Santos, han causado la
muerte de miles de niños en esa región.
"El señor Uribe va de visita a La Guajira, ¿por qué no fue cuando
desvió el río Ranchería y los dejó sin agua para darle agua a
terratenientes amigos suyos en el (departamento) Cesar? Ahí sí no fue.
Ahora el señor Santos, quien ha sido socio a través de Cambio Radical y
su vicepresidente con (Juan Francisco) 'Kiko' Gómez --ex gobernador del
departamento de La Guajira--, y toda su ralea de políticos corruptos, se
toma foto con el ellos y se sorprende de que se roben la plata, pues es
obvio que se roban la plata", consideró.
Todo esto ha dificultado la implementación del acuerdo de paz que, se
afirma por optimistas, es del 18%, y por pesimistas, no llega al 6%.
Y es que con la proximidad de las elecciones se hace más difícil al
gobierno jugar, aunque sea precariamente, al logro del importante
convenio, que tanta esperanza dio al pueblo colombiano y al mundo en
general, que lo llegó a señalar como un ejemplo a seguir.
Lo cierto es que en el contexto actual se hace difícil actuar contra
aquellos que controlan verdaderamente el poder en la nación
suramericana, y están muy estrechamente ligado a multimillonaros
intereses ligados a la familia Rockefeller.
Otro “cerebro” también tristemente célebre y ligado a la familia,
Henry Kissinger, ha sido el autor intelectual de tantas fechorías, como
el procedimiento para asesinar al presidente Salvador Allende y la
parafernalia genocida posterior en el mismo año del golpe fascista en
Chile, 1973, reflejado en mayor dimensión en estas líneas que hablan del
quehacer “rockefeliano”, mediante sus testaferros, en Colombia:
“Controla los alimentos y controlarás a la gente. Controla el petróleo y
controlarás a las naciones. Controla el dinero y controlarás el mundo”.
Muchos podrían pensar que si se eliminaran a los Rockefeller, las
cosas se arreglarían, pero no es así, porque la cadena delincuencial es
larga, y así se demostró con el caso de los alimentos transgénicos,
sobre los cuales se hace muy difícil legislar, porque legisladores y
leguleyos defienden los intereses de la minoría propietaria.
Si algún elemento progresista llegara al poder en Colombia, se le
haría muy difícil luchar contra cuerpos colegiados que crean
privilegios, imponer papeles a individuos específicos y generan
consecuencias no anticipadas, con resultados peores ante los fenómenos
que se esperaba resolver y, en muchos casos, creando nuevos problemas.
Y es que en Colombia se considera que la ley es todo lo que producen
los congresistas, en tanto los magistrados de la Corte Constitucional,
quiénes deben velar por que las sentencias judiciales estén en
consonancia con lo prescrito por la legislación, tienen incentivos para
avanzar también sus propios intereses, aprovechándose de los mandatos
(porque no son leyes) existentes.
El derecho en Colombia, desde hace mucho, se convirtió en una forma
de crear privilegios y repartir cargos según los valores e intereses de
quienes toman las decisiones
Así no es fácil gobernar, además de que todo candidato o gobernante que resulte molesto a quienes integran el real círculo de poder, puede ser hecho desparecer de la vida pública con un simple pistoletazo, tal como le sucedió a un candidato de la izquierda a quien entrevisté en La Habana, y a su regreso fue muerto a balazos en el aeropuerto de Bogotá por un adolescente de 15 años.
Así no es fácil gobernar, además de que todo candidato o gobernante que resulte molesto a quienes integran el real círculo de poder, puede ser hecho desparecer de la vida pública con un simple pistoletazo, tal como le sucedió a un candidato de la izquierda a quien entrevisté en La Habana, y a su regreso fue muerto a balazos en el aeropuerto de Bogotá por un adolescente de 15 años.
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