Cómo a Washington le salió la Operación Rama de Olivo de Turquía por la culata
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REUTERS/ Murad Sezer
La
Operación Rama de Olivo, que comenzó el 20 de enero, hasta ahora ha
tenido bastante éxito desde el punto de vista militar, político y
diplomático, apunta en su artículo para Sputnik el politólogo ruso
Guevorg Mirzayán.
"El
Ejército turco y su 'carne de cañón', representada por las unidades
sirias proturcas, avanzan con éxito en la región desde varios frentes
simultáneamente, ya que este territorio sirio está 'rodeado' por áreas
controladas por Turquía", destaca el experto.
"Sin embargo, avanzan lentamente, puesto que la zona es montañosa y la ofensiva no es fácil. Erdogan no quiere sufrir excesivas bajas, pero esto solo afecta al Ejército turco. Por lo cual el presidente no va a imponer ningún límite temporal a la operación. Él entiende perfectamente que Turquía ganará esta 'guerra de desgaste', dado que Afrín tiene recursos militares limitados", agrega. El experto pone de relieve que los kurdos de otros territorios de Siria e Irak "'se apuran' a ayudar a sus hermanos de Afrín delante de las cámaras", pero en realidad tendrían que cruzar territorios controlados por las tropas leales a Asad para hacerlo, enfatiza.
Desde el punto de vista de la política interior, Erdogan no tiene ningún problema, ya que la sociedad turca en general apoya la Operación Rama de Olivo. Según Mirzayán, incluso varios oponentes importantes del mandatario otomano consideran que la cuestión kurda es tan peligrosa que apoyan la intervención militar en el país vecino.
De todos modos, también hay formaciones turcas que se han opuesto a esta decisión. Concretamente, el Partido Democrático de los Pueblos —grupo parlamentario prokurdo—, que calificó la acción de las tropas otomanas como una "invasión". Erdogan, a su vez, no tardó en responder que no permitiría que dicha "quinta columna aseste un golpe desde dentro".
El politólogo recuerda que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en numerosas ocasiones ha reiterado su apoyo a la integridad territorial de Siria. Cuando los kurdos acordaron con Washington la creación de sus llamadas 'fuerzas de seguridad' violaron el principio de integridad territorial. Quedó claro que la plataforma que se estaba creando en su territorio sería independiente de Damasco y no se reintegraría a una nueva Siria unida después de la guerra, explica el analista.
Luego, se dio a conocer que Ankara tenía planes para solucionar el problema kurdo a través de una operación militar. En aquella ocasión Moscú propuso a los kurdos entregar los territorios que controlaban a Damasco, lo que habría sido beneficioso para Turquía y habría garantizado la seguridad de los kurdos, agrega.
No obstante, se negaron a ello, probablemente al sobreestimar el posible apoyo de Estados Unidos, opina el columnista. Como resultado, "Moscú 'se lavó las manos' y de hecho permitió a Ankara solucionar la cuestión kurda por su cuenta y de acuerdo con Damasco", afirma Mirzayán.
La decisión de Estados Unidos de 'lavarse las manos' también tomó desprevenidos a todos. De esta manera, los norteamericanos se negaron a cumplir con sus obligaciones políticas y militares ante sus aliados, explica. En la actualidad, los estadounidenses tratan de negociar con Erdogan e intentan convencerle de que limite la ofensiva turca en el Kurdistán sirio a la zona de Afrín, sin avanzar hacia Manbij.
Al mismo tiempo, Washington no está listo para desarmar a los kurdos y de ahí que no quede mucho margen para las negociaciones entre Ankara y Washington, considera el experto.
"Sin embargo, avanzan lentamente, puesto que la zona es montañosa y la ofensiva no es fácil. Erdogan no quiere sufrir excesivas bajas, pero esto solo afecta al Ejército turco. Por lo cual el presidente no va a imponer ningún límite temporal a la operación. Él entiende perfectamente que Turquía ganará esta 'guerra de desgaste', dado que Afrín tiene recursos militares limitados", agrega. El experto pone de relieve que los kurdos de otros territorios de Siria e Irak "'se apuran' a ayudar a sus hermanos de Afrín delante de las cámaras", pero en realidad tendrían que cruzar territorios controlados por las tropas leales a Asad para hacerlo, enfatiza.
Desde el punto de vista de la política interior, Erdogan no tiene ningún problema, ya que la sociedad turca en general apoya la Operación Rama de Olivo. Según Mirzayán, incluso varios oponentes importantes del mandatario otomano consideran que la cuestión kurda es tan peligrosa que apoyan la intervención militar en el país vecino.
De todos modos, también hay formaciones turcas que se han opuesto a esta decisión. Concretamente, el Partido Democrático de los Pueblos —grupo parlamentario prokurdo—, que calificó la acción de las tropas otomanas como una "invasión". Erdogan, a su vez, no tardó en responder que no permitiría que dicha "quinta columna aseste un golpe desde dentro".
"Asimismo, Erdogan también tiene las manos
libres en cuanto a la solución diplomática. Los kurdos protestan en
todas las instancias de la Unión Europea, mientras que el resto del
mundo no parece contrarrestar la Operación Rama de Olivo. Como
resultado, Estados Unidos ha perdido en todos los flancos", indica.
"En un primer momento, Washington lanzó un desafío contra los turcos.
En particular, en Turquía nadie oculta que una de las razones que
provocó el inicio de la ofensiva fue el deseo de Estados Unidos de armar
a los kurdos y convertirlos en una plataforma estadounidense en la
región que tendría como objetivo desestabilizar a los territorios
vecinos", añade Mirzayán en su nota.El politólogo recuerda que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en numerosas ocasiones ha reiterado su apoyo a la integridad territorial de Siria. Cuando los kurdos acordaron con Washington la creación de sus llamadas 'fuerzas de seguridad' violaron el principio de integridad territorial. Quedó claro que la plataforma que se estaba creando en su territorio sería independiente de Damasco y no se reintegraría a una nueva Siria unida después de la guerra, explica el analista.
Luego, se dio a conocer que Ankara tenía planes para solucionar el problema kurdo a través de una operación militar. En aquella ocasión Moscú propuso a los kurdos entregar los territorios que controlaban a Damasco, lo que habría sido beneficioso para Turquía y habría garantizado la seguridad de los kurdos, agrega.
No obstante, se negaron a ello, probablemente al sobreestimar el posible apoyo de Estados Unidos, opina el columnista. Como resultado, "Moscú 'se lavó las manos' y de hecho permitió a Ankara solucionar la cuestión kurda por su cuenta y de acuerdo con Damasco", afirma Mirzayán.
La decisión de Estados Unidos de 'lavarse las manos' también tomó desprevenidos a todos. De esta manera, los norteamericanos se negaron a cumplir con sus obligaciones políticas y militares ante sus aliados, explica. En la actualidad, los estadounidenses tratan de negociar con Erdogan e intentan convencerle de que limite la ofensiva turca en el Kurdistán sirio a la zona de Afrín, sin avanzar hacia Manbij.
Al mismo tiempo, Washington no está listo para desarmar a los kurdos y de ahí que no quede mucho margen para las negociaciones entre Ankara y Washington, considera el experto.
"Mientras Ankara tenga posibilidades de
solucionar la cuestión kurda en todo el territorio de Siria y esté
segura de que Washington no tomará ninguna represalia seria contra ella,
las negociaciones tendrán pocas posibilidades de llegar a buen
término", concluye el columnista.
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