Cómo Rusia y China han derrocado el nuevo orden mundial establecido por EEUU
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REUTERS/ Mark Schiefelbein
Moscú
y Pekín lograron poner fin a la estrategia de Washington que se
empeñaba en imponer un nuevo orden mundial al resto del mundo, tratando
de liderar la integración global, afirmó el politólogo norteamericano y
especialista en Seguridad Nacional Hal Brands, en su artículo para la
agencia Bloomberg.
El
punto de inflexión que actualmente está viviendo la política exterior
norteamericana no se debe a la elección de Donald Trump como presidente
de EEUU. Se trata de que hubiera fracasado toda una estratagema de
Washington que durante los últimos 25 años buscaba globalizar el orden mundial en función de los valores liberales, destaca el analista.
EEUU
esperaba que fuera posible llevar a cabo esta tarea, integrando en este
sistema político a sus opositores potenciales, es decir, a China y
Rusia, para que no tuvieran más ganas de imponerle obstáculos en ese
camino. El objetivo residía en que, valiéndose de los estímulos
económicos y diplomáticos atraer a todas las potencias mundiales a un
escenario satisfactorio para ellas, pero donde la voz cantante la iba a
llevar Washington.
"Sin embargo, hoy por hoy este proyecto evidentemente ha llegado a un callejón sin salida", resaltó el experto.
Sus
reflexiones demuestran que hoy ya no se trata de incluir a Rusia y
China en este fracasado nuevo orden mundial, sino de defender el actual
sistema político internacional de su impacto destructor.
El problema reside en que ni Moscú ni Pekín nunca estuvieron
dispuestos a aceptar por completo el orden liberal estadounidense y sus
ideas, por no hablar de la expansión de la OTAN en la esfera de la
antigua influencia de la URSS, además no podían permitir que
permanecieran las alianzas y las agrupaciones armadas cerca de las
fronteras chinas en Asia Oriental.
"La era de la integración ha terminado, en el
sentido de que no existe una perspectiva realista a corto plazo de
introducir a Rusia o China en un sistema dirigido por Estados Unidos.
Esto no significa, sin embargo, que EEUU esté destinado a desatar la
guerra contra Rusia o China, o incluso que debería buscar completamente
aislar a cualquiera de los dos poderes", matizó Brands.
Al revés, el especialista insistió en que la cooperación entre estas
tres superpotencias es imprescindible. Por un lado, el comercio entre
Estados Unidos y China sigue siendo vital para la prosperidad
estadounidense y la salud de la economía mundial. Por otro lado, la
cooperación entre Washington y Beijing e incluso Washington y Moscú, es
importante para abordar los desafíos diplomáticos internacionales, como
es la proliferación nuclear y el cambio climático, recordó el
investigador.
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